Arantxa no dijo adiós a su padre

08 / 03 / 2016 Jesús Mariñas
  • Valoración
  • Actualmente 0 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
  • Tu valoración
  • Actualmente 0 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
¡Gracias!

Arantxa Sánchez Vicario llegó a Barcelona desde Miami tras el fallecimiento de su padre. La extenista acudió junto a su marido, Josep Santacana, al tanatorio, de donde fue expulsada por sus hermanos. 

Fue inhumano. El momento fúnebre tuvo más de culebrón que de tragedia griega. En el funeral de su padre y tras llegar de Miami, la campeonísima fue  echada como una proscrita tras abrazar a su deshecha madre, que sigue viviendo en la Diagonal en un caro piso prestado por su hija. Como un vodevil, tal efecto causó el trance: sus hermanos la echaron del tanatorio donde velaban a don Emilio. Un gesto imperdonable además de inmerecido. Fue vergonzoso, humillante y, lo que es peor, mal pago de una familia que se sostuvo gracias a sus triunfos.

Ella fue el motor propulsor de la mediocre saga tenística mamando el impacto de la ruda deportista, a la que años después Alberto Cerdán feminizó dulcificándola con melena de reflejos color miel. Fue un cambio radical más acorde con su estatus de esposa y madre entregada a un amor, que nunca sintió por su primer marido Joan Vehils. Es acreditado y guapo periodista barcelonés director de un diario deportivo. Agradaba al clan en pos de riqueza y éxito. Estuve en su boda, que Juan Antonio Samaranch realzó. Vehils en seguida fue reemplazado por Josep Santacana. Tenía fama de conquistador, deudas y escaso patrimonio. Pero derrochaba desvergonzado encanto personal. Surgió el flechazo, acaso en maniobra bien maquinada. O tal malició la family temiendo perder demonio. Hubo rechazo general y hasta provocaron una investigación con los antecedentes del mozo, hoy padre de sus dos hijos. Pero la campeona, con la fuerza contundente de sus jugadas, desoyó tantos reparos y el “ojo, que viene por tu dinero”. El percal familiar, acaso intuía, o más bien temía, que él traería el escándalo, la ruptura, el alejamiento, sin imaginar ni de lejos que gracias al amor apasionado pero no ciego descubrirían el pastel mal administrado del ingente patrimonio.

Pleitos y denuncias.

Papá acabaría esfumando lo ganado con tantos sudores. Arantxa se prendó, quizá necesitada de cariño o ansiando quitarse de encima a Marisa, la auténtica negra sombra prototipo de la mamá del artista. Lo controlaba todo desde su carácter imperioso. Los miedos paternos no se conformaron con el noviete hoy esposo sino aireando el trapicheo y ocultación de los bienes. Terrible: pleitos, denuncias, rompimiento y Hacienda reclamándole tres millones y medio por defraudación. Fue de un tiempo en que presuntamente residía en Andorra mientras su hermano Emilio tenía domicilio fiscal en Mónaco pese a no ser tan campeón como Arantxa.“Mis padres me arruinaron”, reveló harta en el libro ¡Vamos! publicado en 2012. Cuenta pelos y señales y no volvieron a verse hasta enfermar el hoy fallecido, que pasó los últimos tres meses semivegetativo además de años con alzheimer. Impidieron el último beso de su preferida. Lastimoso. Se retrataron.

El tiempo no curó tantas heridas. No se trata del primer caso. Y ahí está lo extraño, entre Belén Esteban con Toño Sanchís, que anuncia una rueda de prensa televisiva. Se imagina que justificará sus siete años controlando las ganancias de la ya no Princesa del pueblo. La descabalgaron de semejante título, quizá porque la monarquía no está para coñas.

Otros engaños.

 El mismo caso que antaño vivieron Karina o Mari Trini fiándolo todo a la parentela. El fraude presunto de Sara Montiel con su asesor, algo que tampoco se resolvió porque nuestra máxima estrella del cine español murió sin solución. Con 28 años, Sara rodó Veracruz con Gary Cooper y Burt Lancaster; luego, Serenade, al lado de Joan Fontaine, y Samuel Fuller la juntó con Rod Steiger en Yuma. Hizo El último cuplé, se separó de su anciano primer marido, Anthony Mann –que le ofreció ser doña Jimena en El Cid que luego rodó la Loren con Charlton Heston cuando España era el plató preferido y, encima, baratísimo, ahora esos rodajes se hacen en el sahariano Ouarzazate–.

