Un año sin Cayetana
24 / 11 / 2015 Jesús Manuel Ruiz
Carmen Tello, la mejor amiga de la duquesa de Alba, su confidente y el brazo en el que se apoyó hasta sus últimos días, nos recibe en su casa de Sevilla, donde recuerda con nostalgia a Cayetana. Un “flechazo de amistad” que duró siete lustros
El amanecer del día 20 de noviembre de 2014 se iba para siempre Cayetana Fitz-James Stuart. La última titular de la Casa de Alba se despedía en su palacio favorito, el de Las Dueñas, en Sevilla. Trescientos sesenta y cinco días sin la madre, sin la esposa y sin la amiga. Todos han recordado en estos últimos doce meses a la “duquesa del pueblo.” Carmen Tello fue su amiga inseparable hasta el final. Fueron íntimas, confidentes y hombros donde apoyarse cuando se necesitaron. Un año después de su partida, TIEMPO charla con la esposa del maestro Curro Romero para recordar a quien fuera la mejor embajadora de Sevilla y de los placeres de la capital hispalense. “Al principio fue muy triste porque cuando se murió lo pasamos muy mal. Es cierto que poco a poco, con el paso del tiempo, nos vamos quedando con los mejores recuerdos. Con ella tuvimos muchos momentos que jamás olvidaremos. Jamás” recuerda la gran amiga de Cayetana Alba. “Me acuerdo muchísimo de ella. Y quizás cuando más me acuerdo es cuando me encuentro baja de ánimo. Ella siempre estaba a mi lado y me ayudaba”, se emociona Carmen Tello. “Quizás en los momentos en los que se ha dicho algo injusto de mí este último año, Cayetana hubiese sacado uñas y dientes. Así era ella. Con los suyos y para los suyos. Hubiera sacado la cara por mí sin lugar a dudas. Como hizo siempre”.
UNA GRAN AMISTAD. Carmen Tello y Cayetana Alba se encontraron hace 36 años en la calle Cuna de Sevilla, en el palacio de los exsuegros de Tello. En aquel momento la duquesa estaba casada con su segundo marido, el exjesuita Jesús Aguirre, y Carmen Tello con el entonces marqués de Valencina y hoy marqués de la Motilla. El exmarido de Carmen Tello, Miguel Solís y Martínez Campos, es hermano de Matilde Solís, quien fuera esposa de Carlos Huéscar, actual duque de Alba. En el palacio de los marqueses de la Motilla, en pleno centro de Sevilla, se conocieron Tello y Cayetana. Desde el primer momento surgió un flechazo de amistad que perduró a lo largo de los siguientes siete lustros. “Fue en la casa de mi exsuegra Isabel Martínez Campos donde nos encontramos por primera vez. Un tiempo después me llamó a través de Nati Abascal para que le echara una mano en la organización del Rastrillo de Sevilla. Yo acudí y desde entonces las dos fuimos inseparables”.
