La ópera es cosa de pobres
Hoy voy a ver si me luce lo culto que hay en mí, porque tengo que hablarles de ópera. Sabrán ustedes que definiciones de ópera hay muchas. Una de las mejores es aquella que dice que la ópera es un asunto en el que el tenor intenta acostarse con la soprano, pero el barítono no les deja. Eso es verdad; pero en casos como este, cuando se acaba de estrenar La Bohème de Puccini en el Teatro Real, podríamos decir que es un espectáculo al que van los ricos para ver si se enteran de cómo se quieren los pobres. La Bohème es una ópera que pasa en París y que está llena de pobres, hay que decir esto. Con lo que vale el chaquetón blanco de pieles que llevaba Nati Abascal la noche del estreno, habrían comido los cuatro protagonistas durante dos meses. Ana Botella se presentó con bastón y con unos atavíos en plata y negro que daban ganas de subirla al escenario, pero entonces habría que haber representado La reina de Saba.Eugenia Martínez de Irujo aprovechó para sacar de casa en público por primera vez a su nuevo amigo especial,Narcís Rebollo. Y se encontró con el hermano mayor, el duque de Alba. Nieves Álvarez casi acaba en urgencias, porque se puso a posar para los fotógrafos delante de un coche (ya saben, un piececito delante, un piececito detrás, monísima de la muerte) sin darse cuenta de que hay cosas que no se deben hacer cuando estás a temperaturas árticas, porque luego te echan mantas por encima y te dan caldito, como a los pobres. Y estaban también Iñaki Gabilondo con su cónyuja,Lola Carretero, y Jaime Peñafiel con la suya, Carmen. Pero eso no cuenta porque a estos les gusta la ópera: son de los que van siempre, no por los fotógrafos.
Para comer bien
Más calorcito sí que hacía en el Florida Retiro, en la fiesta de presentación de la Guía gastronómica Condé Nast Traveler (Traveler significa viajero, ¿no es maravilloso?), que dirige Javier Pascual. La fiesta fue buena. ¿Cómo se sabe eso? Pues porque estaban el director de cine Félix Sabroso y su novio, Jau Fornés, conjuntados como siempre. No falla. Cuando vean que estos dos entran en un sitio, vayan detrás, que merece la pena. Eso hicieron Samantha Vallejo-Nájera, Paco Roncero (que es cocinero; este no tenía excusa), Nuria March, Lulú Figueroa y muchos más. Y les mereció la pena, ya lo he dicho.
Empiezo a pensar que Richard Gere se ha prendado de verdad de Alejandra Silva. Es la segunda vez que me los tropiezo. El otro día en el casino y ahora en el Capitol, para el estreno de La cena, de Oren Moverman.Óscar Lozano se presentó disfrazado de domador, Jose Toledo iba de tímida y todo así, pero Alejandra eclipsó con Gere y logró que este se limpiara los zapatos para el estreno. “Es que sales tú, cari, hazlo por mí”, le diría.
El duque de Alba
Eugenia Martínez de Irujo y Narcís Rebollo
Nieves Álvarez
Carmen Alonso y Jaime Peñafiel
Ana Botella
Nati Abascal
Lola Carretero e Iñaki Gabilondo
Richard Gere y Alejandra Silva
Óscar Lozano y su acompañante
Jose Toledo
Paco Roncero y su acompañante
Félix Sabroso y Jau Forné
Samantha Vallejo-Nájera
Lulú Figueroa
Nuria March