Qué queda de lo que dijo La Pepa

El 19 de marzo se cumplen 200 años de la proclamación de la Constitución de 1812, que ha sido el referente desde entonces para el resto de sus sucesoras a pesar de su corta duración. El rey Fernando VII la derogó en 1814, y fue deseada como aspiración de los liberales durante los avatares de todo el siglo. Jesús Posada, presidente del Congreso y de las Cortes Generales que celebran el bicentenario, destaca la inspiración que La Pepa, como se la conoce hoy en día, produjo en todas las constituciones posteriores, incluida la actual, de 1978.

De la Constitución de 1812 se han destacado muchos principios que se establecieron entonces por primera vez y que, a partir de ahí, fueron derogados por sucesivos pronunciamientos militares. El presidente Posada cree que “el conjunto de las ideas de la Constitución de 1812 es lo que nos llega hoy a todos los españoles”, pero destaca, no obstante, algunas de ellas: “La nación española constituida por españoles de los dos hemisferios, pero también la separación de poderes. Esto es algo a lo que ahora quizá no le damos importancia porque nos parece obvio, pero en su momento fue decisivo. Los secretarios de despacho, que se corresponden con los actuales ministros, no pueden, si actúan fuera de la ley, disculparse diciendo que cumplían órdenes del rey. Ese artículo, que ahora nos parece obvio, en aquel momento fue una auténtica revolución”.

La Constitución de Cádiz proyecta su imagen en las Cortes actuales. El palacio del Congreso de los Diputados  está lleno de referencias. El original de la Constitución está custodiado en este edificio, aunque ahora viaje a Cádiz para la conmemoración del bicentenario. Un gran cuadro que refleja el juramento de los diputados en la apertura de aquellas Cortes en San Fernando (Cádiz) preside el hemiciclo. En el vestíbulo de entrada y en el despacho del presidente se encuentran facsímiles del primer ejemplar, manuscrito, de esa Constitución. Junto a uno de ellos, el presidente del Congreso, Jesús Posada, destaca que “muchas de las cuestiones de la Constitución de 1812 se mantienen en la de 1978” como el sentimiento de nación. “Los españoles somos una nación como lo éramos en 1812, cuando teníamos una invasión extranjera”, dice Posada. También nació en 1812 en España la separación de poderes o “la idea importantísima de que los poderes del Estado están al servicio del ciudadano”. El presidente de las Cortes se detiene en la idea de que una Carta Magna “es acuerdo y consenso para que todos estemos dentro de la Constitución. Para mí esa es una idea esencial que en la de 1812 costó mucho trabajo porque había una separación muy fuerte entre unos y otros. Fue más fácil en 1978, pero la idea es la misma. Es decir, si una constitución tiene que ser perdurable e importante, tiene que ser la Constitución de la mayoría del pueblo español”.

En la inauguración de la actual legislatura, el rey Juan Carlos recordó las circunstancias excepcionales que salvaron las Cortes de 1812 en un paralelismo con la difícil situación actual. El presidente cree que “ese fue un gran desafío que el Rey planteó muy acertadamente”. Posada admite que los efectos de la crisis económica han creado “una cierta desafección de los ciudadanos hacia la política y los políticos, no tan profunda como se dice, pero sí extendida”. Por esa razón, “los diputados y senadores tenemos que dar un ejemplo continuo y diario de cuál es nuestra dedicación a los asuntos públicos, buscar acuerdos para salir adelante, tomar medidas duras, pero con esa finalidad de salir todos adelante. Por eso creo que el Rey estuvo muy acertado al decirle a diputados y senadores que esta legislatura es crucial y que tiene mucha trascendencia cómo se comporten”.

Desafección hacia los diputados.

En 1812, sin embargo, se vitoreaba a los diputados por las calles. Era una situación excepcional, como matiza Posada, pero el presidente del Congreso admite que no ya con 1812, sino “comparándonos con 1978 sí hay una mayor desafección” debido a la crisis. En ese contexto, el ciudadano “tiende a lanzar hacia arriba, a la clase política, ese malestar”, dice Posada. Según su punto de vista, “hay que hacer un esfuerzo para volcar más las actividades de los diputados y senadores para que se vea qué estamos haciendo aquí, que aquí no se trabaja para conseguir una posición personal, sino que la preocupación de los diputados es salvar a los ciudadanos de la crisis”.

Argüelles, cuyo busto preside el pasillo por el que entran los actuales diputados al hemiciclo, presentó la Carta Magna a los ciudadanos diciendo: “Españoles, ya tenéis patria”. Posada elige unas palabras para destacar el valor de la Constitución de 1978 paralelas a las de este diputado, apodado el Divino por su oratoria y considerado padre de la Constitución de 1812. “Si me atreviera a remedarlas –dice el presidente de las Cortes Generales– yo diría: ‘Españoles, esta es la Constitución de todos”. Además, recuerda que la de 1978 “tuvo un aplauso muy grande, nunca unánime, porque era una Constitución democrática, y eso es lo que le da fuerza”. Así que, ahora que se han modificado artículos de la Constitución y se habla de otras reformas “no debemos perder de vista ese momento en el que los españoles nos dimos una Constitución que nos sirviera a todos. Cualquier actuación que disminuyera ese apoyo, que vuelva a banderías, sería negativo. Si hay que hacer cambios, los haremos, pero tienen que contar con ese mismo apoyo. Romper el apoyo mayoritario a la Constitución sería el peor paso que podríamos dar”.

