Cinco siglos de éxtasis

El próximo 28 de marzo se cumplirán 500 años del nacimiento de Santa Teresa de Jesús. Con ese motivo, la Fundación V centenario, de los carmelitas descalzos, ha organizado una serie de actos en los que habrá exposiciones como la que ya puede visitarse en la Biblioteca Nacional; también conciertos, representaciones teatrales, congresos, rutas por los lugares teresianos e incluso una posible visita del Papa. Con todo ello se pretende el redescubrimiento de los cinco valores que encarnó la santa en vida: la espiritualidad, el respeto, la excelencia, el compromiso, la cercanía y la solidaridad (se puede consultar la programación en www.stj500.com/agenda/).

Las conmemoraciones dieron comienzo el pasado 16 de diciembre, con la inauguración de la muestra Camino del V centenario: documentos y objetos sobre Teresa de Ávila en el Palacio del Verdugo (Ávila). Aunque se prolongarán a lo largo de los próximos meses en una treintena de naciones de los cinco continentes, España será su epicentro. Pero el nuestro ya no es aquel país “más mariano del mundo” que antaño fuera. ¿Qué interés puede tener la mística en una sociedad tan secularizada como la nuestra? Jesús Sánchez Adalid, autor de Y de repente, Teresa (B), en cuyas páginas nos la presenta frente al Santo Oficio en un proceso ocultado durante siglos, responde a la pregunta. “Santa Teresa tiene un interés grandísimo como reformadora dentro de la Contrarreforma. Expresa el deseo de una parte de la sociedad de modificar muchas cosas que se estaban haciendo mal. Los monasterios se habían convertido en centros de recepción de segundones y segundonas de la nobleza, y allí se llevaban a sus propias criadas y acumulaban prebendas y territorios. Todo eso es lo que quiere cambiar Santa Teresa al pretender que los conventos sean evangelizadores. Aunque nuestra sociedad no sea creyente, también es corrupta como aquella y está pidiendo a gritos la reforma de unas instituciones anquilosadas y de un sistema que hace aguas”.

Enorme bibliografía.

Sacerdote, amén de uno de los más prestigiosos representantes de esa eclosión de la novela histórica a la que asistimos, el texto de Sánchez Adalid ha sido respaldado por la Fundación V centenario. Además de presentado por el vicario general de la orden carmelita recientemente, ha sido saludado por la crítica como uno de los más rigurosos que ha originado la conmemoración. Ahora bien, la bibliografía que ha generado Teresa de Jesús en los últimos meses es extensa. Entre otros muchos títulos es de noticia obligada la reedición en Lumen de el Libro de la vida, una de las obras fundamentales de la santa. Editado originalmente por Fray Luis de León en 1565, fue definido por Unamuno como una autobiografía psicológica. Para Sánchez Adalid es “la primera autobiografía de la historia”. Lumen también pondrá a la venta el próximo mes de febrero Malas palabras, una ficción en la que Cristina Morales plantea una hipótesis: el texto que la mística hubiera podido escribir de concebir el Libro de la vida libre de la indicación de sus confesores. De Joseph Pérez, premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales el pasado año, Algaba reedita Teresa de Ávila y la España de su tiempo. “Más que una nueva biografía de esta mujer fuera de lo común, este libro la reinstala en la España de su época”, dice la editorial.

Universal y castiza, como las grandes figuras de la historia, la santa acabó reformando toda la Europa católica. Pero está tan estrechamente ligada a nuestro país que su figura ejerce un poderoso magnetismo sobre los hispanistas. Así, además de la propuesta de Pérez, también se ha anunciado la primera edición española de Teresa de Ávila, una biografía de la mística, publicada en 1951 por la irlandesa Kate O’Brian que hasta ahora no estaba traducida al español. Por no hablar de las numerosas ediciones críticas y comentadas, que verán la luz en breve, de Camino de perfección, el Libro de las fundaciones, Moradas y el resto de la producción literaria de la que, cuantos se acercan a ella, describen como una mujer inconmensurable. Martín de Riquer y José María Valverde apuntan en su Historia de la literatura universal que Teresa Sánchez de Cepeda –nombre con el que fue bautizada– pertenecía a una familia de “judíos conversos y aún sambenitados, pero no nos consta que ella lo supiera”. Acaso sea ese el motivo de que su figura trascienda a la fenomenología del filósofo moravo Edmund Husserl, de origen hebreo, y su discípula alemana Edith Stein –copatrona de Europa y patrona de los judíos conversos–, quien abandona la fe de sus padres para convertirse al catolicismo con el nombre de Teresa Benedicta de Jesús, conmovida por la experiencia de la abulense.

