Por qué Trump juega tan fuerte

06 / 02 / 2017 Chris Cillizza (The Washington Post)
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La estrategia de aplicar tantas medidas duras en tan poco tiempo se asemeja a la de los defensas más marrulleros.

Protesta en el aeropuerto JFK de Nueva York contra la prohibición de entrada a los nacionales de siete países

Sally Jenkins es una reportera de deportes y una columnista brillante. Y resulta que también sabe un par de cosas de política. He leído su tuit sobre el modo en que Donald Trump ha afrontado su primera semana en el cargo: “Una vieja estrategia deportiva: juega tan sucio durante los primeros cinco minutos que los árbitros no le pueden pitar todo. Y en adelante jugará más táctico”. Se trata de un modo absolutamente extraordinario de observar el torbellino de actividad (órdenes ejecutivas, tuits y demás) que han marcado los primeros días de la presidencia de Trump.

Según la web de análisis Smart Politics, las seis órdenes ejecutivas de Trump en sus primeros diez días suponen el número más alto desde la Segunda Guerra Mundial. Pero no es solo el número. También son importantes las materias sobre las que el presidente ha ejercido su poder ejecutivo. Con una de las órdenes puso en marcha su reiterada promesa electoral de construir un muro en la frontera con México. Con otra prohibió de forma temporal la entrada de refugiados en Estados Unidos y restringió el acceso de todos los ciudadanos de siete países de mayoría musulmana.

Lo que Trump está haciendo (según la teoría de Jenkins) es definir el horizonte en el que se desarrollará su presidencia. Está viendo hasta qué punto puede estirar el sistema antes de que se rompa y de este modo poner muy, muy lejos, los límites máximos de lo que puede hacer.

Sería útil poner nombres propios al argumento de Jenkins. El baloncestista Stephen Curry, de los Golden State Warriors, es muy difícil de parar en el uno contra uno cuando tiene el balón. Su capacidad para driblar, unido a lo rápido con que arma el disparo en suspensión, hacen casi imposible la tarea de marcarle.

Chris Paul, de Los Angeles Clippers, es muy buen defensor y conoce el juego de Curry. Por eso emplea con él una estrategia deliberada. Empieza todos los partidos en los que tiene que evitar que Curry haga jugar a los Golden State haciendo una defensa muy, muy agresiva. Paul agarra a Curry. Le retiene. Le golpea. Y de este modo reta a los árbitros a que le señalen un montón de faltas. Algunas veces lo hacen, y entonces Paul se carga de faltas demasiado pronto. Pero Paul no deja de jugar de forma agresiva. Y lo hace debido a que los árbitros no quieren expulsar a un All-Star como él en el primer cuarto, por lo que se sale con la suya y puede marcar a Curry de forma mucho más dura de cómo hubiera podido si no hubiera empezado tan agresivo.

En el mundo político, Paul es Trump. Y Curry es el establishment político (es decir, congresistas republicanos y demócratas, pero también lobbies, asesores y medios de comunicación).

En este momento hay una gran indignación con la mayoría de lo que Trump está haciendo, y también por a quién se lo está encargando (sobre todo en relación con su asesor, Steve Bannon). Protestas en los aeropuertos. Quejas sobre la legalidad de las medidas. Demócratas prometiendo medidas de castigo. Republicanos que temen hablar demasiado sobre algo.

Pero si Jenkins tiene razón, esa indignación, esas protestas y esa timidez de los republicanos desaparecerán (o se reducirán), a medida que avance la presidencia de Trump. Eso que ahora nos parece pasarse de la raya nos parecerá normal dentro de poco. Jugando tan fuerte y tan rápido, Trump está redefiniendo los límites de lo que puede hacer y la forma en que el establishment político (y por extensión, el país entero) va a reaccionar.

Habrá que observar con mucha atención cómo avanza la presidencia de Trump. Se ha demostrado que es alguien capaz no solo de forzar los límites de lo tenido por aceptable mucho más allá de lo normal, sino también de hacerlo sin apenas recibir castigo. Esta estrategia de jugar duro desde el principio, ¿le seguirá funcionando como presidente?

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