Un transexual, elegido por primera vez para un cargo político en Cuba

24 / 05 / 2013 14:12 Isaac Risco (dpa)
  • Valoración
  • Actualmente 0 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
  • Tu valoración
  • Actualmente 0 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
¡Gracias!

La apariencia de José Agustín Hernández dista mucho de la manida imagen del revolucionario cubano. De baja estatura y andar amanerado, Hernández lleva el pelo teñido de un rubio chillón que contrasta fuertemente con su piel cobriza. Para ocasiones especiales se pone zapatos de tacón. Y sus vecinos lo siguen llamando cariñosamente "Adela", incluso ahora, que se ha convertido en un conocido político local a sus 49 años.

Hernández es transexual. "Desde que tengo uso de razón", subraya orgulloso. Y desde octubre de 2012 es también concejal o delegado municipal en Cuba, electo en la pequeña localidad portuaria de Caibarién de la provincia de Villa Clara, en el centro de la isla.

"Esto es un triunfo rotundo", asegura. Hernández es el primer homosexual declarado que es elegido para un cargo político en Cuba, más de 50 años después del triunfo de la "revolución de los barbudos" en torno a Fidel Castro.

Su elección lo ha vuelto conocido de un día para otro, pese a la miseria que lo rodea. En el barrio marginal en el que vive tiene apenas una choza de madera. Un "ranchito", como dicen los cubanos, de unos diez metros cuadrados. Sin agua, sin un retrete siquiera. Pero en los últimos meses ha recibido visita incluso de enviados de Mariela Castro, la hija del presidente.

"Él para nosotros aquí es una familia", dice la vecina Magaly Álvarez, de 48 años. Hernández, que trabaja también como enfermero en un centro médico de Caibarién, tiene fama de vecino ejemplar en el barrio. "Siempre ha dado el paso al frente, siempre nos ha ayudado", asegura Álvarez.

Como delegado en la asamblea municipal de Caibarién desde octubre ha conseguido en unos pocos meses alumbrado público para el barrio. "Esto era un oscuridad grandísima", señala Alexis Cepeda, de 41 años. "Ha resuelto muchos problemas".

Hernández fue propuesto porque no había otros candidatos en el barrio. "Propusieron a un militante del partido y no quiso aceptar, cuenta él mismo. "Entonces dijeron: 'aquí no hay más propuestas que Adela'".

Criticado tradicionalmente por la disidencia por excluir a opositores políticos, el sistema electoral de la isla prevé que los delegados municipales y los parlamentarios sean propuestos por los propios ciudadanos en asambleas de barrio. Muchos cubanos, sin embargo, prefieren no participar como candidatos. En privado, la mayoría recela también de la poca influencia real de las instituciones legislativas frente a la cúpula de poder en torno a Raúl Castro.

Para la elección de "Adela" fue también decisiva su convicción de militante comunista. "Soy tan homosexual como tan revolucionario", sostiene. "Todos los países cometen errores y si hay momentos para subsanarlos y rectificarlos, pues bienvenido sea", comenta. "Yo estoy con todo lo que disponga mi país".

Pese a ello, las autoridades se mostraron inicialmente escépticas de Hérnandez después de su triunfo en la segunda vuelta de los comicios municipales de octubre. "Pensaron que era una broma", recuerda Álvarez. Pero luego aceptaron la elección.

La homosexualidad sigue siendo mayoritariamente un tabú en las sociedades patriarcales y machistas de América Latina. Cuba no ha sido la excepción. Estigmatizados como "contrarrevolucionarios", muchos fueron enviados también a campos de trabajos forzados en los años posteriores a la revolución de 1959.

El propio Fidel Castro se disculpó sin embargo en 2010 por la persecución de los homosexuales. "Si alguien es responsable, soy yo", dijo en una entrevista con el diario mexicano "La Jornada". En tanto, el gobierno cubano ha hecho de la lucha contra la discriminación sexual una de sus principales banderas.

Sobre todo Mariela Castro se ha dado a conocer por sus posiciones liberales a favor de homosexuales y lesbianas. La hija de Raúl Castro dirige el Centro Nacional de Educación Sexual en La Habana y aboga desde hace tiempo por la legalización del matrimonio gay.

A Hernández lo ha invitado a La Habana a mediados de mayo, para la celebración de las jornadas cubanas contra la homofobia. Este año volverá a haber un desfile gay, un escenario ideal para "Adela", el primer concejal transexual de Cuba.

A él, sin embargo, lo agobian otros problemas. Su pareja de 21 años ha vuelto por tercera vez a la cárcel por robar ganado. Y él es la única persona que lo visita. "No tiene a nadie", cuenta. El propio Hernández conoce lo que es una cárcel desde dentro: cuando era joven, su padre lo mandó meter a prisión debido a su homosexualidad. "Salí peor", bromea.

Su vida ha estado marcada por una dureza y una brutalidad extremas. Su padre le pegaba hasta dejarlo ensangrentado, la primera relación sexual con un hombre la tuvo a los siete años. "Consentida", asegura. Apenas pudo se marchó a vivir con una tía. Cuando lo enviaron al servicio militar se burlaron de él, al final le dieron una plaza para formarse como enfermero.

Ahora espera poder someterse pronto a una operación de cambio de sexo en La Habana, un tratamiento financiado de forma gratuita por el gobierno. Para tener por fin el cuerpo de lo que su mente siempre le ha dicho que es: una mujer.

También mantiene alguna de sus muchas ocupaciones pasadas. En sus ratos libres sigue presentándose disfrazado en un show de travestis cerca de Caibarién. "Me pongo 12 pares de medias para sostener las caderas y las nalgas", cuenta el concejal, entre carcajadas.

Grupo Zeta Nexica