El presidente del Tribunal Constitucional, Pascual Sala, también subraya la influencia de la Constitución de 1812 en la de 1978 y destaca sus principales logros. “Es la que proclama la soberanía nacional (en lugar del origen divino del poder), que es un principio del Estado democrático; constituye la independencia del Poder Judicial, se crea el Tribunal Supremo. También establece la protección de los derechos fundamentales y decreta que se prohíba la tortura, en una cita esquemática de principios que caracterizan el Estado constitucional”. En definitiva “es la precursora de todas las constituciones que ha habido”.

Ahora que se recuerdan los elogios a la Constitución de 1812, Pascual Sala analiza las críticas que reciben algunos aspectos de la de 1978. Aunque el apoyo a la actual Carta Magna no fue unánime,  el presidente del Tribunal Constitucional subraya la importancia de “la gran labor que se hizo para restaurar el Estado constitucional”.

El presidente del Tribunal Constitucional considera que las propuestas para reformar la Carta Magna no se pueden considerar críticas hacia ella. ¿Hacen falta más elogios a la Constitución de 1978? “Sin duda alguna”, dice Pascual Sala. En la Constitución de 1812 destacan artículos como el que proclamaba que el Gobierno debía perseguir la felicidad de los ciudadanos. Pascual Sala elige el principio que considera más importante: “La afirmación de la soberanía nacional, que costó tanto, es el mérito principal de aquella Constitución”.

Para Carlos Dívar, presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, la Constitución de 1812 es “emblema de las sociedades modernas y libres”. Dívar liga aquella ley de leyes con la actual: “En estos momentos en que disfrutamos de una Constitución democrática que regula la convivencia pacífica de los españoles, no podemos dejar de recordar y admirar aquella Constitución de Cádiz”.

“Cádiz es la cuna del constitucionalismo español”, subraya el presidente del Tribunal Supremo, quien considera que la Constitución que se proclamó en esta ciudad “fue el principal hito democrático que vivió no ya España, sino el continente europeo, en la primera mitad del siglo XIX”. Carlos Dívar también destaca que “fue el texto que durante décadas respaldó al liberalismo español frente a las posiciones absolutistas” y que “pese a su reducida e intermitente vigencia, apenas seis años en distintos periodos, sus postulados trascendieron a varias constituciones europeas y tuvo un importantísimo impacto en los movimientos emancipadores de Iberoamérica”. Tanto es así que, como recuerda el presidente del Consejo General del Poder Judicial, “desde Estados Unidos hasta Chile, su legado impregnó los orígenes constitucionales y parlamentarios de la mayoría de los Estados americanos durante y tras su independencia”.

“Una gran nación”.

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que preside la Comisión Nacional del Bicentenario de la Constitución de 1812, también destaca, como el presidente del Congreso Jesús Posada, la idea de nación. Sáenz de Santamaría dice que “a veces, volver la vista atrás nos puede dar fuerzas para continuar mirando al frente. Por eso, recordar que hace ya 200 años se promulgaba en nuestro país la primera Constitución debe servir para no olvidar que España es una gran nación”.

Sáenz de Santamaría también considera que esta ocasión “nos permite volver a poner en valor la Carta Magna que desde hace más de 30 años ampara nuestra convivencia y que sigue siendo el mejor instrumento para guiar nuestro progreso y para apelar al esfuerzo colectivo que lo hace posible”. La vicepresidenta recuerda que también es “una oportunidad extraordinaria para recordar y, aún más, renovar los vínculos históricos y culturales que nos unen con Iberoamérica, que hizo de la experiencia de Cádiz una referencia en sus propias normas fundamentales”.

Pero sobre todo, la vicepresidenta del Gobierno encuentra lecciones para aplicar en estos momentos de grave crisis económica en aquellos acontecimientos, cuando se reunieron las Cortes Generales con el rey ausente y asediadas por los franceses, y supieron proclamar la primera Constitución española. Para Sáenz de Santamaría, fue “un momento para recordar lo mejor de nosotros mismos, la capacidad de los españoles de superar las mayores dificultades, con la unidad, la fortaleza y la determinación que hemos sabido demostrar siempre y que seremos capaces de volver a mostrar ahora, cuando nos encontramos, de nuevo, en un momento histórico”.

El protagonismo de la ciudad de Cádiz lo expresa su alcaldesa, Teófila Martínez. Para ella, el bicentenario es el momento para “recordar a las nuevas generaciones la trascendencia de un momento único para la historia de este país, el momento en que se acababa con el antiguo régimen establecido abriendo el camino de nuevas y esperadas libertades para que todos los ciudadanos fuéramos iguales”. Todo ello en el escenario de una ciudad que, según su alcaldesa, mantiene “ese ambiente liberal y de libertad, de ciudad cosmopolita”.

Cumbre Iberoamericana.

Durante todo el año, la ciudad es escenario de actos con los que, según Teófila Martínez, “hemos conseguido que Cádiz se convierta en referencia de la libertad y el constitucionalismo”. Uno de los eventos más importantes ese año será la celebración de la Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de Gobierno en noviembre. La Constitución de 1812, en la que participaron numerosos diputados americanos, fue también el germen del proceso de independencias de las repúblicas de ese continente. El rey Juan Carlos irá a Cádiz en visita oficial el 19 de marzo, el aniversario de la Constitución, y también asistirá a la Cumbre Iberoamericana, lo que servirá a la ciudad para entregarle el premio Libertad Cortes de Cádiz 2012. La ciudad revivirá la proclamación con la recreación de los hechos que sucedieron hace 200 años, con una procesión cívica, el canto del Te Deum en la iglesia del Carmen y un homenaje a los diputados doceañistas y a las Cortes de Cádiz en el oratorio de San Felipe Neri, donde se encontraban reunidas cuando se proclamó la Constitución, al que asistirán los Reyes. Además, el Tribunal Constitucional celebrará un pleno conmemorativo en el mismo lugar.