Comer, beber... y fumar

08 / 04 / 2016 Álvaro Nieto
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Los puros rejuvenecen su clientela mediante modernos maridajes que potencian su sabor y rompen con los tópicos: se puede ser joven y no haber fumado nunca para disfrutar de un habano.

Corren malos tiempos para el fumar, pero hay maneras y maneras de hacerlo. Endosarse un pitillo en un minuto mientras se espera el autobús a primera hora de la mañana nada tiene que ver con saborear un habano durante una larga sobremesa. Lo primero difícilmente pueda catalogarse como placer, mientras que lo segundo, aparte de ser algo más saludable porque no se suele tragar el humo, está más cerca de verbos como disfrutar o gozar.

Precisamente por ello, las nuevas tendencias en el mundo de los puros abogan por potenciar su vertiente hedonista mediante modernos maridajes. De hecho, hay auténticos expertos que se dedican a investigar y proponer combinaciones de habanos con diferentes bebidas y alimentos con el objetivo de potenciar la experiencia y acercar los puros a públicos más jóvenes (ver recuadros).

Y es que lo de fumar un habano no tiene por qué ser cosa de mayores... ni de fumadores habituales de cigarrillos. Es más, según el habanosomelier Miguel Méndez, lo mejor para empezar a fumar puros es no haber probado nunca sus hermanos menores “para no tener vicios adquiridos”.

Puros hay muchos, pero es de dominio público que los mejores se hacen en Cuba bajo la denominación de origen Habanos, que incluye 237 referencias distintas dependiendo de su tamaño y composición. A diferencia de los cigarrillos, el puro es fruto de un complejo proceso de producción que incluye 539 pasos, la mayoría de ellos manuales, y que tiene una duración mínima de tres años.

Y dos mitos más que conviene desterrar: el precio y el tiempo. Hay puros para todos los bolsillos: “Desde 3,60 euros se puede encontrar un muy buen puro premium”, reconoce Méndez. Y, por supuesto, no hace falta disponer de tres horas para gozar de uno: “Hay habanos que se pueden fumar perfectamente en 15 o 20 minutos”.  

Almendras

El mejor alimento para acompañar un puro es el chocolate negro, pero sin superar el 75% de pureza para no opacar al cigarro. También es una muy buena opción combinar el toque salado de unas almendras fritas con las notas dulces del tabaco cubano.

Gin-tonic

Los licores que no han reposado en madera no suelen casar bien con los puros, pero es un hecho que muchos fumadores suelen tomar ginebra. En ese caso, se recomienda un habano con carácter: Partagás.

Daiquiri

El daiquiri, cóctel elaborado con ron blanco y zumo de lima o limón, es probablemente el mejor combinado para un puro. Los cítricos acentúan las notas de madera y cuero del habano. Y si se acompaña de chocolate negro, la experiencia es sublime. Se recomienda fumar con un habano Hoyo de Monterrey.

Old fashioned

El cóctel old fashion, que se elabora con whisky o ron, angostura y azúcar, potencia las notas dulces del tabaco y hace de la experiencia algo muy fresco. El puro que mejor le va es el Cohiba Siglo VI.

Café solo

El maridaje ideal para un puro, según el habanosomelier Miguel Méndez, es el café solo, preferiblemente colombiano, porque sus notas amargas ayudan a mejorar la experiencia de fumar un cigarro.

Whisky

El whisky escocés suele requerir un tabaco más recio, por lo que esta combinación es ideal para los fumadores más expertos. Un Montecristo suele irle bien. Si el whisky es tipo bourbon, mejor un Cohiba Siglo VI.

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