Los Reyes Magos, más espléndidos

06 / 03 / 2006 0:00 Celia Llorente
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El consumo nacional de juguetes en Navidad consigue que éste sea un buen año para el sector, a pesar de que las exportaciones siguen sin levantar cabeza. Los españoles gastarán de media 126 euros por niño en juguetes estas navidades.

Después de algunos años flojos, los jugueteros españoles están de enhorabuena. Estas fiestas, el aumento del consumo y del gasto familiar en juguetes augura un buen fin de ejercicio para el sector. El consumo hasta septiembre ha acumulado un incremento superior al 10 por 100, lo que hace prever que, de continuar la tendencia (como se está confirmando en estos días), ésta sea una de sus mejores campañas. Los jugueteros esperan que el gasto total al finalizar las fiestas ascienda hasta los 1.050 millones de euros, un 4 por 100 más que el pasado año, que se cerró con 1.014 millones.

En la campaña de Reyes se concentra el 72 por 100 del total de ventas del año. El gasto medio de estos días por niño, excluidos los videojuegos, se situará alrededor de 126 euros, frente a los 119 euros del año pasado, según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ). También se espera que se incremente el gasto en juguetes por niño y año, que se situará en 175 euros al cierre de 2005, frente a los 166 euros de 2004.

Los empresarios del sector saben que tienen que echar el resto durante estas fechas. Al final de la campaña navideña habrán desembolsado en publicidad 100 millones de euros, un 25 por 100 más que el año anterior. El 90 por 100 de este presupuesto irá destinado a anuncios en televisión. Si tenemos en cuenta que, según revela la encuesta Duracell 2005, el 94 por 100 de los niños españoles decide los juguetes que pide a los Reyes por lo que ve en la tele (frente a la media europea de un 69 por 100), la inversión parece justificada.

Tímida recuperación

La exportación es el principal reto de la industria juguetera. Este año ha logrado romper la tendencia negativa y ha empezado a mostrar una tímida recuperación, con un crecimiento del 0,56 por 100 en los primeros diez meses. Un dato que, aunque parece poco importante, puede suponer un punto de inflexión tras dos años (2004 y 2003) en los que las ventas en el exterior cayeron el 12 y el 14 por 100 respectivamente.

Pero los jugueteros no son optimistas en lo que respecta a las ventas fuera. Según Salvador Miró, presidente de los fabricantes de juguetes, “la fuerte demanda interna es lo que está salvando al sector. Somos una industria tradicionalmente exportadora pero cada vez lo tenemos más difícil. La fortaleza del euro hace que los juguetes españoles resulten caros fuera de Europa y, por otro lado, nuestros principales clientes dentro de la UE están tocados económicamente. Las exportaciones no se recuperarán si estos mercados no se reactivan”.

Según los datos del sector, la principal zona de destino de las ventas españolas de juguetes es la Unión Europea, que representa el 83 por 100 del total exportador: 298 millones de euros, seguida de lejos por América del Norte e Iberoamérica.

Por otra parte, la competencia asiática está inundando el mercado con imitaciones de juguetes a precios de saldo. En España ya casi el 67 por 100 de las importaciones provienen de China y este año se han incrementado en un 14 por 100. Esta masiva importación lleva aparejada la entrada de determinados juguetes que suponen una fuerte competencia desleal, por tratarse de falsificaciones, que merman entre un 15 y un 20 por 100 la facturación del sector, además de que incumplen la normativa en materia de seguridad, con el correspondiente riesgo para los niños.

Juguetes peligrosos

Los padres se preguntan: ¿Si esos juguetes no son seguros, qué hacen en las tiendas? La directora general de Consumo, Ángeles Heras, ha tranquilizado a jugueteros y consumidores diciendo que se está realizando un gran esfuerzo en este sentido, trabajando con aduanas y también en China, con las autoridades de comercio y con las que emiten los certificados de garantía en el país asiático, para frenar esta invasión irregular. Los fabricantes españoles han denunciado recientemente que las aduanas en la UE son auténticos coladeros de juguetes que no cumplen las normativas. Salvador Miró explica que en Europa se legisla mucho pero que luego hay poca capacidad para hacer que las normas se respeten.

El Centro de Investigación y Control de la Calidad, del Instituto Nacional de Consumo, analizó 557 juguetes y artículos de uso infantil durante 2004 y de ellos un 63 por 100 incumplían alguna norma. La mayoría de los juguetes objeto de alerta procedían de los países asiáticos. El 62 por 100 de los juguetes sobre los que se alertó presentaban peligro de asfixia; el 47, de cortes, heridas y lesiones; el 8, de intoxicación; el 4, de lesiones auditivas; otro 4 por 100, de estrangulamiento; el 3 por 100, de choque eléctrico, y el 2 por 100, de quemaduras. Entre los juguetes que fueron objeto de más alertas figuran: proyectiles con ventosas; sonajeros, ristras para cochecitos y cunas; muñecos y peluches; juguetes teledirigidos; juguetes para apretar con dispositivo sonoro; juguetes para arrastrar y pistolas que superan el nivel de ruido permitido. Consumo recomienda a todos los padres que no “ahorren en seguridad”, que lean las advertencias y las instrucciones de uso y que comprueben que los juguetes llevan la etiqueta CE.

Según Salvador Miró el problema de la industria juguetera española es que “no puede competir con el gigante asiático. Hay una diferencia en el precio de la mano de obra de hasta 35 veces y además los productos chinos no tienen que soportar las cargas normativas que tenemos nosotros”.

En este mercado muchas industrias han tenido que llevar parte de su producción al extranjero o fabricar parte de los componentes fuera para rebajar costes. Es el caso de Injusa, empresa líder en fabricación de triciclos, bicicletas y vehículos. Luis Berbegal, su consejero delegado, explica: “Hace un par de años empezamos a deslocalizar parte de nuestra producción a Asia para poder seguir siendo competitivos. En España mantenemos el 80 por 100 de la producción y el 20 por 100 restante en China, donde realizamos las piezas más pequeñas y las tecnológicas“. Otras empresas como Falca o Famosa también intentan sobrevivir aliándose con fabricantes chinos y abriendo allí filiales.

Cierres forzados

Pero hay otras jugueteras que no han conseguido seguir siendo rentables y en los últimos años han tenido que tirar la toalla, curiosamente en fechas navideñas. Es el caso de Corporación Popular de Juguetes Rima, que las pasadas navidades presentaba suspensión de pagos; MB España, la filial valenciana de Hasbro, en diciembre de 2003; o también el fabricante de muñecas alicantino Jesmar, en diciembre del 2000.

En España existen 216 compañías jugueteras que emplean a más de 5.000 trabajadores. El grueso de la industria española del juguete está concentrado en la Comunidad Valenciana, donde tienen su sede un 43 por 100 de las empresas (90 compañías) y están concentrados el 81 por 100 de los puestos de trabajo del sector (más de 4.000 empleados). Desde esa comunidad se exporta el 61 por 100 del total del sector. Para el futuro la mayor esperanza consiste en que los juguetes que se fabrican en España son de calidad y tienen a su favor diseño, entretenimiento y valor pedagógico como bazas para poder competir en los mercados internacionales.

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