Una ruptura limpia, please

23 / 01 / 2018 Michael Reid
  • Valoración
  • Actualmente 0 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
  • Tu valoración
  • Actualmente 0 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
¡Gracias!

En un año de grandes elecciones, los latinoamericanos exigirán una renovación y el fin de la corrupción.

Puede Latinoamérica ofrecer líderes políticos que impulsen el crecimiento económico y satisfagan a sus inquietos ciudadanos? Esta pregunta planea sobre la región en un año de importantes elecciones en los dos gigantes de la zona, Brasil y México (las presidenciales de ambos países coinciden solo cada 12 años). La histórica hegemonía de la izquierda en Sudamérica, en particular, ha dado paso a un vacilante giro hacia la derecha. Un renacimiento del populismo tampoco puede descartarse.

El mal humor de los electores se debe, en parte, a la economía. Un modesto repunte en Latinoamérica en 2017 no ha eliminado el recuerdo de los seis años de desaceleración económica y la recesión de 2016. La recuperación se debe en gran parte al crecimiento de Brasil y Argentina. Hay siempre una posibilidad de que la incertidumbre desaliente la inversión. Sin embargo, las economías de la región deberían construir sobre sus recientes y titubeantes éxitos.

El tema de la corrupción también determinará muchas de las campañas electorales. La clase media latinoamericana ha crecido y está mucho más informada, con mayor presión para los servicios públicos e intolerancia a los chanchullos. Esto se hizo evidente con el escándalo de la constructora brasileña Odebrecht, que admitió haber pagado grandes sobornos a diez países de Latinoamérica.

Las consecuencias políticas se siguen sintiendo todavía en toda la región. El 7 de octubre de 2018, los brasileños votarán en las elecciones más limpias y abiertas desde 1989, debido a los casos de corrupción, incluido el de Odebrecht, que han desacreditado mucho a la clase política del país. Según las primeras encuestas, los principales candidatos son el expresidente de izquierdas Luiz Inácio Lula da Silva, miembro del Partido de los Trabajadores, y el exoficial del Ejército Jair Bolsonaro, de la extrema derecha. Es posible que ninguno de los dos gane los comicios. Lula da Silva, que tiene varias causas judiciales pendientes, puede que incluso no se presente. Se espera que otros candidatos surjan en el centro. Una posibilidad es el gobernador de São Paulo, Geraldo Alckmin, aunque como parte del sistema no es una buena opción de renovación política. Otro es João Doria, el flamante alcalde de la ciudad de São Paulo, expresentador de un reality show televisivo y protegido de Alckmin. Una tercera vía es la de la ecologista Marina Silva, quien se ha presentado otras dos veces y en ninguna ha estado a la altura.

La corrupción también estará en el centro de las presidenciales de México, a primeros de julio de 2018. El presidente saliente, Enrique Peña Nieto, es visto ampliamente como alguien que ha hecho muy poco para luchar contra el mangoneo político, lo que podría beneficiar a Andrés Manuel López Obrador, un veterano nacionalista de izquierdas. Tras haber perdido las dos últimas elecciones (por un escasísimo margen en 2006) estas de 2018 serán una especie de referéndum sobre su sello populista. La oratoria demagógica de Donald Trump sobre México ayudará a Obrador, pero su alegato contra la corrupción no está siendo convincente: más que voluntad política, necesita instituciones más fuertes. Y su recelo por la inversión privada preocupa a los empresarios. El centro derecha y la izquierda moderada han forjado una alianza. Si pueden presentar un candidato viable, como Javier Corrales, gobernador de Chihuahua, es probable que López Obrador pierda de nuevo. México no tiene segunda vuelta electoral, solo una ronda de votación. El ganador, probablemente, conseguirá más del 35% de los votos y puede intentar formar una mayoría en el Congreso.

En mayo de 2018, los colombianos votarán en unas elecciones tan abiertas como las de Brasil. Cualquier candidato que reciba el respaldo del expresidente de derechas Álvaro Uribe, tendrá una oportunidad. Así será con Germán Vargas Lleras, eficaz político de equipo que fue vicepresidente del Gobierno saliente de Juan Manuel Santos. También habrá candidatos de la izquierda. El centrista Humberto de la Calle, que lideró las conversaciones con la guerrilla de las FARC, confía en que los colombianos empiecen a verlo de forma más favorable tras el acuerdo de paz de 2016. Quienquiera que gane la segunda vuelta de junio, no revocará dicho acuerdo.

En las elecciones de Costa Rica y El Salvador puede que se le dé la espalda a la izquierda. En Paraguay, el Partido Colorado en el poder espera volver a ganar.

Antes de cualquiera de estas elecciones, ya habrá comenzado en Chile la maratón electoral de Latinoamérica, y su expresidente Sebastián Piñera, del centro derecha, ganó en diciembre en la segunda vuelta a Alejandro Guillier, de la coalición gobernante Nueva Mayoría. Piñera, un empresario multimillonario, no es querido por los chilenos, pero no olvidan su acertada gestión de una pobre economía. 

Prueba de madurez

Al menos, ellos tienen opciones. Si Venezuela fuera una democracia, Latinoamérica celebraría la victoria de un candidato de la oposición en las elecciones presidenciales previstas para diciembre de 2018. En cambio, la dictadura de Nicolás Maduro hará todo lo posible para aferrarse al poder. Aunque se celebre algo parecido a elecciones, no serán ni libres ni justas.

Con suerte, la asociación comercial Mercosur (Mercado Común del Sur), que incluye a Argentina y Brasil, concluirá pronto sus largas rondas de conversaciones y, probablemente, el modesto acuerdo comercial con la UE. Es un signo de los tiempos que la agenda oficial de la cumbre de 34 países de América se celebre en Lima, en abril, y que se centrará en la corrupción. Pero, en la práctica, se hablará de qué hacer con la dictadura de Venezuela, una sombra alargada sobre un año de democracias.

Michael Reidautor de la columna “Bello” y editor jefe de Latinoamérica y España de The Economist

Grupo Zeta Nexica