Soylent, ¿final o futuro de la comida?
Estados Unidos, año 2022. La sobrepoblación y la escasez de alimentos han sumido a la sociedad en un estado de emergencia en el que sólo los ancianos recuerdan a qué saben la carne y las verduras. Esta oscura visión del futuro proviene del clásico de ciencia ficción "Soylent Green" (1973). Pero el Soylent ya existe.
Este suplemento alimenticio fue desarrollado por el ingeniero de software californiano Rob Rhinehart, que junto con sus ayudantes afirma haber encontrado la fórmula para revolucionar la alimentación. Según explica en entrevistas, la ciencia y la tecnología pueden resolver el problema del hambre en el mundo y salvar el medio ambiente. "Las generaciones futuras podrán alimentarse de manera no orgánica, debemos optimizar recursos", dijo a la revista "Vice".
Adiós a la comida en el sentido clásico, adiós a las recetas: el futuro está en los batidos a base de concentrado de polvos. Estos tendrán todo lo que el ser humano necesita para mantenerse sano, pero en lugar de verdura, fruta, leche o pan habrá hidratos de carbono, vitaminas y aminoácidos. Piense en la comida de los astronautas, esos paquetes de concentrados que eliminan todo lo superfluo. "Libere su cuerpo", reza el slogan publicitario de Soylent.
Las reacciones no se han hecho esperar. Mientras el "New Yorker" hablaba del "fin de la comida", "Forbes" definía Soylent como una "bebida milagrosa", y el debate entre defensores y detractores también es intenso en publicaciones como "Wired", la revista "Time" o "The New York Times".
La medicina y la ciencia tampoco se han quedado calladas, sino que manifiestan su escepticismo. "Toda la idea es espeluznante", declara a dpa la nutricionista Susan Roberts, de la Universidad Tufts en Boston. Según argumenta, con Soylent se pierde por completo el factor psicológico del gusto. "Nunca se nos ocurriría pensar en una cena agradable con amigos en la que tomáramos esa bebida", señala.
Además, todo suplemento alimenticio carecerá casi forzosamente de sustancias importantes para el organismo, entre otros motivos porque posiblemente éstas aún no hayan sido investigadas. "Aún no sabemos lo suficiente sobre los distintos químicos que las personas necesitamos para tener una salud óptima", explica Roberts. Para Rhinehart -que no estaba disponible para entrevistas con dpa- esos obstáculos no impiden seguir investigando.
Soylent no sólo es el nombre del supuesto alimento del futuro, sino también de la empresa detrás de él. Y ésta afirma están tan abrumada de pedidos que los clientes tienen que esperar entre cuatro y cinco meses para recibir el producto. La compañía reunió más de dos millones de dólares a través del crowdfounding, y con ello mucho más de lo esperado. Actualmente ha puesto en marcha una segunda ronda de financiación.
A primera vista, es difícil aventurar qué ocurrirá en el futuro tras el actual revuelo mediático. Soylent tiene el aspecto de cualquier otro suplemento alimenticio en el supermercado, lechoso y aburrido. Pero al contrario que otras bebidas dietéticas, ha logrado encajar con el espíritu de su tiempo.
Rhinehart vende su producto sobre todo a personas que, en medio del estrés cotidiano, apenas tienen tiempo para detenerse a almorzar, y no a aquéllas que desean perder peso. Así, ha logrado publicitar su empresa como motor de una sociedad productiva móvil. Y esa es claramente la fórmula de su éxito.