Un baño como los de Cleopatra

08 / 11 / 2011 16:14 Cornelia Wolter
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Cuenta la leyenda que Cleopatra mantuvo su belleza a base de baños en leche y miel. También Popea, la segunda esposa del emperador Nerón, tenía un rebaño de 500 burras: según afirmaba, bañarse en su leche hacía que su piel estuviera más tersa y resplandeciente.

La leche lleva usándose como tratamiento de belleza desde la antigüedad, y hoy en día son muchos quienes afirman que este producto natural ofrece algo especial. Aunque los beneficios reales de los baños de leche para la salud son limitados, su uso como cosmético está en auge. A menudo, se combina con miel, distintas plantas y aceite de oliva.

Así, en la ciudad alemana de Fischen, cerca de Múnich, hay un hotel especializado en los tratamientos con leche fresca. Incluso han patentado una palabra, "Milchwell", que hace referencia a la leche (Milch) y el bienestar (Wellness). Entre otros productos, hacen cuajada de leche de vaca para máscaras faciales, crema de manos, yogur para tratamientos corporales y suero de leche para todo tipo de sesiones de belleza.

"El suero de la leche sirve para la piel seca", señala la dueña del hotel Tanneck, Patricia Fischer-Schwegler. Según sostiene, los productos lácteos constituyen un buen remedio para las imperfecciones de la piel, pues las vitaminas B, A y E que contiene la leche tienen un efecto regulador y regenerativo.

"Los productos lácteos sirven para reponer grasas, y la vitamina E de la leche alisa la piel", afirma por otro lado la dermatóloga alemana Nadine Peukert. Además, el calcio de la leche también puede tener efectos calmantes en la piel. Y la combinación de leche y aceite es positiva porque la vitamina E es soluble en grasas.

Sin embargo, Peukert advierte que no deben tenerse expectativas demasiado altas: "Cuando alguien se aplica una mascarilla de cuajada, debe ser consciente de que el ingrediente activo de este producto natural tiene una concentración muy baja", señala la experta.

Otro negocio que también tiene fe en las propiedades de la leche es la compañía bávara de productos para bebés Töpfer. Su baño de salvado, una receta que se ha mantenido casi inalterada desde 1937, contiene propiedades de la leche deshidratada como la lactosa.

Estos elementos "ayudan a mantener la humedad de la piel", indica Roman Roessler, director de desarrollo del producto. "Además, las proteínas de la leche garantizan que la piel esté firme e hidratada", añade.

Expertos como Peukert señalan que los efectos positivos de los productos lácteos sobre la piel son a corto plazo. Y sostiene que la leche tampoco es la panacea para las enfermedades de la piel. Por ejemplo, cuando la piel es extremadamente seca, lo más eficaz son productos con urea, señala la dermatóloga.

Quienes quieran mantener la piel firme e hidratada deberían utilizar productos con contenido en hyaluron, que penetra con más profundidad en la piel que los productos lácteos. Además, los alérgicos a la leche han de tener cuidado, especialmente los niños: si la alergia es muy aguda, un baño de leche puede provocar una reacción.

Con todo, para quienes no tengan este impedimento está claro que después de un "baño a lo Cleopatra" la piel "se siente bien", señala Peukert. Para ello hay que añadir una taza de leche y una de aceite de oliva al agua. Y es que el mito de la belleza de la reina egipcia parece ser tan perdurable en el tiempo como los beneficios de sus baños de leche.

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