Rajoy depende del PSOE para gobernar

El PSOE, y su líder, Pedro Sánchez, se convirtieron este 20D en la única opción con la que podría contar el PP para que Mariano Rajoy vuelva a ser investido presidente del Gobierno, tras unas elecciones que ganaron los populares con 123 escaños y en las que los socialistas quedaron en segundo lugar, con 90. A pesar de que el PP bajó 63 escaños con respecto a 2011 y los socialistas, 20, el bipartidismo aún podría sumar una mayoría absoluta de escaños -213 de 176 necesarios-. Podemos quedó en tercera posición con 69 diputados y Ciudadanos, en cuarta con 40.

Tal y como se esperaba, las elecciones de este domingo no arrojaron un resultado claro que pueda predecir quién será el próximo presidente del Gobierno. Sin embargo, ni la participación fue tan elevada como se esperaba -votó el 73,21% del censo, un porcentaje menor que en 1993, 2004, 2008 y, por supuesto del máximo del 79,97% de 1982- ni el bipartidismo quedó totalmente tocado, porque PP y PSOE suman 213 de los 176 diputados que forman la mayoría absoluta en el Congreso.

Sin embargo, una cosa son los números y otra los acuerdos. Sólo el apoyo del PSOE o incluso su abstención a la investidura de Rajoy podría mantener al PP en el Gobierno una legislatura más, algo más que improbable de mantenerse las palabras de Sánchez, que a lo largo de toda la campaña ha asegurado que no permitirá que el PP siga en el Gobierno. Es más, durante toda la noche electoral, en la sede socialista no se descartaba que Sánchez pudiera finalmente ser el próximo presidente.

En ese caso, quizá haría entrada la segunda posibilidad, mucho más abierta, que arrojaron las urnas este 20D. Los 90diputados del PSOE y los 69 de Podemos sumarían 159 escaños y se quedarían a 17 de la mayoría absoluta, para la que tendrían que buscar el apoyo entre partidos como ERC, que obtuvo 9 diputados; Democracia y Libertad (antigua CiU), con 8; PNV, 6; Unión Popular-IU, 2; Bildu, 2, y Coalición Canaria, 1.

El partido que quedará fuera de cualquier acuerdo de investidura será Ciudadanos, que cosechó unos resultados mucho más modestos a los que les daban las encuestas hace apenas unas semanas -llegaron a colocarlos como segunda fuerza-. Con 40 diputados, la formación naranja no cumplió siquiera las expectativas que minutos después apuntaban las encuestas a pie de urna.

En cualquier caso, su secretario general y director de campaña, José Manuel Villegas, reiteró que Albert Rivera no votaría a favor ni de la investidura de Rajoy ni de Sánchez y que, como mucho, se abstendría para facilitar “el inicio de la investidura”. Sin embargo, sus 40 escaños no serán suficientes y los diputados naranjas intentarán influir desde su grupo parlamentario para la creación de comisiones de investigación en el Congreso o la reforma de la Ley Electora, explicaba un dirigente.

Aun con la incertidumbre de si finalmente tendrá algo que decir en la investidura del próximo presidente del Gobierno, Podemos consiguió, con sus 69 diputados, superar a Ciudadanos como primera fuerza del cambio, pero no dar el sorpasso al PSOE, a bastante distancia con 90 escaños.