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¿Puede Rubio convertirse en un problema para Hillary Clinton?

21 / 04 / 2015 DPA
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Marco Rubio posee un par de características que podrían resultarle ventajosas en su carrera hacia la Casa Blanca: es joven, pertenece a una minoría y además es un buen orador, rebosa optimismo y buen humor. Recuerda un poco a lo que sucedió hace ocho años con Barack Obama, sólo que ésta vez él está en el lado de los republicanos.
Además, hay otro paralelismo entre el latino Rubio y el afrocamericano Obama: al igual que el actual presidente de Estados Unidos hizo en 2008, el senador de Florida también inicia la batalla electoral como "outsider". Y eso es algo que debería asustar sobre todo a Hillary Clinton, pues ya sufrió en carne propia lo que se siente al partir como favorita y ser derrotada por sorpresa por el previsible perdedor.

"Yesterday is over" fue el grito con el que Rubio arrancaba su campaña, dejando claro que el pasado, pasado está. A sus 43 años, este hijo de inmigrantes cubanos se presentó como el prototipo del nuevo Estados Unidos que, con más de 50 millones de latinos, es cada vez más diverso. Y eso significa también menos blancos, y menos protestantes.

"Para nuestra generación, ha llegado el momento de allanar el camino hacia un nuevo siglo americano", dijo el senador católico durante la presentación oficial de su candidatura en Miami. Que sus palabras se dirigían a Clinton y a su rival republicano, Jeb Bush, no sólo quedaba claro entre sus simpatizantes. Aunque por si acaso, Rubio añadió: "Pero no podemos hacerlo mirando a los líderes y las ideas del pasado".

Para el Partido Republicano, Rubio es una especie de promesa: por un lado, convence a los conservadores para que le entreguen su voto en las primarias y, además, no suena lo suficiente radical ni fundamentalista como para espantar a los electores más moderados cuando en noviembre de 2016 lleguen las presidenciales. En política exterior está considerado un hombre de línea dura, que exige más contundencia con Rusia y rechaza el acercamiento a Cuba.

Además, este hijo de inmigrantes encarna el mensaje positivo que millones de estadounidenses quieren escuchar: habla del "sueño americano", de que cualquiera puede tener una oportunidad. Y no sólo con palabras, pues su ascenso de niño latino criado en un entorno humilde a senador en Washington es la viva encarnación de ese sueño.
El problema para Rubio se llama Jeb Bush. Es cierto que el ex gobernador de Florida, hermano del ex presidente George W. Bush e hijo del también ex presidente George Bush Senior pertenece a una generación anterior, pero habla español y está casado con una mexicana, lo que podría gustar al electorado latino. Y las encuestas ponen de manifiesto que en la valoración de los republicanos, Bush está claramente por delante de Rubio.

Es más: Bush está considerado actualmente el candidato con mayor financiación entre los republicanos, un tema que no es menor en unas elecciones estadounidenses. Que Bush es un rival difícil en estas primarias quedó también claro con un comentario de Rubio. "No me presento contra Jeb Bush", dijo el martes. Y la frase dio lugar a todo tipo de especulaciones. 

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