Frankenfood: comida sintética
Años de laboratorio e investigación han conseguido imitaciones perfectas de alimentos cotidianos.
Hamburguesas sin carne, vino sin uvas, leche sin vaca y huevos sin gallina. Los sustitutos que dan salida al consumo insostenible se preparan en los laboratorios.
La ciencia cocina ya el supermenú del futuro. Estamos hablando de la generación 2.0 de los alimentos biofabricados entre probetas y tubos de ensayo que los más escépticos han llamado comida Frankenstein. Más de cinco años de investigación y 250.000 euros hicieron falta para cultivar la primera hamburguesa in vitro a partir de células madre extraídas del músculo de la vaca. El doctor Mark Post, de la Universidad de Maastricht, obtuvo las 20.000 fibras musculares necesarias para crear la hamburguesa más cara de la historia gracias a la multiplicación de estas células. En teoría, se pueden producir más de 10.000 kilos de carne a partir de una única célula.
Fabricar carne a la carta, libre de antibióticos y con los aportes vitamínicos deseados, ya es posible. Y además, supone un 45% menos de gasto energético, un 96% menos de agua y un 99% menos de terreno cultivado, según investigaciones de la Universidad de Oxford. Nos libraríamos de golpe de la cría de animales a escala industrial y de ciertas enfermedades cardiovasculares. Mosa Meat, Modern Meadow y Memphis Meats son los alquimistas de la carne tradicional, startups que protagonizan una encarnizada carrera (nunca mejor dicho) por desarrollar y colocar sus alimentos sintéticos en los restaurantes y supermercados a un precio competitivo. Otras empresas elaboran imitaciones casi perfectas de la carne basadas en vegetales. The Vegetarian Butcher, comercializada ya en España bajo el nombre de La carnicería vegetariana, elabora pollo, carne picada, beicon y salchichas Bratwurst en su versión más verde. Incluso Perfect Day crea las mismas proteínas de la leche que las vacas a través de la levadura fermentada y los minerales de origen vegetal. Mientras, Hampton Creek produce mayonesa sin huevo. Y hablando de huevos, ya hemos dado con la solución al gran dilema, resulta que fue primero el huevo que la gallina. Clara Foods los desarrolla a partir del cultivo de células, en el que la gallina ni siquiera es necesaria.