Polémica en México por la "Capilla" de Siqueiros
Sus 2.400 metros cuadrados de pintura lo llevaron a ser catalogado, en su momento, como el mural más grande del mundo. Su autor, el artista mexicano David Alfaro Siqueiros, lo calificó como su obra cumbre, la «Capilla Siqueiros», haciendo referencia a Capilla Sixtina pintada por Miguel Ángel en el Vaticano.
Pero a diferencia de aquélla, el Polyforum Siqueiros, el edificio donde está el mural en la colonia Nápoles en el sur de Ciudad de México, enfrenta actualmente serios problemas de deterioro y la falta de recursos para resolverlos.
Los vecinos de la zona han denunciado que existe un proyecto para mover de su sitio al Polyforum, dentro del enorme terreno donde se ubica, y para construir ahí mismo un rascacielos. Los dueños del recinto lo han negado.
La zona se caracteriza por tener grandes edificios y una importante franja empresarial y comercial asentada sobre la Avenida de los Insurgentes, la más larga de la capital mexicana.
La historia del Polyforum comienza a escribirse cuando se conocen David Alfaro Siqueiros (1896-1974) y Manuel Suárez y Suárez, un español que llegó a México a los 14 años con sólo dos monedas en el bolsillo, pero con una habilidad empresarial que lo llevó a formar un emporio económico.
El hombre de negocios le propuso al muralista realizar una obra para un edificio para congresos que construiría en su Hotel Casino de la Selva, ubicado en Cuernavaca, unos 80 kilómetros al sur de Ciudad de México.
Sin embargo, más tarde decidió que el mural formara parte del proyecto del Hotel de México, que hoy se conoce como el World Trade Center. Así, a mediados de los años 60, se inició la construcción del Polyforum, inaugurado en 1971.
Siqueiros es uno de los artistas mexicanos con mayor reconocimiento y uno de los más polémicos. Se declaró comunista, estuvo en el ejército popular republicano en España, en el que alcanzó el grado de coronel, en México estuvo preso más de 20 veces y participó en un intento de asesinato del líder revolucionario ruso León Trotsky en 1940 en su casa de Ciudad de México.
Fue uno de los principales representantes del movimiento muralista mexicano -junto con Diego Rivera y José Clemente Orozco-, con el que se proponía plasmar la realidad mexicana en obras artísticas monumentales para que pudieran ser vistas por todo el pueblo y no sólo por la clase alta.
«David Alfaro Siqueiros fue una persona de ideas firmes, sin miedo al futuro o a la innovación, un gran luchador social siempre defendiendo a los más marginados», dijo a dpa David Constantino Rodríguez Ochoa, bisnieto del muralista.
Siqueiros se distinguió por el interés de innovar, por el estudio y aplicación de técnicas y materiales vanguardistas en la mayoría de sus obras.
Así lo hizo en el mural «La Marcha de la Humanidad», una escultopintura realizada sobre paneles de asbesto-cemento con pintura automotriz, que está en el interior del Polyforum. El exterior es un dodecaedro decorado con doce murales relacionados con la lectura del mural interior.
En esa obra buscó plasmar todas las razas del mundo. El tema fundamental es la lucha de los pueblos oprimidos de la tierra.
Su gran relevancia, opina la especialista Irene Herner, es que Siqueiros experimentó durante mucho tiempo para integrar a la pintura el lenguaje de los medios de comunicación masiva y en el Polyforum culminó esa investigación.
«En el Polyforum realiza su sueño de hacer pintura cinética, que se mueva en la medida en que se mueve el propio espectador», señaló.
Herner, doctora en sociología del arte por la Universidad Nacional Autónoma de México y autora del libro «Siqueiros. El lugar de la utopía (1994)», indica que «El Coronelazo» decidió que la pintura podía encontrar la forma de verse de manera dinámica.
«Por eso cuando uno entra al Polyforum o ve los murales de Siqueiros realizados después del 1932, se mueven. Él inventó una técnica, una metodología para pintar de esa manera».
Pero a 43 años de la inauguración del Polyforum Siqueiros, Alfredo Suárez, hijo del mecenas Manuel Suárez, afirma que el deterioro en los murales es grave.
La exposición al medio ambiente ha dañado tanto los paneles exteriores como el techo de la estructura. La restauración es urgente y requiere de 100 millones de pesos (7,8 millones de dólares), además de cinco millones (385.000 dólares) mensuales para mantenimiento, recursos que, asegura el dueño, no tiene.
Los vecinos de la colonia Nápoles han organizado en un par de ocasiones un «abrazo simbólico» al edificio del Polyforum y pidieron que se inicie el procedimiento para que el recinto sea declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.
Las autoridades han señalado que no se permitirán proyectos que puedan dañar la integridad del patrimonio artístico.
Y aunque el dueño afirma que no hay ningún plan concreto, el bisnieto de Siqueiros, que tiene buena comunicación con los propietarios, dijo a dpa sí existe un proyecto para construir en ese espacio, pero sin afectarlo.
«Este proyecto ya tiene más de seis años, en el cual se han involucrado y participado mentes muy brillantes de todas las ramas, para evitar a toda costa que el recinto sea dañado», aseguró. «Somos soldados del arte, no anarquistas».