Antonio López-Istúriz

 “Syriza no vota lo mismo que Pablo Iglesias en el Parlamento Europeo”

¿Cómo valora el triunfo de Syriza?

Con respeto. Ahora nos toca buscar métodos democráticos para combatirla. No comparto ni una sola de sus demandas ni programa. Es populismo puro y duro, capaz de pactar con una derecha expulsada de Nueva Democracia y del PPE por sus planteamientos ultranacionalistas y trasnochados.

¿Es inquietante ese pacto?

Sin duda. Hay que ver por dónde van estos días, pero tirar de un partido de estas características es muy preocupante, sobre todo, para Grecia, pudiéndose haber aliado Tsipras, por ejemplo, con To Potami (El río).

¿No fue ofensivo decirles a los griegos que votaran pensando en la Troika y en los mercados?

Como secretario general del PPE mi máxima ha sido no interferir nada en el proceso previo de elección salvo para ayudar a un partido nuestro, liderado por Samarás. Evidentemente, en Bruselas preocupaba mucho la victoria de Syriza, pero conozco la política griega, ya que mantengo contacto con distintos partidos, incluido Syriza, y a mi juicio está claro que van a pagar la deuda. España ha puesto 26.000 millones en el rescate de Grecia y nos interesa que ese dinero se devuelva al pueblo español.

¿La llamada reestructuración de la deuda no supone una ruptura de sus compromisos?

Intentarán renegociar. Eso lo hacemos todos constantemente. Así se construye la Unión, no hay ninguna novedad ni problema en ello. Que haya una negociación es lógico, también la iba a haber con Samarás, por lo que no puede venderse como una victoria política. Ceder, se va a ceder lo mismo: se alargan los plazos o se actúa sobre el tipo de interés, lo normal. Pero lo que está claro es que una ruptura de los acuerdos supondría la salida de Grecia del euro. Para la Unión Europea sería un problema, pero no tanto como hace cinco años. Afortunadamente se han creado las estructuras que ahora nos dan la estabilidad necesaria si pasa eso.

¿Hasta qué punto puede haber efecto contagio en España con Podemos?

Es un error intentar comparar las soluciones de Syriza y Podemos porque responden a realidades nacionales, no son partidos con experiencia europea. Están pensando en sus países. Pueden darse besos y abrazos y hacerse la foto, pero no tienen nada en común. Rara es la ocasión que no veo cómo votan distinto dentro del mismo grupo de izquierda. Syriza no vota lo mismo que Pablo Iglesias. He visto al señor Iglesias entrar en una comisión del Parlamento Europeo pedir la palabra y salir corriendo minutos después de haber hablado sin quedarse al desarrollo de todo el debate, solo para ese minuto de gloria, ese minuto de show para los medios.

Lo que nos dicen los sondeos es que Podemos puede ser primera fuerza política.

Mi experiencia me indica que rara es la ocasión en que alguien ha acertado un pronóstico electoral en los últimos 20 años, aunque parece que las encuestas coinciden en el hecho de que Podemos sube. Frente a eso, nosotros tenemos que comunicar al ciudadano, con datos, cifras y realidades, que debe ser consciente de que vamos por buen camino, que queda mucho por trabajar y que la entrada de una fuerza política sin ninguna experiencia de gestión podría ser muy contraproducente.

Otra cuestión que preocupa a Europa es el terrorismo yihadista. ¿Qué sentido tiene dar una solución local a un problema global entre países que comparten fronteras?

Rara era la ocasión en que el grupo socialista francés no bloqueaba las iniciativas que los eurodiputados españoles del PPE presentábamos constantemente. Ha habido una evolución demasiado lenta de la izquierda a la hora de reconocer el problema del terrorismo yihadista. Ahora observo un cambio de actitud y es más que probable que podamos ir de la mano en la elaboración de una legislación europea, respetuosa con los diferentes argumentos jurisdiccionales de cada país, pero coordinando esfuerzos de policías y jueces.

¿Hay un problema de coordinación?

Hay gente que se aprovecha de nuestras libertades para atentar. Hay que localizarlas, saber a dónde han viajado, si han recibido entrenamiento o no y tenerlas localizadas en cada país y comunicar a los distintos órganos jurisdiccionales y policiales sus movimientos. Eso contribuye a mantener ese espacio de libertad y de seguridad, como ocurre en Estados Unidos.

