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Los efectos de la crisis griega

07 / 08 / 2015 Miguel Cifuentes
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Todo parece indicar que los efectos perversos de la crisis griega sobre las inversiones en bolsa pueden quedar corregidos, en todo o en parte, en la segunda mitad del año, para la que los analistas esperan buenas cifras de rentabilidad.

Las bolsas europeas han sufrido las consecuencias de la incertidumbre sobre Grecia. Ahora viven con más clama.

El segundo semestre promete alegrías para los inversores. Aunque en la marcha de la bolsa nada está dicho de antemano porque cualquier acontecimiento exterior puede alterar la tendencia, lo cierto es que una vez que el conflicto griego parece encauzado a corto plazo, para los próximos meses no se descarta que el Ibex termine el año entre 12.500 y 13.000 puntos. Al menos es el consenso más extendido entre los analistas del mercado que, a pesar de las cautelas que introducen siempre en sus vaticinios, apuestan, por ejemplo, porque todos los grandes bancos cotizados, los seis, deberían tender al alza en la segunda mitad del año, porque están infravalorados. Por otra parte, los datos de PIB, consumo e inversión de España abonan el optimismo. Y en la Eurozona se percibe un mejor tono de la economía.

Alcanzar los 12.500 o los 13.000 puntos en el Ibex supondría terminar 2015 con una revalorización del 20%. La cifra es importante, pero eso no arredra a los analistas de BNP Paribas, Mirabaud,Tresis Gestión, Abante y Renta 4. La bolsa está considerado el mercado estrella para el segundo semestre del año, a condición de que los inversores quieran asumir un cierto riesgo. Es la opción preferida, antes que los fondos, los depósitos bancarios y cualquier otro activo financiero, o incluso materias primas o metales preciosos como el oro. Los analistas de banca y casas de bolsa coinciden en que habrá estabilidad geopolítica, el conflicto de Grecia está encauzado, la zona euro va a crecer a un ritmo razonable, y algunos países emergentes pueden dar signos de recuperación. La economía americana seguirá tirando, y no hay nubarrones en el horizonte de la economía mundial. Ni siquiera en los países emergentes (China, Brasil, Rusia, India) se esperan accidentes que no sean digeribles.

La banca, bien. Los analistas suelen ser cautos a la hora de recomendar públicamente valores concretos, pero esta vez coinciden en que los bancos cotizados tienen potencial de subida porque están infravalorados. Para inversores arriesgados se recomienda invertir entre el 60% y 90% en cartera de renta variable, pero a través de fondos, con suficiente diversificación a tercios entre bolsa europea, americana y asiática. Wall Street no está muy recomendado tras el rally alcista que vive desde marzo de 2009. Todos los valores estrella de la bolsa americana están muy caros y hay que ser cautelosos.

Lo que todos los analistas desaconsejan es invertir en la bolsa de China tras el pinchazo monumental de su mercado de renta variable. El índice Shanghái Composite ha perdido un 30% en pocas semanas y ha disparado las alarmas. La bolsa china está inflada con demasiadas compras a crédito. Las autoridades han prohibido las ventas apostando a la baja y los movimientos de paquetes de títulos pertenecientes a los accionistas de referencia de las cotizadas. O sea, el mercado está colapsado por la intervención del Gobierno. En cuanto a las bolsas de países emergentes, se aconseja invertir entre un 10% y un 15 % como máximo. No se descarta que el bajo crecimiento de Brasil o Rusia sea coyuntural. Para la bolsa de Japón se sugiere entre un 7% y un 10% de la cartera. Y para los inversores más conservadores se aconseja invertir en renta fija muy diversificada, hay numerosos bonos corporativos de grandes empresas europeas y americanas que son seguros y rentables.

Prem Thapar, director de Inversiones de BNP Paribas, señala que “Grecia no es determinante para la Eurozona. La caída del precio de petróleo y la fortaleza del dólar favorecen a la divisa europea. La política monetaria del BCE, de la Reserva Federal y los bancos centrales de Reino Unido y Japón aseguran un crecimiento estable en Europa. Las bolsas afrontan un segundo semestre del año con continuidad positiva”.

En cuanto a la subida de tipos de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos, “ya no importa que sea en septiembre. Los mercados la tienen descontada.” Por lo demás, el mercado no ve riesgos inflacionistas. “La Unión Europea camina hacia un IPC del 1,8%, cerca del objetivo del 2% del BCE”. Para Thapar, hay un riesgo geopolítico controlado en torno a Oriente Medio, el Estado Islámico y otros conflictos regionales en torno al Golfo Pérsico. “El único peligro es que afecte al mercado del petróleo, pero no lo veo a corto plazo. Oriente Medio lleva toda la vida al borde del incendio. Por otra parte, los grandes fondos soberanos de los países petroleros van a seguir muy activos, con ocho billones de dólares para invertir. Hay y habrá mucha liquidez en los mercados”.

Panorama parecido describe Mirabaud Asset Management, gestora de fondos de inversión colectiva. Gemma Hurtado, gestora principal de Mirabaud Equities Spain, da por supuesta la estabilidad geopolítica y una solución estable para Grecia. “En este momento, el mercado español debería ser uno de los más favorecidos por un incremento de visibilidad positiva”.

“España –añade– sigue una senda de crecimiento acelerado, con un PIB creciendo por encima del 3% en 2015, el empleo aumentando y el mercado inmobiliario en fase de recuperación tanto en precios como en volúmenes”. Este buen clima económico debe activar en algún momento la vuelta del crédito, como demuestran los datos adelantados por el BCE sobre el flujo de crédito en mayo (un 0,4% positivo).

La valoración del mercado bursátil español cotiza en positivo con un 14.5 en la ratio precio/beneficio y el mercado europeo cotiza al 15.2 en esa misma ratio. Europa se va a beneficiar de los cambios en política monetaria en Estados Unidos. Todo apunta a un nuevo flujo de inversión desde el mercado americano al europeo, una vez que la FED ha dado señales de subidas de tipos de interés. Los mercados van a cambiar su valoración tanto por el efecto en las divisas (dólar y euro), como en la percepción de los mercados.

El final del primer semestre en las bolsas europeas no fue muy bueno debido a la crisis griega (ver gráfico). Pero esa tendencia puede corregirse en la segunda mitad del año si no se producen desastres impredecibles.

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