Una campaña, cuatro candidatos y un 41% de dudosos
Propuestas más concretas o un corazón partío entre dos partidos son los motivos de algunos indecisos
La campaña está siendo histórica porque nunca antes tantos candidatos tuvieron tantas opciones para ganar o condicionar la formación de Gobierno. Pero también porque nunca un número tan elevado de electores –un 41,6%, según el CIS– no sabe a quién votar. Según las respuestas, las mayores dudas, un 11%, están entre PP o Ciudadanos. Le siguen los que se lo piensan entre PSOE y C’s (9,1%), PP y PSOE (9%), PSOE y Podemos (7,7%) y, a más distancia, Podemos o IU (4,8%).
Un 41,6% es un nivel de indecisión “altísimo”, dice Luis Arroyo, experto y asesor en comunicación política. “Los datos indican que va a haber una participación masiva, probablemente histórica, como en 1982”, dice, y añade que, en ese caso, es hasta normal esas cotas de no sabe, no contesta. A esto se añade la mayor oferta de opciones electorales, que engrosan C’s y Podemos, y también más caras nuevas, ya que salvo Mariano Rajoy, el resto de los seis principales candidatos, incluidos los de IU y UPD, lo son por primera vez. “Hay producto nuevo en la estantería. Si solo hay una marca, no tardas en decidir; cuando hay dos, tardas algo más, pero cuando hay cuatro o cinco, te paras, los miras y los comparas”, dice.
Un clásico de las encuestas electorales son las respuestas indecisas de personas que no quieren decir a quién van a votar, algo que no parece que, según Arroyo, sea ahora la nota dominante. Tampoco es el caso de los tres indecisos consultados por TIEMPO. Tienen claro que irán a votar el 20-D, pero no saben a quién. Entre sus razones, está la ausencia de promesas concretas sobre temas de su interés; el descarte de partidos o un conflicto entre la opción preferida y la más práctica para lograr más escaños.
Julián Pérez, experto en marketing digital de Barcelona, ha sido votante de CiU y ERC pero ahora busca una “alternativa española” para desbloquear la cuestión independentista. “No veo ninguna, ni a Podemos, ni a C’s, no PP, por supuesto, ni PSC”, dice. “Me plantearía votar al PSOE si se definiera. Habla mucho de federalismo pero no concreta ni siquiera en Cataluña”. Él apostaría por un candidato que dijera “que va a hablar con el señor (Artur) Mas, que va a ir al País Vasco, a Andalucía, a Madrid, adonde sea y vamos a montar una reforma constitucional seria”. A pesar de que los políticos le dan más bien aversión en campaña, estará pendiente porque cree que esta vez “me debería hacer decantar el voto”.
En Madrid, Jesús Rubiato, empleado de banca, ha pasado de no ir a votar en las autonómicas y las europeas a tener claro que el 20-D tiene la “obligación de hacerlo”. Pero tampoco sabe por quién y pide condiciones, aunque duda tener respuesta. “Podemos tiene que cambiar su programa, alejarse completamente del chavismo, que diga que la unidad de España es lo primero y razone un poco sus propuestas económicas”. “(Albert) Rivera me parece muy liberal pero tiene que ser más específico” y, añade, desvelar quién sería su equipo de Gobierno. Al PSOE, Rubiato le pide que sea contundente con sus casos de corrupción en Andalucía. En el PP, confía en la vicepresidenta pero “Rajoy no debería estar de presidente”. “Estoy en un mar de dudas”, concluye.
Última hora. Las opciones se limitan a dos en el caso de Francisco León, responsable de compras de una empresa electrónica. Se debate entre IU y Podemos. Querría votar al primero pero admite que quizá sea más práctico votar al segundo. Seguirá el método que ya ha puesto en práctica otras veces en su colegio electoral de Rivas Vaciamadrid (Madrid). “Voy lo más tarde posible y pregunto a los interventores cómo va”, algo que pueden suponer en función, por ejemplo, de las veces que hayan repuesto papeletas. Si la indecisión es muy elevada a mitad de campaña, él lo seguirá siendo hasta casi el cierre de las urnas.