¿Qué futuro le augura a la unidad PP-PSOE?

Doy la bienvenida a esta línea común. No se podía entender de otra manera puesto que está ocurriendo en toda Europa. Numerosas veces el PPE ha intentado en Bruselas denunciar esta situación y ha sido bloqueado constantemente por la izquierda, que ha permitido que los terroristas se paseen por ahí libremente. Algunos socialistas, a título personal, me decían que eran partidarios de tomar medidas, pero la consigna de Madrid era otra, con un desconocimiento total de la política europea. Espero que la visita de Pedro Sánchez a Washington fuera reveladora para él.

¿Cuándo será una realidad el registro  de pasajeros?

Yo creo que para este mismo año. España ya ha asumido la iniciativa. Es lógico y normal subir a un avión sabiendo que nadie lleva armas y que el que tengo sentado al lado no ha estado cinco veces en Siria entrenándose para matar. Hay que tener en cuenta que los datos de los pasajeros los maneja cualquier compañía aérea, cualquier teleoperador de viajes, entonces, ¿dónde está el problema?

¿No debiera ser ilegal la propia existencia de webs yihadistas como lo son las de pederastia?

Lógicamente. Mi libertad acaba allí donde hay una página web que está dando información de cómo volarse en un avión.

¿Ha estado estos años el Gobierno demasiado oculto, emboscado...?

No. Un exceso verbal hubiese sido un error, porque habría puesto a los mercados en contra de España y habría significado la intervención. La continencia verbal, la paciencia infinita, han asegurado el camino a esta recuperación. Creo que se han manejado bien los tiempos, por eso antes no era bueno comentar según qué cosas que pudieran haber operado en contra. Ahora sí es necesario comunicar y contar.

¿Ha entrado Bárcenas en campaña?

Aquí la única campaña que va a haber es la del PP y la de Rajoy para explicar la buena situación económica, por qué hicimos las reformas y las perspectivas de futuro. Habrá intentos por parte del pequeño Nicolás y Bárcenas, pero lo que ahora preocupa es si los sacrificios han servido para superar la crisis.

¿Es bueno fotografiarse con Angela Merkel, Silvio Berlusconi y Jean-Claude Juncker en el congreso del PPE que se celebrará en España en precampaña electoral?

El ciudadano español no tiene la percepción, como ha ocurrido en Grecia, Italia o Portugal, de que Merkel sea la generadora de todos los problemas de Europa. Ha sido en eso bastante más práctico y ha demostrado más cabeza al saber que el problema era nuestro, que se ha generado en España, que la señora Merkel no tiene la culpa de unos problemas que tienen nombres y apellidos. Se podrá discutir si su manera de llevar los asuntos es mejor o peor, pero a mí me consta, por relación personal, que esta señora no se despierta cada mañana para fastidiar a nadie.

¿Qué podemos esperar del plan Juncker?

Forma parte de una estrategia elaborada por el PPE que supone cambiar la mal llamada política de austeridad por crecimiento económico. Significa una inversión multimillonaria, una garantía, que busca la liquidez que hay en el mercado exterior para que entre y confíe en Europa. Estamos contratacando, hemos dejado de defendernos, por eso es fundamental que Grecia mantenga sus compromisos.

¿Y cómo ven nuestros socios el debate soberanista catalán?

No veo a ningún colega mínimamente interesado por este proceso. Han quemado sus naves a nivel internacional, han provocado hartazgo y cansancio, y sospecho que eso también se está produciendo en la sociedad española. Espero y deseo que eso se refleje en las elecciones catalanas.

¿El mejor candidato de las generales próximas es Mariano Rajoy?

A día de hoy, sí, y a lo largo de este año, también. Me gustaría que las elecciones de noviembre supusieran un reconocimiento a un trabajo, a una paciencia infinita y a una labor que ha sido dura de llevar. Tenemos un año por delante para comunicar qué es lo que recibimos y qué es lo que hemos hecho por el bien del ciudadano. Podemos haber acertado o no, pero el conjunto de las medidas tomadas está llevando a España por buen camino.