Crece el rechazo al turismo de cruceros en Europa

10 / 07 / 2017 Eckart Gienke (DPA)
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El turismo de cruceros sigue creciendo, a pesar de las capacidades de construcción limitadas de los astilleros.

Vista de La Valeta desde un crucero atracado ante la capital maltesa, donde se ha extendido el malestar por los colosos que entran en el puerto para descargar grandes masas de turistas. Foto: Jürgen Effner/Picture Alliance/DPA

Tan solo este año entran en servicio en todo el mundo 12 nuevos cruceros para viajes en alta mar, de los que siete tienen capacidad para más de 2.500 pasajeros. 

"Los barcos son cada vez más grandes. En adelante vamos a ver menos botaduras y un mayor número de pasajeros por barco", augura Matthias Rieger, director del Hamburg Cruise Center.   

Tan solo en Europa, 6,7 millones de personas hicieron un crucero el año pasado, lo que supone un 3,4 por ciento más que en 2015. Y todos los expertos coinciden en que el crecimiento continuará. Para cada nuevo barco que sale al mercado, las reservas se agotan rápidamente.

Sin embargo, los problemas relativos a la capacidad no solo existen en los astilleros sino también en muchos destinos turísticos populares. A Dubrovnik llegaron en junio en un solo día 9.000 turistas a bordo de cruceros, aunque el pequeño casco viejo de esta ciudad croata a orillas del mar Adriático solo puede absorber a 7.000 turistas diarios, según cálculos realizados por expertos. 

No solo Dubrovnik se está ahogando por la gran cantidad de turistas de crucero, sino también el centro histórico de la ciudad de Kotor, situada en la bahía homónima de la costa de Montenegro. 

Pero en ningún lugar ha crecido tanto la protesta contra los gigantes de los mares como en Venecia. La ciudad italiana vive del turismo y al mismo tiempo sufre por la enorme afluencia de turistas. Muchos de los odiados turistas que visitan Venecia en excursiones de un día llegan a bordo de cruceros, que siguen teniendo permiso para entrar hasta el corazón de la ciudad, a pesar de ser una gran amenaza para el ecosistema.  

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) ya exigió hace tiempo que se prohíba la entrada en Venecia a los barcos gigantes, sobre todo en la Cuenca de San Marcos. Las grandes olas y la mugre que expulsan las chimeneas dañan este Patrimonio de la Humanidad. El pasado 18 de junio, más de 18.000 venecianos apoyaron estas demandas en un referéndum. Sin embargo, no está claro si esta protesta ha convencido a la clase política en Roma de la necesidad de tomar medidas.   

También en Malta se ha extendido el malestar por los colosos que entran en el puerto de La Valeta, la capital de la isla, para descargar en el centro de la ciudad a grandes masas de turistas. Esta es una de las consecuencias del auge del turismo que actualmente está viviendo la isla mediterránea, también porque muchos turistas evitan viajar, a causa de la inestabilidad política, a tradicionales destinos turísticos como Túnez, Egipto o Turquía.

En España crece año tras año la cantidad de cruceros que atracan en sus puertos. En 2016 se registró la cifra récord de 3.918 barcos, 61 más que el año anterior. Los gigantes de los mares escupieron en total a 8,5 millones de turistas en puertos españoles. El destino más popular fue Barcelona, con casi 2,7 millones de turistas de cruceros, casi un seis por ciento más que en 2015. La capital catalana es de por sí un destino turístico popular.

Conforme aumenta el turismo de cruceros, también crece el malestar entre sus detractores, que advierten ante todo de los daños medioambientales irreparables, pero también del deterioro del carácter de los centros históricos y de las condiciones de vida de la población local.   En junio del año pasado, decenas de habitantes de Barcelona protestaron en una manifestación convocada por la Asamblea de Barrios por un Turismo Sostenible (ABTS) contra el crucero más grande del mundo, el "Harmony of the Seas", de 120.000 toneladas. El barco, de la naviera estadounidense Royal Caribbean Cruises, tiene capacidad para 6.360 pasajeros y 2.100 tripulantes. Para este verano (boreal) se han planeado nuevas manifestaciones de protesta contra los turistas de crucero en Barcelona.

"Hay que parar esta locura", dice un miembro de la ABTS, al explicar que en Barcelona hay cada vez más barrios donde la vida ha llegado a ser insoportable para los habitantes debido a la afluencia masiva de turistas.

La alcaldesa izquierdista de Barcelona, Ada Colau, que ya ha prohibido la apertura de nuevos hoteles en el centro de la ciudad y también actúa contra el alquiler de apartamentos turísticos "ilegales", está considerando ahora establecer reglas más estrictas para el turismo de cruceros. Mientras tanto, las navieras que organizan los cruceros guardan silencio.

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