Estrenos de la semana

El viajante

Dirección: Asghar Farhadi

Reparto: Shahab Hosseini, Taraneh Alidoosti

Emad y Rana vivían felices en su casa de alquiler hasta que una mañana, sin que nadie lo hubiera podido pronosticar, el edificio comienza a derrumbarse. La pareja consigue huir, pero en su nuevo hogar nada volverá a ser como antes. El cineasta iraní Asghar Farhadi, ganador de un Oscar a la mejor película extranjera en 2011 por Nader y Simin, una separación, ha vuelto a conquistar la estatuilla con su séptimo filme, El viajante. El título hace referencia a la obra de Arthur Miller, pero Farhadi no pretende hacer un obvio paralelismo con ella, sino explorar la aterradora velocidad con la que el conflicto irrumpe en vidas mundanas. Un drama doméstico que se transmuta en thriller de venganza.

Logan

Dirección: James Mangold

Reparto: Hugh Jackman, Patrick Stewart y Stephen Merchant

En 2013 el cineasta James Mangold fue el encargado de dirigir la segunda entrega de una saga fílmica protagonizada en exclusiva por Lobezno, uno de los superhéroes más carismáticos de entre todos los X-Men. Era un empeño algo envenenado porque el personaje, interpretado en las nueve películas de la franquicia por Hugh Jackman, representa la única constante de continuidad de todo el universo mutante y, de alguna forma, una legitimación de su narrativa, tanto de los aciertos como de los errores. Y el primer Wolverine, de 2009, era un auténtico desastre. Por eso a la película de Mangold le pesaba, por decirlo de alguna forma, una herencia recibida.

En Logan el cineasta tiene mucha más libertad para adentrarse en las entrañas de este hombre atormentado por un don que es una condena: sus tejidos se regeneran, su esqueleto está forrado de un material indestructible. Mangold coescribe inspirándose en el Logan viejo del guionista escocés Mark Millar y aunque sabe que depende de una franquicia, de un sello editorial y de una trilogía, se inventa una narrativa propia dentro del rico universo de Marvel: todo sucede en un futuro no muy lejano en el que los mutantes han sido casi erradicados de la Tierra y Lobezno es uno de los pocos supervivientes junto al maestro Charles Xavier, el cerebro de los X-Men que lucha por gobernar la demencia mientras se asoma a la muerte.

Logan, por tanto, no es el clásico filme de superhéroes, sino un insólito relato crepuscular que ahonda en una reflexión los principales problemas filosóficos -como diría Albert Camus-: la mortalidad y el suicidio. Lobezno, después de años de abstinencia autoimpuesta para purgar sus pecados, saca sus garras a pasear, despelleja y eviscera a sus enemigos con la rabia de un animal salvaje que se sabe en peligro de extinción. Su cabeza tiene un precio y su vida solo tiene sentido mientras Xavier y Laura -modificada genéticamente con el ADN de Logan- sigan vivos. Pero, ¿después? Después, esperemos, el vacío: no hay mejor despedida para un personaje que la que ofrece esta película.