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El desafío eterno de EEUU

25 / 08 / 2015 DPA
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Once millones de indocumentados y sin una solución a la vista.

La reforma migratoria será sin duda uno de los principales retos que herede el próximo presidente de Estados Unidos: con 11 millones de indocumentados, 3.185 kilómetros de frontera con México y un sistema de visados complejo y obsoleto, el país enfrenta un desafío que ha ido pasando sin solución de administración en administración.
 
 Aunque republicanos y demócratas coinciden en la necesidad de aprobar una reforma, difieren en la solución. Y la campaña para las primarias y las elecciones presidenciales de 2016 complica aún más el debate.
 
 Los republicanos, que se oponen a la amnistía de los indocumentados, consideran que antes de hablar de reforma migratoria habría que garantizar la seguridad de la frontera. 
 
 Los demócratas argumentan por su parte que legalizar la situación de estos inmigrantes no sólo sacaría de las sombras a millones de indocumentados, sino que aumentaría los ingresos en las arcas públicas y estimularía el consumo y el crecimiento de la economía de Estados Unidos.
 
 El Senado aprobó en junio de 2013 una reforma migratoria integral. En 2014, sin embargo, los republicanos vetaron la iniciativa en la Cámara de Representantes. Los líderes republicanos eran conscientes de la necesidad de la reforma, pero el Tea Party, el sector más radical del partido, impidió el voto.
 
 El drama de los niños indocumentados centroamericanos que cruzan solos la frontera conmovió el año pasado a parte de la pública estadounidense. Pero también despertó los peores instintos de quienes se oponen a la migración, que apuestan por las deportaciones masivas y el reforzamiento de la frontera.
 
 Ante la falta de acción por parte del Congreso, Obama anunció en noviembre de 2014 decretos migratorios utilizando su poder ejecutivo.
 
 Sin embargo, los decretos se encuentran bloqueados desde febrero por un juez de Texas, a la espera de que los tribunales decidan si el presidente se excedió o no en su poder ejecutivo a la hora de conceder papeles temporales a unos cinco millones de indocumentados.
 
 La inmigración será probablemente uno de los temas centrales de las primarias y de la campaña para las elecciones presidenciales de 2016, en la que el voto latino puede ser clave.
 
 La candidata a las primarias demócratas Hillary Clinton se mostró en mayo a favor de una reforma migratoria con una vía a la ciudadanía para los inmigrantes indocumentados, en un intento de diferenciarse de los candidatos republicanos y ganarse el voto de los latinos.
 
 Al contrario, los candidatos republicanos se verán obligados durante las primarias a girar a la derecha si quieren ganar la nominación de su partido para las elecciones de 2016, ya que entre las bases del partido cala bien el mensaje de mano dura con la inmigración.
 
 A la influencia del Tea Party en el partido se añade ahoar "el efecto Trump". El multimillonario Donald Trump, que parte como favorito en las encuestas a la nominación por el Partido Republicano, provocó una fuerte polémica cuando anunció su candidatura y agitó aún más el debate. Su discurso estuvo marcado por comentarios xenófobos contra los inmigrantes mexicanos indocumentados, a los que el magnate calificó de narcotraficantes, delincuentes y violadores.
 
 "Los líderes republicanos están más preocupados por apaciguar a sus bases que por ganar la presidencia", considera Frank Sharry, de la organización pro reforma migratoria America's Voice, quién advirtió a los republicanos que si no apoyan una reforma migratoria amplia, les será casi imposible recuperar la Casa Blanca, ya que el voto latino irá al Partido Demócrata.
 
 Los hispanos apoyaron a Obama claramente en 2008 y sobre todo en 2012, cuando logró el 71 por ciento de respaldo frente al 27 por ciento de su rival republicano, Mitt Romney, quien durante la campaña electoral invitó a los indocumentados a "autodeportarse".
 
 De los 55 millones de hispanos que viven en Estados Unidos, la empresa de demoscopia Latino Decisions calcula que unos 13,1 millones votarán en las elecciones presidenciales de 2016.

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