Socialistas y populares, entre costuras

14 / 10 / 2016 José Oneto
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Como en la novela de María dueñas, el PSOE y el PP van a tener que hacer un ejercicio de coser y zurcir. El primero, para decidir si le entrega el gobierno al segundo, y este, si lo obtiene, para mantener un legislatura estable

No se sabe todavía si Javier Fernández, presidente de la gestora que se ha hecho cargo del PSOE, y Susana Díaz, presidenta de Andalucía, han tenido alguna reunión, algún contacto, con María Dueñas, autora de uno de los best sellers de los últimos años, una novela histórica traducida a más de 25 idiomas, que lleva por título El tiempo entre costuras. Una apasionante narración que se desarrolla en al antiguo protectorado español de Marruecos en torno a un taller de costura, costeado de forma clandestina, en el que aparecen todo tipo de personajes, incluido políticos, oportunistas, aventureros y educados en la conspiración y
en la traición.

Por eso es importante que Fernández y Díaz, especialmente esta última, que es la que ha lanzado la consigna de que el PSOE necesita la labor de “coser” los rotos que se han producido estos últimos días y que han terminado en uno de los espectáculos más bochornosos de la historia del partido el pasado 1 de octubre, en la reunión del Comité Federal del partido, con el rechazo de un congreso exprés y de unas primarias para elegir un nuevo secretario general y la dimisión de quien ha dirigido el partido desde el verano de 2014, Pedro Sánchez Pérez-Castejón. Pedro Sánchez abandona el cargo de secretario general pero continúa como diputado y tiene la intención de volver a presentarse en unas futuras primarias. Cuando dimitió el 1 de octubre, en medio de una de las mayores crisis del PSOE, no hizo ningún anuncio, pero fuentes próximas a él aseguran que respetará un periodo de descompresión, no hará comparecencias públicas (ni siquiera estuvo en la primera reunión que convocó la semana pasada Javier Fernández con diputados y senadores) y se preparará para volver a luchar por la secretaría general, confiado en que sigue teniendo el favor de la militancia.

Probablemente, entre tanta crisis, tanto enfrentamiento, tantas descalificaciones, tantas amistades rotas y tantos proyectos frustrados, María Dueñas, una mujer alejada de la política, puede ayudar bastante a coser, e incluso a bordar, un tejido partidario que ahora parece surgido de un naufragio o, como dice Reiner Wandler, corresponsal en España del diario alemán Die Tageszeitung, de un “montón de escombros”, y obligado, en cierto modo, a abstenerse, algo que tendrá que decidir otro Comité Federal del partido. Y menos mal que frente a los sectores del PP (entre ellos, muchos del grupo parlamentario, que han hablado por boca de su portavoz, Rafael Hernando) partidarios de que además de abstenerse se comprometiesen a garantizar la estabilidad del futuro Gobierno con el compromiso de aprobar los Presupuestos Generales del Estado para 2017, después de que este año hayan tenido que prorrogarse, por lo cual seremos multados por Bruselas y volveremos a incumplir los objetivos de déficit.

Con algo más de una semana para encontrar una solución y a la espera de una nueva reunión del Comité Federal que estudie la situación y se decida o no por una “abstención técnica”, que es lo único que ha pedido Rajoy, el margen de maniobra de los socialistas es cada vez menor, sabiendo como saben que hay bastantes posibilidades de que unas nuevas elecciones terminen por dejarlos en una tercera posición, por detrás de Unidos-Podemos. El análisis que hacen en los sectores populares que estos últimos días han jugado con unas nuevas elecciones (con un PSOE hundido, un Podemos en crisis y desnortado y un Ciudadanos que, según las encuestas, perdería escaños) es que, después de su victoria por mayoría absoluta en Galicia y sus resultados en el País Vasco, donde han empatado en escaños con los socialistas, el PP estaría en condiciones de buscar una mayoría absoluta. Sin embargo, eso iría en contra del sentido del riesgo de un presidente que odia el riesgo y la aventura y cuyo juego es amarrarlo todo hasta el final.

En principio, en La Zarzuela está todo preparado para hacer el último intento con la última consulta a los representantes de los grupos políticos, una consulta que en caso de urgencia podría hacerse hasta telefónicamente. El problema surge con la agenda del jefe del Estado, que, aunque despejada al máximo, contiene dos fechas que complican el calendario. Una es la entrega de los premios Príncipe de Asturias el fin de semana del 15 de octubre y los días 28 y 29 del mismo mes, en los que el Rey estará en Cartagena de Indias (Colombia) en la Cumbre Iberoamericana, algo que, según los expertos constitucionalistas, no afectaría a la investidura de Rajoy, que también tiene su agenda comprometida con una cumbre europea los próximos días y la misma Cumbre Iberoamericana de Cartagena como acompañante del jefe del Estado.

Y en eso están todos, en compaginar las agendas y entre costuras intentar coser lo que se ha roto las últimas semanas y lo que puede romperse en las próximas. Ese ejercicio de coser y zurcir no va a ser exclusivo del PSOE. También Rajoy tiene labor que realizar entre costuras si, efectivamente, logra la investidura. Tendrá mucho que coser para mantener una estabilidad que se presenta difícil y complicada. Sobre todo porque ha venido gobernando desde la prepotencia de lo que durante estos últimos cuatro años ha sido la mayoría absoluta, que se ha revelado tras las dos últimas elecciones generales realmente nefasta y perjudicial para el propio sistema. 

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