Un día con… Esther Giménez-Salinas

10 / 04 / 2006 0:00 Paloma Arias
  • Valoración
  • Actualmente 5 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
  • Tu valoración
  • Actualmente 5 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
¡Gracias!

La rectora de la Universidad Ramón Llul lleva más de 30 años dedicados al Derecho Penal. Es una autoridad reconocida internacionalmente. Y ejerce cada día de la semana. De sí misma dice: "Mi palabra favorita es compromiso".

J. Parra

Es rectora de la Universidad Ramón Llull, una federación de diez centros de enseñanza superior en Cataluña: el Institut Quimic de Sarriá, La Salle, Esade, la Fundación Blanquerna…; fue vocal del Consejo General del Poder Judicial y directora general del Centre d’Estudis Jurídics i Formació Especialitzada de la Generalitat; ha escrito cientos de artículos, conferencias, ha recibido las más altas condecoraciones, sigue participando en trabajos de investigación europeos... y son las 7,50 de la mañana de un lunes y llega a la Facultad de Derecho a dar clase a los más jóvenes, a los de primero.

Más información en la revista

Esther Giménez-Salinas i Colomer es catedrática de Derecho Penal de la Facultad de Derecho ESADE desde 1996. Antes fue profesora y ahora, desde el curso 2002, es rectora. Esta mañana, como todos los lunes del curso, da su clase de Derecho Penal y Criminología, en el aula 102, a unos treinta jóvenes que acaban de estrenar vida universitaria. Se hablan de tú, en castellano; “los resultados del último examen no han sido lo que ni vosotros ni yo esperábamos… bueno, no os desaniméis; los tests siempre son liosos y esta asignatura es difícil… Vamos a volver a ver algunos conceptos”. Y recupera las caras de sus alumnos que segundos antes miraban atentamente la hoja en blanco de sus cuadernos. Ellos saben lo que viene ahora: intentar comprender los conceptos a través de ejemplos, de casos reales antiguos o recientes como el de la mendiga del cajero; “Os acordáis del objeto de la criminología: delito...“. Y se escucha tímidamente: “víctima, delincuente y control social”, cogiendo confianza al final de la frase. “Y ¿qué es delito?”, vuelve a retomar la voz cantante. Silencio. “Venga, que no puede ser que no os acordéis”. Y la profesora Giménez- Salinas –que ha pasado el fin de semana en la cama sufriendo una gripe intestinal– va tirando de estos chicos y chicas de dieciocho años, sacándoles poco a poco los conceptos en un lunes, de ocho a nueve de la mañana, de un día oscuro, frío y lluvioso del mes de enero.

Su tesis doctoral, el primer triunfo

“Fundamentalmente yo me considero profesora”, dice en un tono de confesión cuando al terminar nos dirigimos en su coche hacia el Rectorado. “Este curso es muy importante; es cuando ellos se dan cuenta de por dónde va a seguir su carrera”. Ella se licenció en Derecho en Barcelona: “Mi padre, jurista, hubiera preferido que hiciera Filosofía y Letras, pero nunca se opuso”. Y cuando leyó su tesis doctoral Las Medidas Aplicables al Menor en el Derecho Penal Español en 1978 “fue el momento en que sentí que había hecho algo grande; fue mi primer gran triunfo”.

A las diez tiene una visita en su despacho; el nuevo decano de la Facultad de Filosofía de Catalunya. Pide que le traigan suero para ir bebiendo a lo largo del día. “La labor como rectora ocupa todo mi tiempo; yo creo que para hacer algo bien, has de hacer un sólo trabajo, con- centrarte en él al 100 por 100 Mi palabra favorita es compromiso. Soy muy machacona, muy ordenada”, sigue explicando. A media mañana comienza una reunión con sus tres vicerrectores. Los pilares de su política de trabajo en la universidad: la calidad de la formación de los alumnos, la investigación universitaria y la apertura al exterior; Josep Gallifa, vicerrector académico, Josep María Garrell, vicerrector de Investigación y Tecnología, y Rosa Nomen, vicerrectora de Relaciones Internacionales. “Para mí, no existen las individualidades, hay equipo. Liderar siempre es muy difícil; esta Universidad es el producto de la suma de instituciones muy prestigiosas, con su propia historia”. Y ella, buena conocedora de Alemania, donde también estudió y donde ha participado en importantes trabajos, y que se califica como nacionalista, me lo explica con el ejemplo de los länder alemanes: “Se establece una dejación de los propios intereses en pro del interés general”. En el Rectorado trabajan unas treinta personas. Durante la jornada de trabajo que hemos pasado con ella, nos los va presentando según vienen a consultarle algún tema, a pedir su firma en algún documento... “¡Este despacho parece el Paseo de Gracia! La verdad es que hemos conseguido una buena relación profesional y personal”. Antes del almuerzo tiene programada otra reunión. Esta vez es el director de la Fundación Pere Tarrés, las escuelas universitarias integradas en la URL que imparten estudios de Trabajo y Educación Social.

Un almuerzo sin comer

Su agenda está minutada. A las 13.45 pasa a recogerla por su despacho el vicerrector de Investigación y Tecnología, Josep María Garrell. Hoy estaba previsto comer con la plana mayor de la Facultad de Derecho y un representante de la Universidad de Georgetown, pero al no poder este último prefirió mantenerla para dedicarle un tiempo a posibles estudios y colaboraciones de esa facultad con empresas privadas. Tampoco estaba previsto estar todo el día bebiendo suero. “Quizá no debía decirlo pero soy muy crítica con el nivel de la universidad española. Uno de los aspectos a mejorar, y aquí le estamos dedicando mucho tiempo y esfuerzos, es la investigación. El curso pasado contábamos con más de setecientos proyectos de I+D, mil contribuciones en libros y publicaciones, 2.000 participaciones en congresos nacionales e internacionales, miles de artículos… Pero hay que seguir avanzando”. Y sentencia: “Una Universidad sin investigación es una academia”.

Tras la comida, ya en su despacho, la tarde se anima. Tiene reunión con los responsables de la Escuela de Verano de la URL. Será la décima edición la que se inaugurará el próximo mes de junio, después de San Juan. “Este es un proyecto muy querido. No podemos quedarnos encerrados en el aula. Hay que llevar la Universidad a la calle”.

El año pasado se matricularon alrededor de 2.000 alumnos y se celebraron cursos en varias poblaciones cercanas a Barcelona (Sant Feliu de Guixols, Arenys de Mar, Cornellá…). La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, leyó la conferencia inaugural.

Grupo Zeta Nexica