Bárbara Rey, de nuevo enamorada

20 / 12 / 2016 Jesús Mariñas
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La presentadora y exvedete habla de los duros momentos por los que ha pasado en este último año y revela que está enamorada de un hombre que le hace sentirse feliz y relajada.

Alba perdió los papeles. Le falta sentido y encajar que no pudo ser tras planificado asedio. Se las prometieron felices, pero el deportista la soportó menos que siendo muy joven a Alejandra Prat y después durante cinco años a María José Suárez. La sevillana todavía lanza suspiros al recordar tal relación y coincide con Alejandra en que “Feli es como un niño de teta que quiere ser mimado y protegido”.

Alba no tuvo tiempo de llegar a tal conclusión. Pero tenía el apoyo entregado de Fonsi Nieto, padre de su hijo, reconvertido en pretencioso y admirado caballero andante. Nadie lo hubiese imaginado. Pronóstico fallido por un insignificante detalle que Fonsi no perdonará: el otro día cumplía años y quiso festejarlo con su pequeño, Alba desoyó petición tan paternal y sacó un enfrentamiento al parecer soterrado: “Llevo cinco años aguantando sus faenas, esto ha colmado el vaso. ¿Qué más le daba dejarlo a mi lado unas cuantas horas”. Es la excusa que propicia romper la armonía. Pero otro es el fondo, más bien trasfondo: parece que la moza no rebajó a 800 euros la pensión mensual de 1.200 euros para la manutención de la criatura como pedía Fonsi. Los negocios no van muy allá y él solicitó rebajar la cuota obligatoria, a lo que la rubia se negó antes de viajar a Laponia, quizá buscando enfriar la situación. La mantiene sin mayor merecimiento en cabeza de los rifirrafes y la actualidad cardiaca, incluso acercando posturas reprobadoras entre sus dos ex, que no se llevaban muy allá. Curiosa forma de aproximarlos, comentan ahora censurando la actitud de la que fue el sueño de una noche de verano, luego pesadilla.

Treinta aniversario

De ella no habló Fonsi con Marta Castro durante el deslumbrante treinta aniversario de Air Europa, magna obra de Pepe Hidalgo. Fue aniversario arropado por “lo mejorcito”, desde el exministro Ángel Acebes a José María Michavila de esmoquin y ufano de pasear nuevamente a Genoveva Casanova. Ya casi son pareja jardeliana de ida y vuelta, situación apasionante porque nunca saben qué pasará al día siguiente. Lo comentaron la estilizada y epatante Eugenia Silva, que ya desbanca a Naty haciendo estilismos; Amaia Salamanca, disminuida con pelo recogido nada favorecedor pese al ánimo de Rosauro Varo; Ariadne Artiles, blanquísima y rompiendo la abundante negrura indumentaria tan socorrida, y Laura Matamoros, que ya es integrante de las listas vips pese a horterísimas transparencias. Esperanza Aguirre acudió con un nada riguroso poncho gris y acompañada de su marqués y Javier Hidalgo destacó muy elegante contrastando solapas de raso con pantalón gris. Es buen heredero del imperio paterno, que pasó de empezar en Salamanca con un taxi a crear Air Europa, gran logro de sus 76 años. “Nunca me retiraré, para qué voy a jubilarme. ¿Para aburrirme? Ni soñarlo”, me dijo jovial y adelgazado, superados los problemas cardiacos. Volver con “la de toda la vida”, la paciente Elo, madre de sus hijos, completó la normalidad: “Yo no necesito las mujeres más allá de un par de horas. Y me sobran. Ya no me pilla ninguna porque tengo mentalidad de empresario. Salgo muy poco, hoy es excepción por un compromiso. Prefiero el golf más que las comidas”, comentó desahogado ante Bárbara Rey, con 66 años que no aparenta, al coincidir en Casa Lucio, donde la actriz exvedete se reunió con los de la peña Cuarto Poder.

La presentadora habló de los difíciles momentos por los que ha pasado en este último año y reveló que está de nuevo enamorada de un hombre con el que está feliz y relajada.

Hasta le comentó donjuanesco que “siempre me has gustado mucho, pero no pudo ser”, dijo añorando su acaso soñada calaverada. Bárbara se esponjó acompañada por su hija Sofía, ya treintañera. Fue sola “porque mi novia desde hace siete meses prefirió no venir temiendo sentirse extraña”. Se perdió no solo los huevos estrellados. Vieron la foto que lleva Lucio en su bolsillo derecho, imagen siempre respetada en ejemplo de lealtad histórica. “Eso sí que es tener huevos”, exaltó Bárbara alucinada por semejante devoción mas allá de los Gobiernos. Luego echó la vista atrás sin ninguna ira.

