Una gran oportunidad

11 / 01 / 2017 Mariano Rajoy
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El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aborda en este artículo los principales retos a los que se enfrenta España durante 2017.

Este mes de diciembre de 2016 se cierra uno de los años más atípicos y azarosos de la vida política española en décadas. Echamos el telón sobre doce meses en los que hemos tenido dos elecciones generales, dos autonómicas, dos sesiones de investidura fallidas y multitud de episodios políticos de lo más diverso.

Sin embargo, las incertidumbres políticas domésticas, unidas a otras que nos han llegado de fuera, como el brexit, el referéndum de Italia o la subida del precio del petróleo, no han afectado a la economía nacional: cerraremos este año con un crecimiento del 3,2% y habiendo creado otro medio millón de nuevos empleos. España sigue siendo, entre los grandes países de Europa, el que más crece y más empleo genera.

Esto ha sido posible gracias a la transformación que ha experimentado nuestra economía en virtud de las reformas aprobadas en el pasado. Sería iluso o irresponsable ignorar los graves problemas de paro, endeudamiento o desigualdad que aún debemos afrontar, pero igualmente sería injusto no reconocer que la economía española es hoy una economía pujante que ha corregido la mayor parte de los desequilibrios que la atenazaban. Tan es así que en la primera mitad de 2017 ya lograremos recuperar el nivel de riqueza que teníamos antes de la crisis, los diez puntos de PIB perdidos en los cinco años de recesión vividos entre 2009 y 2013.

Hace un año, desde estas mismas páginas, fijaba como gran objetivo para España mantener el rumbo de la política económica con la meta de recuperar también los empleos destruidos por la crisis y lograr que a finales de 2019 España cuente con 20 millones de personas trabajando. De ello depende el mantenimiento de las pensiones y de servicios públicos de calidad, la superación de las desigualdades sociales y el bienestar de tantos españoles. Por todas esas razones la lucha contra el paro debe ser nuestra prioridad para los próximos años con la aspiración de poder dar por superada la crisis también en materia de empleo.

España comienza 2017 en una situación que le brinda grandes oportunidades. Después de haber sido noticia por el bloqueo que impidió durante casi un año la formación de un Gobierno hoy, paradójicamente, nuestro país se presenta como un escenario de seguridad en medio de una Europa cuajada de incertidumbres políticas.

Hemos dejado atrás un periodo de interinidad y parálisis institucional que podía haber hecho mucho daño a nuestro país y al conjunto de sus representantes. Ahora nuestro reto es lograr que la legislatura que acaba de arrancar sea un periodo fértil en logros para los ciudadanos. Se trata de evitar que la fragmentación política derive en otra suerte de parálisis igualmente perniciosa o, peor aún, en la demolición de las políticas que nos han convertido en el país de Europa donde la recuperación se presenta más sólida.

El mandato de diálogo y entendimiento que nos dieron los españoles va mucho más allá del trámite de una sesión parlamentaria y debe extenderse al conjunto de la legislatura. Hoy no existe en España ninguna alternativa posible al diálogo, la negociación, la cesión y el pacto. Lo que digo vale tanto para la política como para la economía, las cuestiones sociales o institucionales. O abordamos entre todos una etapa de diálogo constante y leal, o nos volveremos a zambullir en la inestabilidad tan lesiva para nuestros intereses y para el bienestar de los españoles.

Hasta el momento, y no es poco, ya hemos conseguido pactar con las comunidades autónomas y los grupos de oposición una senda de consolidación fiscal que nos permitirá cumplir nuestros compromisos con Europa al tiempo que garantizar el mantenimiento de los servicios públicos esenciales que prestan las distintas administraciones públicas en España.

La consolidación fiscal está en la raíz de la credibilidad ganada por la economía española. Y, por tanto, de su recuperación. Hemos reducido a la mitad el déficit, desde más del 9% que nos encontramos al llegar al Gobierno en 2011. Y hemos adoptado medidas para asegurar que en 2017 finalice en el 3,1%, tal y como acordamos con nuestros socios europeos. Sabemos también que la mejor forma de reducir el déficit es la que viene de la mano de los ingresos generados por un fuerte crecimiento económico sostenido en el tiempo y a ello dedicaremos todos nuestros esfuerzos.

En las primeras semanas del nuevo Gobierno han echado a andar otros foros del diálogo con el resto de fuerzas políticas sobre asuntos tan decisivos como el futuro de nuestro sistema de pensiones o un acuerdo nacional en materia de educación. Son cuestiones que por su importancia y su naturaleza deben resolverse con vocación de permanencia, por lo que aconsejan contar con el apoyo de mayorías muy reforzadas que los preserven en el futuro.

España se encuentra ante una oportunidad excepcional. Jamás en nuestra historia reciente se habían dado unas condiciones políticas como las que tenemos ante nosotros para forjar grandes acuerdos de Estado. Nos ha costado un año de bloqueo asumir este nuevo marco político y actuar en consecuencia, pero ya hemos empezado a hacerlo. Cada acuerdo que logremos será semilla de otro, nuevo compromiso y cada pacto un motivo mas de tranquilidad para los españoles.

Si acertamos en nuestro desempeño no solo lograremos dejar definitivamente atrás la crisis económica, habremos cumplido la voluntad de los ciudadanos y además habremos definido un nuevo modelo de relaciones políticas mucho más moderno, propio de una democracia madura y de una sociedad tan abierta como es la sociedad española.

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