Podemos coquetea con el mundo económico

04 / 03 / 2015 Clara Pinar
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La formación de Iglesias se reunió a finales de 2014 con inversores internacionales y esta semana se ha visto por primera vez con directivos de empresas españolas.

El mundo financiero empieza a interesarse por Podemos. De momento, más fuera que dentro de España, a tenor de dos de las tres reuniones formales –una en Washington y otra en Madrid– a las que responsables del partido de Pablo Iglesias han asistido desde finales del año pasado. El tercero de los contactos tuvo lugar esta misma semana también en Madrid, cuando por primera vez expusieron sus propuestas a representantes de un grupo de 37 empresas, entre ellas Abertis Telecom, Azucarera, Bankinter, la cementera mexicana Cemex, FCC, Google, Grupo Gestiona, el banco suizo HSBC o la asociación que agrupa a las empresas de la construcción, Seopan. Una de las novedades en esta ocasión es que los asistentes aceptaron que trascendiera el nombre de las empresas que habían asistido al encuentro con Podemos. No ocurrió lo mismo en las dos anteriores, cuando no cayeron en la cuenta de exigir esta transparencia, algo que ha echado para atrás a alguna que otra compañía que, de momento, no quiere verse relacionada con la formación de Pablo Iglesias. 

La secretaria de Análisis Político y Social de Podemos, Carolina Bescansa, es la responsable de unos encuentros donde le acompaña su portavoz de Economía, Nacho Álvarez, profesor de Economía Aplicada en la Universidad de Valladolid e investigador del Instituto Complutense de Estudios Internacionales.

“Es lógico que las empresas extranjeras perciban que hay una nueva fuerza emergente y es lógico que estén interesadas en conocer de primera mano cuáles son las propuestas básicas en términos económicos. Habida cuenta de lo difícil que es averiguar la posición de Podemos, porque el circo mediático es muy intenso, es muy lógico que nos pidan reuniones cara a cara”, afirma Bescansa, que dice que sirven para “quitar el miedo”.

El primer encuentro se produjo el pasado noviembre en la capital de Estados Unidos. Solo acudió Álvarez y se produjo justo el mismo mes en que fondos de inversión de entidades como Barclays y JPMorgan alertaban de que abandonarían España si el ascenso de Podemos se traducía en una victoria electoral.

Un mes después de que los fondos de inversión expresaran estos temores, otro grupo de inversores extranjeros se reunía de nuevo en Madrid con Bescansa y Álvarez. Fue el segundo encuentro formal hasta el momento, donde también hubo asistentes inesperados para Podemos. “Nos reunimos con un pool de inversores y pensábamos que iban a ser todos extranjeros y para nuestra sorpresa había dos o tres españoles”, relata Bescansa.

El tercer encuentro fue hace unos días con ejecutivos de 37 empresas, entre ellos el director general en España del banco suizo HSBC. En este caso, Bescansa percibió una “acogida excelente”, a pesar de que, según uno de los asistentes, también hubo críticas a los planes económicos de Podemos.

Hasta el momento, la dinámica de estas reuniones es siempre parecida. Para empezar, porque se producen por intermediación de distintas consultoras que se dedican a poner en contacto al mundo empresarial y financiero con representantes políticos para que hablen en un ambiente más o menos confidencial. La última fue promovida por la agencia Kreab Gavin Anderson, que dispuso su oficina en la madrileña calle del Capitán Haya para un encuentro de aproximadamente una hora y media que se produjo por la mañana. Antes había organizado encuentros similares con el candidato socialista a la alcaldía de Madrid, Antonio Miguel Carmona; el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez; o el exministro socialista José Bono.

Distinto lenguaje.

Los encuentros empiezan con una exposición inicial, que suele ser extensa, sobre la “interpretación política y económica y las propuestas y análisis” de Podemos, explica a Tiempo Bescansa. Allí se habla de los planes de Podemos sobre la deuda pública (ver recuadro), una de las grandes inquietudes de los inversores extranjeros en el turno de preguntas que se abre después, o de cómo la corrupción o los recortes salariales perjudican a todos los sectores. Los asistentes más familiarizados con la política española notarán diferencias entre la manera en la que Bescansa se expresa en la televisión o en mítines de Podemos y en estas reuniones a puerta cerrada, no “orientadas a la comunicación”, sino “de tipo técnico” y en las que no se escuchan términos tan ligados al discurso de Podemos como régimen o casta. “En todo caso, todos los portavoces de Podemos somos capaces de hablar durante más de dos horas sin decir la palabra casta”, puntualiza Bescansa.

En cuanto al ambiente, al principio los interlocutores se sitúan a “cierta distancia” de los representantes de Podemos. “Lo que han oído les suena muy ruidoso”, admite Bescansa, no se parece mucho a sus propuestas “reales”. Otro miembro de Podemos conocedor de estos contactos detecta una evolución desde la “condescendencia” que percibían en los primeros encuentros y que ha ido desapareciendo a medida que las encuestas han ido confirmando a Podemos como una de las principales fuerzas políticas de España. Bescansa cree que hablar en un ambiente más tranquilo sirve “para quitar miedo”, aunque no todos los asistentes se van de la misma manera. “En unos casos cada uno se va a su casa y en otros mucha gente quiere contactar después”, como asegura que ha ocurrido con algunas de las empresas españolas de la última reunión, con las que Podemos espera poder contar para elaborar su programa electoral.

De momento, se tiene conocimiento de tres reuniones de las “muchísimas” peticiones que recibe Bescansa para celebrar encuentros de este tipo. Ahora también de fondos españoles de inversión que parecen seguir así la senda de los extranjeros. Ella y Álvarez están pendientes de hacer un hueco en la agenda para asistir a otra reunión colectiva que les han propuesto en Londres.

Gran empresa española.

El interés de las altas finanzas en España es, de momento, más reducido o, al menos, mucho más discreto. Bescansa admite que hay ciertos “contactos” con algunas de las mayores empresas españolas, las que cotizan en el Ibex35, pero que de momento no se han materializado en ningún encuentro. “Las empresas del Ibex35 nos están contactando, ha habido algunas solicitudes pero es que no damos abasto”, dice. La presencia inesperada de bancos españoles en reuniones con inversores extranjeros es el único contacto más o menos directo que se ha tenido con este sector. Santander o BBVA no figuran de momento entre las compañías con las que se hayan reunido. Tampoco grandes compañías como Repsol o Telefónica. De la misma manera que Bescansa asegura que no tendrían problema en reunirse con ellos –“yo creo que es positivo que nos reunamos con los grande bancos, las grandes empresas españolas y compartamos puntos de vista”– también sabe que será muy difícil ponerse de acuerdo en “puntos de desacuerdo profundos” como los relacionados con la fiscalidad, la tributación “real” de las empresas o la reducción de costes laborales que permite la última reforma laboral.

Con su llegada a los círculos empresariales y financieros, Podemos pretende “tranquilizar” a los poderes económicos, de una manera similar al camino que emprendió el hoy primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, para ganar la confianza o, al menos, reducir el miedo de los mercados ante la eventual victoria electoral de Syriza. La diferencia, de momento, es que Podemos aún no ha establecido contactos férreos en el seno de la UE, donde los únicos lazos son los que se establecen entre sus eurodiputados, con Iglesias a la cabeza, en el Parlamento Europeo. De momento, no ha habido encuentros con la Comisión Europea o el Banco Central Europeo.

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