Optimismo y prudencia

25 / 01 / 2018 Antonio Garamendi
  • Valoración
  • Actualmente 0 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
  • Tu valoración
  • Actualmente 0 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
¡Gracias!

Presidente de Cepyme

"El impulso desde las microempresas mitigará la ralentización esperada en las pymes de más de nueve trabajadores"

La economía española ha seguido dando muestras de recuperación y fortaleza durante este año 2017 que ahora finalizamos, con un crecimiento del PIB previsto para el conjunto del año del 3,2%. Las expectativas para el año 2018 mantienen un buen ritmo de crecimiento, aunque con cierta ralentización, que situaría en torno al 2,5% el incremento del PIB a finales de dicho ejercicio.

Esta continuidad favorable de la actividad económica para el próximo año será consecuencia de la fortaleza de la demanda interna, en particular del avance de las inversiones, tanto en bienes de equipo como en construcción, así como de las perspectivas positivas procedentes, un año más, de la evolución del sector exterior.

Las pequeñas y medianas empresas españolas, que representan más del 99% del tejido empresarial, han contribuido en gran medida a la consolidación de esta recuperación económica y han empezado también a sentir sus efectos en la mejora de su actividad. Hay que destacar que durante 2017 las pymes españolas han continuado mostrando mejoras en su situación económico y financiera global. Según la Encuesta sobre acceso a la financiación de las pymes, realizada conjuntamente por el Banco Central Europeo y la Comisión Europea, un porcentaje creciente de pymes han mejorado su cifra de negocios en los nueve primeros meses del año. Así, el porcentaje de empresas que manifestaron una mejora de sus cifras de ventas ascendió desde el 19% del pasado año, hasta el 26% de este año. Esta tendencia positiva de la facturación también se refleja en los beneficios, aumentando el porcentaje neto de empresas que manifestaron una mejora del excedente empresarial en el último año del 2,3% al 7,4%.

Asimismo, las pymes españolas registran un aumento de los costes a la par de mejoras en la situación de su endeudamiento y mayores volúmenes de inversión. El porcentaje neto de empresas que muestra un aumento en los costes laborales se mantuvo constante (40,0%), mientras que el porcentaje neto de empresas que informaron de un aumento en otros costes de producción disminuyó significativamente con respecto el semestre anterior (del 57,5% al 47,1%).

Esta recuperación de la economía, y en similar medida también del empleo, es una buena noticia para nuestro país. Las pymes, protagonistas de la economía e impulsoras de esta recuperación, están actuando también como motores de la creación de empleo. No podemos olvidar que el 90% del empleo lo crea la empresa privada y que gran parte del mismo se genera en las pymes.

Así lo refleja el Boletín de Empleo en las Pymes, que trimestralmente elaboramos Cepyme y Randstad Research y que revela un incremento del empleo en las pymes del 4% hasta septiembre, respecto del mismo periodo del año anterior, lo que supone que las pymes han generado en los nueve primeros meses del año un total de 377.668 empleos, el 71% de las afiliaciones registradas.

Para 2018 se prevé un menor dinamismo en la creación de empleo, si bien hay que destacar el impulso desde el lado de las microempresas, que mitigará en parte los efectos de la ralentización esperada entre las pymes de más de nueve trabajadores. Las previsiones de crecimiento de afiliación en 2018 se sitúan en el 3,2% en las microempresas (de 1 a 9 trabajadores), 1,7% en las pequeñas empresas (de 10 a 49) y 1,5% en las medianas (de 50 a 249).

Estos datos demuestran que la mejor fórmula para crear empleo en nuestro país y recuperar los niveles de ocupación previos a la crisis es que la actividad empresarial vaya bien. Y para ello, es preciso tener más empresas, más competitivas y más internacionalizadas.

Los empresarios debemos sentirnos cada vez más orgullosos de serlo y reivindicar nuestro papel como impulsores del desarrollo y el progreso de nuestro país. Y debemos contribuir a que la sociedad reconozca este papel y que, cada vez más, los ciudadanos y especialmente los más jóvenes, tengan una mayor conciencia de que ser empresario es una buena opción, que es posible llevar a la práctica una idea de negocio y arriesgar.

Para ello, es preciso inculcar y fomentar desde las primeras etapas educativas la iniciativa personal, la capacidad de decidir, de arriesgar y de sobreponerse a las dificultades... En definitiva, la pasión por el emprendimiento, que llevará a esos niños y jóvenes a convertirse en los empresarios del mañana.

Junto a este impulso de la iniciativa empresarial es igualmente necesario crear un entorno social que facilite y promueva el desarrollo de estas iniciativas, el nacimiento de nuevas empresas y su posterior crecimiento y consolidación, la creación de empleo; la transmisión de las mismas si fuese necesario. E incluso, cuando por distintas circunstancias la empresa desaparece, es necesario facilitar el proceso y dejar abierta una segunda oportunidad para aquellos emprendedores que quieran volver a intentarlo.

En todo este proceso es preciso contar con un marco favorecedor de la iniciativa empresarial, revitalizar la imagen del empresario en la sociedad y promover el nacimiento de nuevas vocaciones empresariales. Esta es la mejor receta para garantizar el crecimiento económico y la generación de empleo, en definitiva, el progreso social en nuestro país.

Los empresarios somos prudentemente optimistas y creemos que en 2018 debería mantenerse y consolidarse el ritmo de recuperación de la economía, pese a los ligeros síntomas de desaceleración ya comentados. Y digo prudentemente porque si nos preocupan ciertos riesgos e incertidumbres que sobrevuelan en el panorama político y económico global, de las que no podemos olvidar la derivada de la situación generada por el proceso independentista en Cataluña.

Es imprescindible recuperar cuanto antes la estabilidad institucional y económica y despejar las incertidumbres que condicionan las inversiones empresariales, porque, como se ha demostrado en estos últimos meses, la inestabilidad es enemiga de la actividad empresarial y de la creación de empleo.

optimismoyprudencia22F

Ilustración: Luis Sánchez Parejo

Grupo Zeta Nexica