Belén Yuste, investigadora en el Laboratorio de Anatomía Patológica del Hospital 12 de Octubre de Madrid, ha simultaneado su actividad científica con la literaria. Autora de numerosos estudios sobre histología, lo es también de una biografía de la beata Ana de San Bartolomé: Una carmelita en Flandes (Edicel), la compañera inseparable de Teresa de Jesús, entre otras biografías entre las que no falta una de la propia Teresa. Estos días colabora en el documental sobre la santa que prepara TVE con motivo del V centenario y es la autora del libreto del CD Recital teresiano, grabación en la que la pianista y mezzosoprano Sonia Rivas-Caballero y el vihuelista Juan Carlos de Mulder han recuperado las canciones de Santa Teresa y tal y como se interpretaban en el siglo XVI, su tiempo.

Precursora del feminismo.

“Como mujer fue un ejemplo de lucha por un ideal y de tenacidad, sea cual sea la meta a la que tú quieras llegar”, sostiene Yuste, puesta a hablar de intemporalidad del mensaje de la fundadora de las carmelitas descalzas. “Como empresaria, por así decirlo, fue magnífica, con un tesón prodigioso cuando se puso a fundar conventos. Por eso es un ejemplo que vale para todo tipo de generaciones a lo largo de la historia”. Naturalmente, Yuste también se rinde ante la vigencia de la obra literaria de la abulense, aunque llama la atención sobre la conveniencia de leer con anterioridad una buena biografía, que enmarque con precisión al profano en el tiempo de la Contrarreforma española y allane los arcaísmos del lenguaje de la gran mística. Lo que descubrirá después el lector del siglo XXI, por muy escéptico y materialista que sea, es todo un compendio “sobre la duda, que es algo consustancial al ser humano, por lo que pasamos todos en la vida. La manera en que ella resuelve sus tribulaciones guarda un mensaje intemporal. Es una mujer que se puede leer tanto desde el punto de vista espiritual como del de la meditación para yoga, que la utilizan muchísimo. Teresa de Calcuta, por poner un ejemplo, fue una mujer llamada a la santidad desde la cuna. Pero Teresa de Jesús pasó grandísimas tribulaciones. Fue una mujer muy del mundo, con sus vanidades, y tuvo que superar todo eso para dedicarse a la vida espiritual en que se fijó la meta”.

Que alcanzó con creces en ese siglo XVI español en que la Inquisición dudaba de las mujeres que escribían sobre temas religiosos –las consideraba sospechosas de una herejía llamada alumbradismo–, porque se las quería al servicio del marido y los hermanos, “abocadas a matrimonios de conveniencia y fuera de la familia no pintaban absolutamente nada, estaban condenadas a retirarse a un convento mitigado a remediarse, que se decía”, afirma Belén Yuste. “En un primer momento, Teresa entró en el convento no por vocación religiosa, sino porque no quería ser subyugada por un hombre mucho menos valioso que ella, lo que era muy frecuente. Luego considera que ha hecho un fraude, nada menos que con Dios, y tiene su gran mutación y sus grandes crisis”.

Congreso internacional.

Desde 2010 se vienen celebrando en CITES-Universidad de la Mística de Ávila una serie de congresos internacionales centrados en el estudio interdisciplinar de cada una de las obras mayores de Teresa de Jesús. Todas han sido debatidas desde su perspectiva histórica, litera-ria, doctrinal, experiencial e interreligiosa. Todos estos debates tendrán su digno colofón el gran Congreso Internacional Teresiano, que reunirá a expertos internacionales entre el 21 y el 27 de septiembre próximos, prestos a debatir sobre el misticismo desde perspectivas incluso científicas, sin dogmatismos que valgan.

“El misticismo abarca una realidad propia del ser humano que es buscar más allá de lo inmanente un sentido de trascendencia para entrar en contacto con ello –estima Sánchez Adalid–. Hoy por hoy hay hospitales, en el mundo más civilizado y moderno, investigando sobre experiencias más allá de la muerte, que son experiencias místicas. Hay médicos especializados en el cerebro que han escrito libros interesantísimos sobre todo esto. Los seres humanos somos mucho más que lo puramente material”.

La música también ocupa un lugar destacado en este año teresiano. “La época renacentista española fue muy rica, con grandes compositores y la vihuela como instrumento preponderante”, explica Sonia Rivas-Caballero.

Teresa, “adaptadora”.

“Pero, en lo que atañe a Santa Teresa, lo que más interesa es que ella quería cantar en el convento. Entonces, como no tenía conocimientos musicales, lo que hizo fue utilizar la música de su época, lo que escuchaba en la calle. Lo que hacía era cambiar las letras de las canciones originales y adaptarla a sus propios versos. Esas son sus transformaciones a lo divino. Al cabo de los años, lo que han quedado son sus poemas pero no la música que ella utilizó; redescubrirla ha sido mi trabajo de investigación. Así pues, mi trabajo ha consistido en una reconstrucción histórica de lo que se sabe que la santa hizo. Algo que no había hecho nadie en 500 años. Lo que se hacía era coger los poemas de Santa Teresa y ponerles música nueva”. No es de extrañar, por tanto, que Rivas-Caballero tenga contratados en los próximos meses conciertos no solo en España, también en Italia, Francia, Inglaterra, Polonia y Canadá.