Juan María Nin
Consejero en Estrategia Internacional y Finanzas
“Hay un poso de honestidad en la posición británica de dejar la Unión Europea”
Ha vivido con intensidad la crisis como banquero, esta experiencia y su bagaje intelectual y académico le han llevado a reflexionar en un libro imprescindible, ‘Por un crecimiento racional’.
¿Qué nos queda por conocer de la crisis?
Nos queda por conocer cómo será la salida cuando se normalicen la política monetaria y la fiscal. Eso nos queda por conocer.
Europa y Estados Unidos han utilizado patrones semejantes, pero no han ido al mismo tiempo. ¿Qué efectos puede tener para Europa?
Positivos como estimulación, porque Estados Unidos lo hizo bien. La etapa Obama, que podría tener diferente consideración en otras materias, en economía fue muy bien. El G-20 nos salvó del colapso del fin del ciclo y eso, para nosotros, ha sido un bonus temporal importantísimo para adoptar unas políticas monetarias extremas y unas políticas fiscales fuertemente correctivas, que han dado resultados adecuados.
Una pregunta coyuntural. El proteccionismo que parece reverdecer en algunos países, ¿es hijo de esta crisis?
Yo creo que no tiene que ver. El proteccionismo es un tic hijo de ideologías extremas, simples, populistas, que utiliza la falsa argumentación de que el levantamiento de barreras, las protecciones arancelarias y los impuestos a las importaciones son buenos para fomentar la riqueza nacional. Pero la historia dice lo contrario y la teoría económica, también. El proteccionismo es hijo de una mala política que tienta a grupos de izquierda y de derecha, que coinciden al cien por cien, por ejemplo en impedir el tratado TTIP.
Formula el brexit de manera muy personal y diría que hasta políticamente incorrecta.
Creo que hay un poso de honestidad en la posición británica de dejar la Unión Europea. Creo que los europeos debemos considerar que el brexit es una gran oportunidad para recuperar el objetivo de la unión política y una Europa de varias velocidades que permita avanzar, ahora sí, en lo próximos años, lo que con el Reino Unido era casi imposible.
Corriendo el telón de la crisis, ¿cuál es el escenario que se nos presenta?
Se nos presenta un escenario de ajuste todavía duro por lo que se refiere a reformas estructurales en Europa y queda pendiente que estemos seguros de que el sistema financiero de algunos países esté definitivamente saneado para avanzar en la unión bancaria y nos queda también un escenario de ajuste duro, en términos de variables macroeconómicas, para avanzar en la unión fiscal. Por tanto, deberes pendientes, pero también con el conocimiento de que se ha hecho bien, se ha salvado un fin de ciclo muy, muy complicado, y que las cosas están saliendo correctamente.
Se ha producido, especialmente en España, un ajuste de empleo muy fuerte y también salarial.
Una consecuencia de todo lo que ha sucedido es un elemento de corrección que se aplica al más débil, que es el fenómeno de que las rentas salariales ceden en la participación de la renta nacional frente al peso de la deuda, que absorbe muchísimos recursos. Dentro de la flexión de esas rentas salariales, lo que me parece un problema muy serio es que la gente más joven entra en esa zona del mileurismo, que es inaceptable, porque carece de perspectiva de salida, sin un horizonte de mejora y esa carencia de horizonte en el largo plazo pesa mucho en la situación actual.