Quién vela por las víctimas

06 / 11 / 2013 13:17 Clara Pinar
  • Valoración
  • Actualmente 0 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
  • Tu valoración
  • Actualmente 0 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
¡Gracias!

La AVT es la asociación de víctimas del terrorismo más numerosa, más influyente y la que más subvenciones recibe. Pero hay otras con distinta forma de trabajar.

Es sábado por la noche, víspera de la concentración del 27 de octubre que convocó en Madrid la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) con motivo de la derogación de la doctrina Parot. La presidenta del Comité de Víctimas del País Vasco (Covite), Consuelo Ordóñez, está esperando que la AVT le pase una copia del manifiesto de un acto al que, a regañadientes, la hermana del presidente del PP vasco asesinado en 1995, Gregorio Ordóñez, ha decidido unirse tras varios días esperando conocer el lema. Quieren saber en qué terreno van a moverse, conociendo las diferencias entre dos asociaciones que tradicionalmente han tenido sus piques –“es normal en organizaciones que se dedican a lo mismo”, apunta un dirigente popular que trabaja con ambas–. Pero ahora la diferencia se ha ampliado. Covite cree que la derogación de la doctrina Parot es culpa “de los políticos”, del PP y del PSOE, por no haber reformado el Código Penal de 1995 para impedir la irregularidad en su aplicación que ha visto ahora el Tribunal de Estrasburgo. Y responsabilizan en particular a Mariano Rajoy por no haber puesto en marcha toda la maquinaria diplomática para evitar la sentencia.

Finalmente, desde la AVT se comunica a Ordóñez que al manifiesto aún le quedan algunos flecos y no podrá leerlo antes. Acto seguido, Covite pone en alto sus pancartas para la concentración, con un lema propio que define su análisis de los sucedido. “Gobiernos PP-PSOE Responsables Impunidad ETA” es la acusación que se lee en la pancarta con la que, a la mañana siguiente, Consuelo Ordóñez intenta ocupar un puesto en la zona reservada para los presidentes de asociaciones de víctimas que se han adherido a la convocatoria de la AVT. Pero la organización no se lo permite. Como ella insiste en que no soltará su cartel, es amablemente invitada a abandonar la zona. Los organizadores han conseguido que solo destaque el lema oficial, “Justicia para un final con vencedores y vencidos”.

La palabra “Justicia” es la única que se leía en la tarima de oradores, en la que la presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza, arremetió contra el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero; contra el juez español del Tribunal de Estrasburgo, Luis López Guerra y hasta contra quienes orquestaron el chivatazo en el bar Faisán. Pero ninguna crítica directa al Gobierno ni al PP, algunos de cuyos dirigentes fueron insultados y pasaron esa mañana un trago tan amargo como inimaginable años antes en una concentración de víctimas del terrorismo. El mensaje velado “no hacer lo que se debe es tan malo como hacer lo que no se debe” fue la crítica más dura que Pedraza dirigió en público al Gobierno, muy en línea con la capacidad diplomática que le atribuyen quienes la conocen para llevar a los políticos –del PP– a su orilla con discreción más que con el ruido que requieren ocasiones especiales como la derogación de la doctrina Parot o la liberación de Josu Bolinaga en noviembre de 2012, el primer momento de gran tensión entre las víctimas y el Gobierno del PP.

Pero, por lo general, Pedraza prefiere otras formas. Su hija murió en los atentados del 11-M y en 2008 ella se convirtió en la primera presidenta de la AVT víctima de un terrorismo distinto al de ETA. Llegaba para sustituir a Felipe Alcaraz, que, con un discurso cada vez más radicalizado, se alejaba de la línea de moderación hacia la que quería virar el PP, ya en la segunda legislatura de Zapatero y entrando en la crisis económica. Hoy está jubilada de El Corte Inglés y no es raro verla en conferencias o actos informativos con miembros del PP. Se mueve bien entre ellos, ya sea para promover la edición de un libro o la participación en un evento de la principal asociación de víctimas del terrorismo.

Influencia.

A día de hoy, Pedraza dirige la asociación de víctimas más antigua y más numerosa –4.500 asociados entre víctimas directas y familiares, según la propia organización– y la que mejores relaciones tiene con el PP. Hay muchas más, pero ninguna tiene tanta influencia en el PP –y ahora en el Gobierno–. “No es igual que te patee la Asociación de Víctimas de La Rioja a que lo haga la AVT”, admiten en el PP, donde también se tiene claro que “las asociaciones de víctimas no están para aplaudir al PP o al Gobierno, sino para presionarles” en favor de las víctimas. Quizá por la influencia que tiene la AVT entre el PP, Pedraza ni siquiera invitó a Mariano Rajoy a acudir a la concentración del 27-O cuando se entrevistó con él en La Moncloa, en una reunión de urgencia con las presidentas de la AVT y de la Fundación de Víctimas del Terrorismo. Como tenía poco tiempo, optó por centrarse en dejarle claro a Rajoy la “indignación” de las víctimas por la derogación de la doctrina Parot. Tras un breve titubeo después de que la AVT convocara la concentración, el PP anunció que participaría –aunque algunos díscolos oficiales como Esperanza Aguirre y el presidente madrileño, Ignacio González, ya habían anunciado que irían–, aun sabiendo que las críticas también podrían ir contra ellos.

