Un español en la corte de la reina de Inglaterra

09 / 01 / 2009 0:00 Miguel Amores
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Isabel II, preocupada por el alcance de la crisis, acude a la prestigiosa London School of Economics para recibir una clase de Finanzas de la mano del profesor Luis Garicano.

Fernando Torres, delantero del Liverpool, hace vibrar las gradas de media Inglaterra con sus goles y el cineasta Pedro Almodóvar hechiza a millones de británicos con sus intrincadas historias de incomunicación y deseo. Sin embargo, ninguno de ellos puede presumir de haber estremecido el corazón de la soberana del país, Isabel II. Un corazón que, por cierto, tiene fama de frío. Eso sólo está al alcance de hombres como Luis Garicano, un economista español que ha tenido la oportunidad de darle una clase sobre la crisis financiera ni más ni menos que a la reina de Inglaterra.

Fue el pasado 5 de noviembre en la London School of Economics, donde Garicano trabaja como profesor. “¿Cómo es posible que nadie hiciera nada para prevenir lo que se nos venía encima?”, preguntó apesadumbrada Isabel II cuando se enteró por boca del profesor español que los países pobres son los más afectados.

Garicano le explicó que “cada agente económico había hecho lo que le pagaban por hacer” y que “el sistema no estaba alineando los incentivos de todos hacia el bien común”. Esto, que se puede resumir en avaricia, explica la pasividad de los poderosos ante el estallido financiero. Pero la curiosidad regia fue más allá, y Garicano tuvo que explicarle brevemente el origen y la composición de los lodos económicos en los que hoy se hunde medio mundo.

Tres claves para entender la crisis

El encuentro tuvo lugar durante la visita inaugural de la reina al nuevo edificio de la London School of Economics, el prestigioso centro en el que Garicano es director del departamento de Investigación y Gestión. “Me habían informado de que, aprovechando su visita a la escuela, la reina quería que algún profesor le explicara la crisis –cuenta Garicano a ‘Tiempo’–. Y me lo pidieron a mí”. Así, preparó una breve exposición y un mural lleno de gráficos del que Isabel II no despegó la mirada en los minutos que duró la explicación.

El profesor español le explicó tres claves básicas para entender la crisis. En primer lugar, que todo comenzó con las hipotecas subprime, un producto financiero opaco que arrastró los préstamos “hacia un modelo de desintegración”. En segundo lugar, hablaron de la enorme magnitud de las pérdidas. Garicano le dijo que el Fondo Monetario Internacional estima que el sistema financiero mundial tiene un agujero de 1,4 billones de dólares, de los que todavía sólo la mitad han sido reconocidos por los bancos como pérdidas. En tercer lugar, Garicano habló del efecto contagio de los desastres económicos generados en el Primer Mundo a los países en vías de desarrollo. Esto último despertó el aristocrático sentido de la justicia social de Isabel II, que además de soberana del Reino Unido y una de las mujeres más ricas del mundo es jefa de Estado de dieciséis naciones entre Canadá y las Islas Salomón, la mayoría de ellas pobres: “Pero si estos países no han hecho nada”, dijo.

Puede sorprender que tuviera que ser un pucelano el que le explicara a la reina de Inglaterra por qué estamos en crisis, aunque esa sorpresa se desvanece cuando se echa un vistazo al currículum de Garicano. A sus 41 años, su trayectoria tiene poco que envidiar a las mejores del mundo.

Garicano nació en Valladolid en 1967 y estudió en un colegio de los jesuitas, donde destacó en los estudios (“era un poco empollón”, reconoce) y no tanto en el fútbol, donde le elegían de los últimos a la hora de formar los equipos. Afirma que tuvo una infancia feliz, y que aún hoy sus mejores amigos son los que conoció con 6 años, aunque su niñez se viera ensombrecida por la muerte de su padre.

En Valladolid estudió Derecho y Ciencias Económicas, hasta que a los 24 años se trasladó a Brujas (Bélgica) al Colegio de Europa, y más tarde entró por oposición en la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la UE. “Me pareció muy aburrido –afirma–, como una jaula dorada donde vives bien y haces poco, así que me fui a hacer un doctorado a la universidad de Chicago”. Dice Garicano que estudiar en esta ciudad, cuna del premio Nobel Milton Friedman, supuso para él una auténtica revelación. “Es el mejor lugar del mundo para estudiar economía”, sostiene.

Vivió en Chicago quince años, donde dio clases en la universidad y consiguió la cátedra en Economía y Estrategia. Allí se casó con su mujer, Christa, de nacionalidad holandesa, y tuvieron a sus dos hijos, ambos chicos, que hoy tienen 6 y 3 años de edad. Garicano afirma haber pasado buenos años en la ciudad, aunque reconoce que al principio fue un shock: una cosa son los rigores del invierno castellano y otra muy distinta los 30 grados bajo cero de un mal día de invierno a orillas del lago Michigan.

Como profesor en Chicago, escribió decenas de artículos en publicaciones especializadas y colaboró en numerosos libros de temas económicos. Esta brillante trayectoria desembocó en la concesión en 2007 del premio Fundación Banco Herrero, que le distinguió como el mejor economista español de menos de 40 años. Un año antes, en 2006, le habían llamado de la London School of Economics para que se hiciera cargo del departamento de Investigación y Gestión, cargo que aceptó, entre otras razones, para que sus hijos estuvieran en Europa, cerca de sus abuelas.

Tras mantener su encuentro con la reina, se ha insinuado que ella le pidió consejo sobre dónde colocar su fortuna para capear mejor la crisis. La prensa inglesa, por ejemplo, especuló con que Isabel II ha sufrido pérdidas millonarias por la bajada de la cotización de sus acciones. Garicano, sin embargo, niega que hablaran de las finanzas privadas de la reina. “Eso debe ser superprivado –dice– y además, la consulta no le saldría gratis”, dice entre risas.

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