Cómo el Estado Islámico acabó con el sueño de paz de Obama en Oriente Medio
Barack Obama llegó a la Casa Blanca con la promesa de poner fin a la guerra de Irak. Y lo logró por un tiempo. Pero entonces apareció la milicia terrorista Estado Islámico.
Barack Obama llegó a la Casa Blanca con la promesa de poner fin a la guerra de Irak. Y lo logró por un tiempo. Pero entonces apareció la milicia terrorista Estado Islámico (EI), que con su repentino e imparable avance pilló por sorpresa al mundo y también al presidente estadounidense y amenaza con lastrar el final de su segundo mandato al frente del país.
Obama ya ha reconocido, aunque en voz baja, que muy probablemente su sucesor heredará el conflicto iraquí. ¿Será Obama recordado como el Premio Nobel de la Paz que no fue capaz de poner fin a la guerra?
Las malas noticias más recientes que llegaron a oídos de Washington pasan por la caída de la capital provincial Ramadi en manos de los yihadistas. Como medida inmediata, el Pentágono ordenó enviar otros 450 soldados a Irak, con lo que son ya unos 3.500 efectivos estadounidenses los que permanecen allí estacionados.
Ello, después de que Washington anunciara oficialmente la retirada de su Ejército del país.
El hecho de llamar oficialmente a los nuevos enviados "asesores militares" parece más bien un eufemismo y no mejora la situación. Más bien al contrario: despierta malos recuerdos.
"Exactamenete así empezó todo en Vietnam", señala Charlie Rangel, un diputado demócrata. El temor a lo que se conoce como una "mission creep"- un lento e imparable deslizamiento al abismo de la guerra- está profundamente arraigado.
Los seguidores de línea dura como el senador republicano John McCain han exigido ya movimientos de tropas hacia Irak. "Yo diría: 10.000 hombres", dijo recientemente.
Ello constituiría el final del sueño de paz de poner fin a la guerra. Obama aún se niega a adoptar ese dramático paso, pero si el avance del EI continúa como hasta ahora, la pregunta es si Obama podrá mantener su rechazo a esa medida.
Los críticos a la política de Obama reiteran que la retirada completa estadounidense de Irak en 2011 fue un error. Sin embargo, Obama alega que los soldados iraquíes están ahora mejor equipados, mejor pagados y por ello, dispuestos a combatir.
Pero hasta supropio secretario de Defensa, Ash Carter, lo contradijo públicamente. "Los soldados iraquíes no tienen voluntad de combate", considera. En la lucha por Ramadi superaban en número a los yihadistas del EI y pese a ello, huyeron inmediatamente.
"Será en desafío que el próximo presidente tendrá que asumir", opinó recientemente el portavoz del gobierno, Josh Earnest, al referirse al Estado Islámico. Se remitía así a las palabras de Obama, que opina que la lucha contra el EI requerirá al menos tres años.
Y las últimas noticias no son nada alentadoras: el Departamento de Estado llegó en un estudio a la conclusión de que hasta el pasado diciembre 90.000 "combatientes terroristas extranjeros" de más de 90 países pusieron rumbo a Siria.
Ese número supera ya a todos los combatientes que en los últimos 20 años se convirtieron en yihadistas en Afganistán, Pakistán, Irak y Somalia. El miedo de Estados Unidos es ahora que los combatientes del EI vuelvan a Estados Unidos sin ser detectados y allí perpetren ataques como "lobos solitarios".
Y es que sus duros golpes se repiten por todo el mundo: el pasado viernes, el EI reivindicó la autoría de dos de los tres atentados que sacudieron tres continentes distintos y dejaron más de 60 muertos.
Los yihadistas aseguraron ser los autores del ataque en un hotel turístico en Susa, en el este de Túnez, y en una mezquita chiita en Kuwait. Sin embargo, el responsable de un ataque en una fábrica en Francia, vinculado a grupos salafistas, nó haber actuado por motivos religiosos. El fiscal francés sin embargo no alberga dudas de que se trata un atentado terrorista.
En tanto, el califato islámico que el líder del EI, Abu Bakr al Bagdadi, decretó en las partes de Irak y Siria acaba de cumplir un año, sumando éxitos, aunque reciemente, también derrotas: la semana pasada fracasó un nuevo intento de los yihadistas de tomar la ciudad de Kobane, en el norte de Siria y fronteriza con Turquía.
Además, las fuerzas kurdas recuperaron la localidad fronteriza de Tell Abyad, de importancia estratégica, lo que ha puesto de manifiesto que no se trata de un grupo invencible.