Distanciamiento admirable

El tiempo la calmó, dio repaso casi divertida. Un distanciamiento admirable y difícil: “No pienso escribir mis memorias aunque mi vida está falseada. Se habló del que el 23-F recibí un aviso para que ese día no llevase a mis hijos al colegio. Lo contaron así y fue imposible hacerlo porque Sofi y Ángel aún no habían nacido. ¿Ves como lo exageraban todo?”.

Luego pasó al pliego de descargos. “No entiende por qué no la llaman para trabajar y cuando alguna tele lo hace, luego la desconvocan”, reveló su hija muy al tanto de los avatares maternos. “Creo que funcionaría bien en algún programa de cocina. Lo hago bien y en la etapa de Eduardo Zaplana, en Canal Nou tuve durante cinco años, día a día, un programa de recetas. Algo sabré”.

“Les darás miedo”, comenté. “¿De qué?”, luego profundizó en el acoso admirador o persecución a que la sometió Encarna Sánchez en sus tiempos gloriosos: “Cuando debuté en el Paralelo barcelonés haciendo Una noche Bárbara, me ponía por las nubes en Encarna de noche. No me dejaba a sol ni a sombra, incluso ya casada. Ella reconocía haber tenido cuatro grandes amores: estábamos yo, Rocío Jurado e Isabel Pantoja”.

Un nuevo cuarteto

Daría para un repaso hasta musical como el que Alaska y Mario Vaquerizo ahora hacen uniéndose a Bibiana Fernández y Manuel Bandera. El amor sigue en el aire, título perfecto para cuanto antecede, desde hace un año, éxito escénico de lo que era pareja y ahora es cuarteto añadiendo dos escenas. Una especie de constante desafío musical donde las canciones reemplazan el diálogo reído por Joaquín Prat, la cálida Patricia Pérez, Paco Clavel, Máxim Huerta, un engordado Capi y el disfrazado Santiago Segura. Duelo incesante de unos a otros, generalmente divertido: se oye “Se nos rompió el amor” y el otro replica “es un gran necio” mientras el bolero Se me olvidó que te olvidé es contestado con “yo no soy esa que tú te imaginas”. Acaban los cuatro con boda de Alaska y Mario, recibido con ovaciones, dándole al “¡Vivo cantando!” de Salomé, vestida con un pijama de Pertegaz hecho con canutillos turquesa que le daban movimiento.

Fue triunfo compartido en la Eurovisión de 1969 que ofreció empate a cuatro compartiendo con la inglesa Lulú, la holandesa Leny Khur y la francesa Frida Boccara. Celebrada en Madrid, Laura Valenzuela, que sigue en su mundo como Carmen Sevilla, no supo qué hacer a dúo con Joaquín Prat. Bibiana, que está espléndida, y el guaperas Bandera, inolvidable en Las cosas del querer, entonan el Algo de mí de Camilo Sesto, que la otra noche impactó visitando al padre Ángel sentado en silla de ruedas tras sufrir hace dos semanas un golpe en la cadera. Al llegar a la iglesia de San Antón, en el corazón de la posmovida, supo que el templo está abierto las 24 horas y que su rector ofrece cada noche trescientas comidas gratis a necesitados. “A veces, al mediodía, pido a nuestros clientes que dejen algo para ayudarnos a esa cena, explicó el sonriente sacerdote de pelo blanco y corbata roja ya casi elevado a los altares del fervor popular. Camilo le ofreció su último sencillo, disco con el Padrenuestro que incluye el primer rezo que el papa Francisco hizo en Radio Vaticano al tercer día de asumir el trono de San Pedro.

El alcoyano se vistió de blanco inmaculado hasta en la corbata. En todo buscó el clima piadoso quizá evocador de aquel su magnífico Jesucristo Superstar de los 70, primer musical norteamericano puesto en nuestra escena. También reveló a Ángela Carrasco haciendo de María Magdalena.

“El Padrenuestro no hay que decirlo de carrerilla. Hay que saborearlo. Sirve para todo, según el momento, cuando estás bien, en los malos momentos. Es una palabra eterna”, sermoneó convaleciendo ya setentón pero en pie de guerra igual que Raphael, de 74 años, o Julio Iglesias, que el pasado 23 de septiembre llegó a los 73.

Nati Mistral, muy recuperada de su trance, el martes de esta semana hizo 88 años tocada de brazo y pierna pero tan furibunda y clara como siempre. Y ahí sigue todo el día pegada al mensaje adoctrinador de Jiménez Losantos, buena prueba de su aguante.

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