Tormenta perfecta en forma de llamaradas
24 / 10 / 2017 Clara Pinar
Los expertos achacan a la sequía, el calor o la falta de prevención unos incendios donde la Xunta ve terrorismo, que rara vez acaba en los tribunales.
Cadena humana con cubos de agua en Vigo. Foto: M. Riopa/AFP
En 12 años en las Brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales (BRIF), Cristóbal Medeiro no había visto una cosa igual. El lunes, uno de los peores días que se vivieron en Galicia por la virulencia de los incendios, se le “derritieron” las botas luchando contra el fuego en Parada do Sil (Orense). “Esta vez era el panorama apocalíptico. Jamás había visto una situación tan catastrófica”, dice este especialista, miembro de una de las diez brigadas, compuestas por 60 efectivos, dependientes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente y que trabajan a petición de las comunidades autónomas. En la última semana, muchas se trasladaron a Galicia y las que no lo hicieron estaban en Asturias y León. “Había muchos incendios simultáneos y todos en 72 horas. No sucede en otros sitios, con lo cual son intencionados pero desconozco el motivo –afirma Medeiro–. Por experiencia de todos los años, cada vez que acaba el verano y llueve, el día anterior tenemos muchos incendios. No puedo asegurarlo 100%, pero no es normal y son con mala fe, seguramente no todos, pero un buen número sí. Es un año muy seco, hacía mucho viento y unos incendios van prendiendo otros”.
Más categóricamente, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez-Feijóo, ha apuntado a la mano de “terroristas medioambientales” como causa de los 211 fuegos que en cuestión de tres días han arrasado 20.000 hectáreas en Galicia, se han cobrado la vida de cuatro personas y han obligado a evacuar numerosas aldeas y urbanizaciones. Las llamas, que han amenazado tesoros ecológicos como los hábitats de osos pardos en Cangas de Narcea (Asturias) y Alto Sil (León), se adentraron en Vigo y llegaron a las puertas de Gijón. “Galicia no arde, a Galicia la queman. Son terroristas”, aseguraba Núñez-Feijóo
Frente al término “terrorismo”, expertos ecologistas y personal especializado en extinción e investigación ponen el acento en otras causas ligadas con el cambio climático, la falta de prevención y condiciones climáticas adversas con temperaturas inusualmente altas, vientos fuertes y una sequía que hace semanas llevó a la Xunta a permitir, de manera excepcional, que el ganado se abasteciera de agua de reservas destinadas a la extinción de incendios. Tal y como corroboró un informe de la Guardia Civil tras la oleada de incendios de 2006, cuando ardieron 85.000 hectáreas y murieron cuatro personas, el coordinador de Ecologistas en Acción, Theo Oberhuber, cree que “es una manipulación considerar que hay tramas organizadas y mafias para provocarlos”. “Más bien es la suma de diferentes causas la que provoca los incendios”, afirma.
