A la calle con pies de plomo
Podemos alienta la movilización de la calle frente al PP y al PSOE, pero se cuidará mucho de no promover ni participar en actos que puedan perjudicarle.
Podemos quiere estar en la calle y no mimetizarse con las instituciones en las que ahora representa a los ciudadanos, pero lo hará con cautela para no correr riesgos contra su imagen. Esta es la idea principal que pesará en su estrategia durante toda la legislatura, que empezó oficialmente con el desplante de Unidos Podemos al rey Felipe VI. Días antes de anunciarse la decisión del semiboicot a la sesión solemne de apertura de legislatura, diputados de Podemos negaban que fuera a producirse desplante alguno al monarca, a quien, recordaban, este partido anima a presentarse a unas elecciones, seguro de que las ganaría. Su ausencia en el saludo de los parlamentarios a los Reyes y en el desfile militar en la Carrera de San Jerónimo se equilibró con la presencia de los diputados de Unidos Podemos y Compromís en el Hemiciclo durante el discurso de Felipe VI, entendido como “trabajo” pero sin ovaciones al monarca por su parte, como desde hace años han hecho los diputados de IU, hoy parte del grupo parlamentario de Iglesias.