Marcos Fajardo

13 / 03 / 2017 Hernando F. Calleja (Ilustración: Luis Grañena)
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Ingeniero

“En España tenemos estabilidad y ayudas, pero nos sobra burocracia”

Ilustración: Luis Grañena

Acaba de recibir el Premio Científico y de Ingeniería de la Academia de Hollywood, un Oscar tecnológico por su aportación a la industria cinematográfica.

Para muchos españoles es una sorpresa que un español sea distinguido como autoridad internacional en la tecnología aplicada a las artes visuales. Usted no practica el “que inventen ellos”.

Muchos ingenieros tenemos una personalidad un poco obsesivo-compulsiva y cuando vemos una herramienta o un proceso que se puede mejorar u optimizar, no podemos ignorar el desafío.

 

¿Sus investigaciones desde un comienzo se dirigieron hacia las artes visuales? ¿Qué fue antes, el desarrollo informático o la fascinación por el cine?

Cuando en 1994 comencé a investigar en generación de imagen de síntesis usando métodos de trazado de rayos, no tenía en mente aplicar esta tecnología al cine. En cierta forma era un hobby, un atajo para aprender matemática aplicada y ciencias de la computación de forma más divertida. La conexión con las matemáticas es mucho más fuerte y visceral cuando las puedes visualizar directamente en una imagen, y cuando los errores de programación saltan a la vista como artefactos en esa imagen. Depurar algoritmos visuales puede ser muy divertido. Quizá influenciado por los primeros cortometrajes en 3-D que podíamos ver en Metrópolis en TVE2, algunos años más tarde descubrí que esos algoritmos podían ayudar y ahorrar trabajo a los artistas digitales trabajando en cine de animación y efectos visuales.

Son ya muchas e importantes las películas que han utilizado su software para los efectos especiales. ¿Este proceso es el más difícil todavía?

Cada año, los estudios de cine les piden a las empresas de efectos visuales trabajos más complejos y espectaculares. Cuando antes era muy difícil hacer un primer plano con un robot, ahora vemos batallas de cientos de robots en planos larguísimos, interactuando con explosiones y otros efectos. También es cierto que hay muchos efectos especiales invisibles, cambiando decorados y fondos, añadiendo coches o extras digitales. En este caso no se trata de hacer efectos más espectaculares, sino de ahorrar costes de producción y rodaje.

 

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