La penosa investidura de Mas

27 / 09 / 2015 Clara Pinar
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Las CUP tendrían que votar a su favor, algo que han negado durante toda la campaña

Junts pel Sí (JxSi) ganó las elecciones de 27S pero su candidato in pectore a la investidura, Artur Mas, tiene difícil revalidar su puesto como presidente de la Generalitat porque necesariamente tendrían que contar con el voto a favor de las CUP, que durante toda la campaña han pedido un relevo para el todavía presidente.

Las CUP habían abierto la puerta a última hora a la posibilidad de abstenerse en la segunda votación, en la que bastaría una mayoría simple para apoyar al candidato que presentase JxSí, previsiblemente Mas. Su líder, David Fernández, admitió en la noche electoral que esta era una “hipótesis de trabajo”, aunque insistió en el programa de su formación, que, además por el apoyo sin fisuras al proceso independentista, apuesta por el fin de la política de austeridad y por un rescate ciudadano.

Sin embargo, los resultados finales del 27S han reflejado que ni siquiera esa posibilidad será suficiente. El bloque antisoberanista suma 63 escaños frente a los 62 que obtuvo JxSí- integrada por Convergència Democrática de Catalunya (CDC) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC)-, lo que obligaría a las CUP a votar a favor de Mas, algo que ninguno de sus dirigentes ha dicho que vaya a suceder.

Por su parte, ni Mas ni JxSí ni su apuesta por la independencia pueden contar con el apoyo de Ciudadanos, PSC o PP, mientras que Catalunya Sí que es Pot, a formación integrada, por Podemos e IU, ha evitado en campaña aclarar de lado de quién se pondría, si del bloque antisoberanista o de los independentistas. El número 2 de Podemos, Íñigo Errejón, se limitó a señalar en la noche electoral que “no se puede contar con votos de CSQP para una declaración unilateral de independencia, pero sí para la convocatoria de un referendum”.

Mas concurrió este 27S en el quinto puesto de una lista electoral que encabezaron el exeurodiputado de ICV Raül Romeva; la presidenta de la Asamblea Nacional Catalana, Carme Forcadell, y la de Ònium Cultural, Muriel Casals. Antes que él, en el cuarto puesto, se presentó el líder de ERC, Oriol Junqueras, pero desde antes del verano quedó confirmado que, de ganar JxSí, la coalición presentaría a Mas para volver a ser investido president.

El camino hubiera quedado expedito para Mas si JxSí hubiera obtenido una mayoría absoluta de los 135 escaños que estaban en juego este 27S. Sin embargo, al no lograrla, JxSí necesitará el apoyo de las CUP, la otra única formación a favor de iniciar el proceso de independencia de Cataluña, que partió de una negativa total a apoyar la investidura de Mas, a pesar de que ahora no descarta la abstención.

El pasado 11 de septiembre, día de la Díada de Cataluña, el candidato de las CUP, Antonio Baños, reiteraba lo que, recordó, venían “diciendo 15 días” de campaña: “No apoyaremos la investidura de Más”. Con el paso de los días, la formación ha ido matizando su postura hasta admitir que valora la posibilidad de abstenerse en una segunda votación, algo que el candidato de Catalunya Sí que es Pot, Lluis Rabell, le ha reprochado a la formación de izquierdas. Los resultados finales indican, sin embargo, que sólo valdrá un voto de las CUP a favor de Mas, en el caso de que JxSí no presenten a otro candidato a la investidura como presidente de la Generalitat.

Dentro de JxSí, la figura de Mas también ha provocado diferencias entre los candidatos. En agosto, Junqueras declaraba en una entrevista radiofónica que “es verdad que construir un nuevo estado es mucho más importante que el hecho que lo presida uno u otro”, mientras que en la recta final de la campaña Romeva aseguró que Más no era “prescindible”.

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