Los falsos mitos del Estado Islámico al descubierto

18 / 03 / 2015 DPA
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Un Estado moderno y social que busca la legitimidad de la población y que utiliza la violencia sólo como un medio: así presenta la economista, periodista e investigadora italiana Loretta Napoleoni al grupo terrorista Estado Islámico (EI) en su nuevo libro "El fénix islamista" (Paidós), que acaba de llegar a las librerías españolas.
Una imagen muy distinta a la que proyectan los medios de comunicación sobre el grupo liderado por Abu Bakr al Bagdadi que ya tiene bajo su control una tercera parte de Irak y Siria y que está redibujando las fronteras trazadas por las potencias coloniales después de la Primera Guerra Mundial en Cercano Oriente sembrando el terror. Y, sobre todo, que podría convertirse en el primer grupo armado que logra, a través del terrorismo, crear un verdadero Estado.
Partiendo de "Insurgent Irak" (2005), en el que Napoleoni realizó una exhaustiva investigación sobre el terrorista jordano Abu Musab al Zarqawi -antiguo líder de Al Qaeda en Irak y creador de la agrupación que después se independizó para constituir el actual EI- y basándose en entrevistas con periodistas que trabajaron "empotrados" con los yihadistas, la autora experta en financiación del terrorismo analiza en profundidad las raíces, las claves del éxito y los fines reales del EI. Pero sobre todo, desmonta mitos. Dpa la ha entrevistado en Madrid.
Usted asegura que la violencia y el terrorismo no son el mayor peligro que representa el EI. ¿Cuál es entonces?
El EI quiere proyectar una imagen de miedo y barbaridad, pero el peligro real es que utilice el terrorismo para construir un Estado nacional. Además, esa imagen de brutalidad es también un instrumento de Occidente para exorcizar su responsabilidad en la creación del grupo yihadista. El EI es un producto de la política de Occidente en Oriente Medio -entre otros factores- pero ningún país está dispuesto a hacer un examen de conciencia y lo más fácil es presentarlo como un grupo de bárbaros y psicópatas que no tienen nada que ver con nuestras políticas en la región.
Además, el EI no es más brutal que otros grupos armados. En Kosovo hicieron cosas muy similares y también la organización nigeriana Boko Haram. E incluso el Holocausto fue más violento. La novedad radica en el uso de las redes sociales para difundir sus crímenes.
¿Cuál es el proyecto real del EI?
El EI pretende crear una versión moderna del floreciente califato original creado en los orígenes del islam precisamente en el lugar donde comienza la diáspora musulmana. Es decir, tiene un proyecto de creación de un Estado nación que supone la materialización de la utopía sunita del siglo XXI.
Usted lo compara incluso con la creación del Estado de Israel. ¿Tienen ambos la misma legitimidad?
Por supuesto que no. Israel fue construido con ayuda de la comunidad internacional y el EI quiere construir su Estado a través del terrorismo. La comparación es más bien sobre el mensaje: los sionistas lanzaron también un mensaje global para todos los judíos del mundo presentando su futuro Estado como una nación creada en el lugar del que partió la diáspora, que los protegería después de siglos de humillaciones y persecuciones. Y lo mismo hace el EI para los musulmanes sunitas.
Para los musulmanes sunitas, pero no para los chiitas. ¿Dónde quedan estos en su concepción de Estado?
No hay sitio para ellos. El objetivo es regresar al califato original antes de la escisión de los chiitas. Los sunitas consideran que representan la religión pura y original. En su Estado ofrecen a los chiitas la opción de convertirse o de pagar y marcharse. Y si no quieren, la opción es la muerte. Es brutal pero no debemos olvidar que Hitler ni siquiera ofrecía esa opción a sus víctimas.
Afirma que el proyecto del EI es crear un Estado moderno e incluso social. ¿Por qué entonces lo vemos en Occidente como un fenómeno retrógrado?
Su proyecto de creación nacional es el de un Estado moderno y por ello necesitan el consenso y legitimidad de la población y de la "umma", la comunidad musulmana mundial. Por eso tras una guerra de conquista, cuando toman un lugar se ocupan de reconstruir las infraestructuras, restaurar el orden público, la Justicia con tribunales islámicos y también empiezan a hacer obras sociales. Proponen una normalidad de vida que es fundamental en las regiones que llevan mucho tiempo sufriendo la violencia y la anarquía de la guerra. Y no es que el EI sea el Estado ideal entre todas la tribus pero a veces la mejor solución para ellos.
¿Presenta entonces la prensa una imagen equivocada del EI?
Un proyecto social y político de nación no se corresponde con el de un grupo de bárbaros, que por definición son anárquicos. El problema radica en que ahora mismo no hay periodistas sobre el terreno tras los últimos secuestros, pero sobre todo, en que la prensa tradicional utiliza precisamente la propaganda islamista en las redes sociales para informar sobre el EI, porque no tiene nada más. Y de esta forma, caen en la trampa de ofrecer la imagen que precisamente los yihadistas quieren difundir.
Pero la única alternativa es no informar. Algo que no pueden permitirse: en el mundo voyeurista en el que vivimos la historia del EI vende mucho. Todo el mundo quiere ver sus videos.
Otros grupos como el nigeriano Boko Haram han jurado fidelidad al EI. ¿Amenaza el proyecto del Estado Islámico con expandirse fuera del territorio original del antiguo califato?
El concepto de internacionalización es muy nuevo y el EI aún no ha desarrollado una estrategia internacional. Su objetivo inicial era solamente utilizar Siria como un escenario para consolidar el grupo, buscar dinero y regresar a Irak, de donde procede la mayoría de la cúpula. El objetivo principal en el que están trabajando ahora es conquistar Bagdad, la antigua capital del califato. Pero ante su éxito a nivel mundial y el proceso de emulación natural de muchos grupos tendrán que trabajar en su internacionalización. Boko Haram es el mayor grupo terrorista de África pero vamos a ver a otros grupos emulándolos en Somalia y el cuerno de África y después vendrán grupos del sur de Asia. El EI va a ser el paraguas ideológico y país de referencia de todos los movimientos yihadistas, con consecuencias imprevisibles. En Europa tendremos más ataques, pequeños, pero con mucha repercusión, como los que hemos visto (en París y Copenhague) recientemente.
Usted afirma que Occidente ha fracasado en combatir al EI. ¿Cómo se puede enfrentar entonces?
La única alternativa es la diplomacia, quizá una diplomacia secreta por canales no institucionales que trabajen con fuerzas que conocen bien al EI, como los líderes tribales de la región. El primer paso es conocer bien al grupo. ¡No sabemos nada! ¡Utilizar videos de Internet como base de nuestra política exterior es una locura total!

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