Elena Salgado

lugar de nacimiento: Orense

edad: 62

La ministra para todo

Es el único miembro del Ejecutivo que va a acompañar a Zapatero en sus casi ocho años de Gobierno, algo que nadie podía imaginarse allá por abril de 2004, cuando se convirtió en ministra de Sanidad. Elena Salgado es ingeniera industrial y economista, pero ha dedicado la mayor parte de su carrera profesional a la política, donde acaba de llegar al segundo escalón del Gobierno socialista tras la salida de Alfredo Pérez Rubalcaba. Durante los Gobiernos de Felipe González ocupó diversos cargos públicos: primero en Industria (1982-1984), como directora del departamento de estudios del Instituto de la Pequeña y Mediana Empresa; luego en Economía (1985-1991), como directora de costes de personal y pensiones públicas; y finalmente en el de Obras Públicas (1994-1996), como secretaria general de Comunicaciones. Tras un breve paso por la fundación Teatro Lírico, el órgano encargado de gestionar el Teatro Real tras su reforma, pasó los ocho años del PP de José María Aznar en empresas privadas de consultoría y telecomunicaciones. Con el retorno del PSOE al poder en 2004, desde Sanidad puso en marcha la primera ley antitabaco en España, aunque los resultados fueron modestos y solo se consiguió que se erradicase este hábito de los centros de trabajo. En 2006 se postuló al cargo de directora de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y llegó a la fase final, pero la elegida finalmente fue la coreana Margaret Chan. Entre julio de 2007 y marzo de 2008 fue ministra de Administraciones Públicas, y tras las elecciones sustituyó a Pedro Solbes al frente de Economía y Hacienda. Ha renunciado a presentarse como diputada en la próxima legislatura. Al igual que Zapatero, ha sufrido en primera persona las presiones europeas para que España aprobase el duro decreto de recortes sociales de mayo de 2010. Se define como trabajadora, tenaz y tímida, por lo que lleva muy mal su faceta pública, porque le gusta mucho el anonimato. Habla inglés y francés con soltura, algo difícil de ver en las altas esferas políticas, y le encantan la naturaleza y la lectura.