Allá películas, dirá más de uno que se contenta con los Goya o el oscarizado Paco Delgado creando el vestuario de la sensacional La chica danesa, un patético y al mismo tiempo aleccionador testimonio de la primera transexual de la historia, allá por el año 1900. Recomendable, no se la pierdan. Bibiana Fernández fue de sus primeras espectadoras. Salió muy conmovida mientras su musical El amor está en el aire donde empieza con el eurovisivo ¡Vivo cantando! de Salomé, que logró la segunda victoria española tras el La, la, la de Massiel. Cantaron en español, no en el inglés con el que ahora nos defenderá Barei. Ya protestó la Real Academia de la Lengua ante el pasotismo de Televisión Española.

Celebramos el cumpleaños de una Laura Valenzuela algo ausente al cumplir 85 que no aparentan sus aún hermosas piernas. Chocó la lejanía de su siempre expresiva mirada, casi tanto como la altura de su nieto mayor. Como también aplaudimos que Jorge Vázquez ganara el premio a la mejor colección de la Mercedes Fashion Week. Mar Flores vistió pijama chino con chaleco de astracán gris para darle exotismo. Ya conté cómo prodigando incitadoras transparencias reapareció Felipe Varela, que ahora dicen que está en la cuerda floja porque doña Letizia proyecta encargar ropa a todos los modistos españoles. El elegante condumio fue escaparate donde “de prestado” vistió entre otras Cary Lapique, con anchas franjas envolventes difíciles de llevar e iguales a las blanquinegras de Patricia Olmedilla, alegre duquesa de Terranova. Cary contaba que Goyanes inició la rehabilitación tras el infarto: “No soporta dejar de fumar, suerte tiene de que es muy cabezota. Y lo logrará”, comentó a una Carmen Lomana en plan madurísima y risible vampiresa de receñido raso morado con guantes por encima del codo. Es símbolo de elegancia repetido en los Oscar. Genoveva Casanova se apunta a ese chic ya en desuso y asegura: “No pienso volver a casarme”. Quizá porque falta que la anime José María Michavila, que en seguida superó el dolor de enviudar y por tenerla a mano reparó en la excondesa, que hoy sería duquesa. El abogado de Shakira y Alejandro Sanz tiene la última palabra.

Muy romántico todo, como el sostenido romance de Íker y Sara, ella ya más tiempo aquí que en Oporto, aunque es una ciudad cálida y confiada. Escaman tantas idas y venidas y no entienden que dejara la televisión. En lo de Jorge Vázquez, Emiliano Suárez presentó a la de turno que arrebujaba fríos con zorros de la Patagonia. Parece que hagan cola pretendiendo al joyero con ínfulas de tenor, enlaza una con otra. Y ya confirmó, bueno, lo que sea además de publicidad, mientras Cecilia Gómez todavía se duele.

“Yo nunca dije a Cecilia que fuésemos pareja”, rebatió cínico Suárez con parecida habilidad “paseadora” de Luis Medina Abascal. Ya nadie cree sus siempre vendidos enamoramientos que no pasan de salir dos noches. “Y nunca remata faena”, descubren en su entorno las afectadas por pasear y exhibirse a su lado. Lo comentaban tras ver a la casi cincuentona pero aún imponente Juncal Rivero, espigada en beis, o a Nuria March admitiendo que ya se habla con su ex Jaime Martínez-Bordiú. Reconvino acercándoseme como no lo hacía desde que se vendía sin serlo como descendiente de Juan March. Se me atragantó una de las blancas plumas que, a modo de pendentif, colgaban de su traje blanco aumentador de la gélida noche a bajo cero.

Biografía de un periodista.

  No enfrió reunión de amigos, con José María García lanzando su primera biografía. Es corto, daría para obras completas. Estuvieron su hijo Pepe, que sigue encandilado con Ariadne Artiles, y Susanna Griso, que así promociona su “tú a tú” televisivo. Debió llamarlo “Durmiendo con el famoso” y no logra las cotas de Bertín. No falló Blas Herrero, a quien preguntaban por su tele siempre entrañable con Juan Palacios, cuyos relojes Viceroy anuncia Penélope Cruz como antaño hicieron Julio y Enrique Iglesias. Ya supera los años promocionadores de Fernando Alonso, reveló Palacios a Blas Herrero como Susanna que “al entrevistar a Rajoy el otro día, lo encontré traumatizado por ser non grato en Pontevedra”. Al general del staff monclovita Félix Santos pidió “que ilumines a nuestros políticos” sin abandonar a un Pedro de Felipe calvo y con muletas. “Julio Iglesias quiere llevárselo a Punta Cana”, me contó Ángel Nieto.

No se le ocurrirá porque aquello solo es sol y playa. Y con lo depresivo que es Julio, alerté dudando de tal cura. Ángel Nieto es eterna juventud igual que José María García ejemplo del periodismo denunciador. “Hoy ya no es frecuente porque los medios están vendidos”, afirmó. O comprados. Parece lo mismo pero no lo es. 

Grupo Zeta Nexica