Pedraza tampoco percibe retribución alguna por un trabajo al que se dedica a tiempo completo. Tampoco lo hacen Consuelo Ordóñez o Joaquín Vidal, el presidente de la Asociación Andaluza de Víctimas del Terrorismo y de la Federación Autonómica de Asociaciones de Víctimas del Terrorismo. En 1991,  siendo funcionario de prisiones, fue uno de los heridos por el paquete bomba que ETA envió al director de la prisión de Sevilla donde trabajaba.

Como estas tres hay más de dos docenas de asociaciones de víctimas del terrorismo de distinta naturaleza, con maneras de trabajar muy distintas, que van desde la discreción y ausencia de afán de “protagonismo”, tal y como prefiere Vidal, al convencimiento de que el “activismo” tiene que ser una de sus actividades a favor de las víctimas. “A los familiares de nuestros asociados no los mataron por robar una cartera, sino por un proyecto totalitario. Es imposible mirar para otro lado. Tenemos que defender la libertad y la dignidad por todos los medios. Nuestro trabajo no se enfoca a organizar excursiones, tenemos que trabajar en todos los frentes”, dicen en Covite.

Ingresos.

Los recursos con los que cuentan son otro factor de diferencia. La AVT es más potente que otras asociaciones, porque también es la que más ingresos recibe por vía de la subvención pública de diversos organismos, que es la principal, y en muchos casos única, fuente de financiación de las asociaciones. Tiene delegaciones por toda España y es la que más personas tiene en nómina  –diez entre periodistas, administrativos y psicólogos, según el gabinete de Pedraza–. Se nota que hay más dinero que en otras. “No hay más que ir a un evento de la AVT, solo el escenario que ponen es algo que nosotros no podríamos ni pensar”, se admiran en una asociación más modesta.

La AVT ha declinado cuantificar sus ingresos, pero solo la aportación del Ministerio de Interior para 2013 (157.600 euros), de la Comunidad de Madrid (40.000 euros) y la Valenciana (otros 6.000), hace un parcial de 203.000 euros, que supera a cualquier otro colectivo. Así, por ejemplo, con sus 2.100 asociados, la Asociación de Víctimas de Andalucía tiene comprometidas para este año ayudas por valor de 151.500 euros, de los que de momento solo ha ingresado menos de la mitad, 74.650, correspondientes a las partidas del Ministerio de Interior (64.000 euros), de Sanidad (9.150) y del distrito de Nervión del Ayuntamiento de Sevilla (1.500). Por su parte, Covite ha ingresado 85.483 euros para asistir a sus 400 víctimas de ETA, entre los 27.072 euros del Ministerio del Interior, los 19.215 euros de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, los 35.267 del Gobierno vasco y los 3.900 de la Diputación Foral de Guipúzcoa.

Las ayudas se otorgan a proyectos más o menos detallados para dar asistencia, sobre todo psicológica, a sus asociados, gastos de funcionamiento de la asociación y labores de concienciación social. Sin embargo, lo que indica el BOE es que buena parte de las ayudas –en la AVT, por ejemplo, la mayoría– se destina a tareas de concienciación y campañas para dar presencia en la sociedad a las víctimas: conferencias, partidos de fútbol, carreras populares... Por lo general, las asociaciones tienen un pago fijo en psicólogos, aunque se trata de un gasto “complementario”, porque el principal proveedor de asistencia es el Ministerio del Interior a través de su Dirección General de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo. Este año ha destinado 18,5 millones de euros para sufragar psicólogos, tratamientos y ayudas económicas, como becas de estudio para las víctimas, formen parte o no de una asociación. Es una cantidad  muy superior a los 800.000 euros que repartió Interior entre las asociaciones el año pasado.

Apoyo moral.

Una experta que trabaja con víctimas del terrorismo señala que, aun cuando está “claro” que unas asociaciones tienen más influencia política y saben cómo utilizarla, todas tienen una función importante para  arropar a la víctima. “Aun cuando hagan tanto ruido y su único fin no sea la asistencia, hay que reconocer que sirven muchas veces como ayuda psicológica, no como terapia, sino para ayudar a gente que tras un atentado está muy perdida y encuentra alivio reuniéndose con personas que han pasado por situaciones similares”.

Y aquí es donde cada víctima encuentra la salida de una manera distinta. Los socios de AVT o Covite encuentran un importante consuelo en las calles, protestando, según sus distintas sensibilidades, contra el PSOE o contra los políticos en general. Más discreta es la labor de concienciación que desde hace años lleva a cabo la Asociación Andaluza de Víctimas del Terrorismo a través de charlas en colegios, institutos y universidades con el mismo mensaje de que la tolerancia y el diálogo son los elementos importantes para erradicar el terrorismo.

Grupo Zeta Nexica