El "art brut" cubano busca su espacio

22 / 03 / 2017 Guillermo Nova (DPA)
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Jorge Alberto Hernández Cadi es más conocido como "El Buzo" porque se sumerge en los contenedores de basura buscando materiales reciclados con los que conformar sus obras. 

Obra del artista cubano Jorge Alberto Hernández Cadi 'El Buzo'

"El Buzo" tiene una esquizofrenia diagnosticada desde hace más de dos décadas y es uno de los mayores exponentes del "art brut" cubano.
 
Las cajas de madera o de latón que encuentra las forra por dentro y por fuera con fotografías en blanco y negro en las que los retratos de entrañables escenas familiares se convierten en imágenes esperpénticas.
 
Con rasgos diabólicos caracteriza a las personas retratadas, cuyas imágenes aparecen modificadas con largas orejas y bocas, cuernos y garras que "El Buzo" dibuja con un bolígrafo azul.
 
"Las fotos representan sus recuerdos de traumas, pero muchas veces es imposible deducir la justificación de la creación", señala a dpa Lyle Rexer, crítico de arte y profesor de la Escuela de Artes Visuales de Nueva York.
 
El término "art brut" fue acuñado en 1945 por el pintor y escultor francés Jean Dubuffet para referirse al arte producido fuera de los límites de la cultura oficial, por personas ajenas al mundo artístico y sin formación académica.  
 
Dubuffet consideraba que todas las personas tienen un potencial creador, pero las normas sociales lo anulan. Y eso se podía ver en las obras realizadas por pacientes psiquiátricos fuera de los cánones estéticos oficiales.
 
Los artistas cubanos con enfermedades mentales viven al margen de las modas de las galerías, la única pretensión es la creación misma. No obstante, "muchos de ellos son muy codiciados en los circuitos comerciales del arte contemporáneo", asegura a dpa Juan Martín director de Naemi, que promueve a los artistas "outsider" cubanos.
 
La National Art Exhibitions by the Mentally Ill (Naemi) es una organización de Miami que facilita el acceso al arte a creadores con algún tipo de discapacidad o enfermedad mental.
 
La exposición "Encuentros/Encounters" es la primera de este tipo que se realiza en la capital cubana y puede verse durante todo el mes de marzo en la sede de la Embajada de España en La Habana.
 
La muestra reúne obras del español Ramón Losa, el estadounidense Milton Schwartz y los cubanos Misleidys Castillo y Jorge Alberto Hernández "El Buzo".
 
"A los artistas con enfermedades mentales no les importa qué está de moda o lo que se vende en las galerías de arte, por eso son el verdadero exponente del arte 'outsider'", asegura Martín.
 
La artista cubana Misleidys Castillo nació con problemas cerebrales y auditivos. Su autismo la llevó a vivir en el mundo cerrado de su entorno familiar, en el que desde niña se aficionó a colorear figuras y objetos sobre papel.
 
El abandono por su padre desde niña marcó la particular visión que Castillo tiene de lo masculino, muy presente en su obra "Anatomías". En ella retrata musculosas figuras masculinas de duros rasgos faciales.
 
El color y el diseño de las distintas partes del cuerpo pueden variar en las viñetas que conforman las plantillas de figuras humanas de grandes dimensiones que colorea, recorta y pega en la pared con cinta adhesiva asemejándose a grandes esculturas.
 
Castillo, nacida en La Habana en 1985, es una de las artistas cubanas "outsider" más cotizadas. Sus obras se han vendido a altos precios y han sido expuestas en galerías de Francia y Estados Unidos.
 
"Los artistas no tienen sentido de la existencia del mercado, hacen sus obras de manera muy aislada, pero el mercado tiene mucho interés en descubrir a estos artistas que trabajan fueran de las normas", aseguró a dpa el crítico estadounidense Lyle Rexer.
 
"Queríamos traer a Cuba las obras originales de varios artistas norteamericanos, pero era muy difícil el transporte y no pudimos hacerlo", afirma Martín, quien sí pudo traer algunos cuadros del estadounidense Milton Schwartz formados por collages de fotografías.
 
Hasta que falleció hace 10 años, Schwartz dedicaba su tiempo a rezar y recolectar fotografías en archivadores color vainilla sobre los que escribía distintos mensajes para divulgar "la palabra de Dios".
 
Schwartz residía en el corazón de Miami Beach, en Florida, pero mantenía una vida solitaria y aislada. Sus obras eran su única forma de comunicarse con el exterior.
 
Los collages que realizó están plagados de elementos de la cultura popular como los personajes de Disney junto a referentes públicos como el líder sudafricano Nelson Mandela y símbolos contemporáneos mezclados con imágenes religiosas.  
"No se puede distinguir entre los mejores artistas esquizofrénicos y los mejores artistas normales, porque se dirigen a públicos diferentes, es muy difícil distinguirlos en términos de calidad o de belleza, para mí son iguales", señala Rexer.

Grupo Zeta Nexica