Perros con olfato policial

18 / 09 / 2006 0:00 Lucía Peña
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Son más precisos que muchos aparatos técnicos y pueden detectar drogas, explosivos o acelerantes del fuego aunque su olor haya sido disfrazado.

Donde hubo fuego, cenizas quedan. Quien dice cenizas, dice restos de gasolina, aguarrás, queroseno o acetona. Todos ellos son acelerantes del fuego, que Danko y Nelly detectan en incendios cuyo origen podría ser intencionado. Estos dos ejemplares de pastor alemán pertenecientes a la Sección Canina de la Policía, son los únicos perros especializados en España en la detección de sustancias que ayudan a propagar las llamas. Su efectividad, del 99%, supera la de los aparatos empleados hasta el momento, que no distinguían entre los precipitadores y algunos productos derivados del petróleo, como plásticos o moquetas. Ambos perros olfatean ocho sustancias distintas y en diferentes proporciones, discriminando otros componentes químicos que, aunque contribuyan a la expansión del fuego, no hayan sido colocados intencionadamente en la escena.

El empleo de esta pareja de pastores, “ha revolucionado el trabajo de los investigadores”, afirma Antonio Serrano, guía de Kelly, quien asegura que “antes se perdían horas en coger muestras, y siempre de forma muy aleatoria”. Dankoy Kellyson precisos. En segundos marcan el punto exacto en el que se halla el acelerante. Gracias a ellos se facilita la tarea del laboratorio, reduciendo el número de muestras.

En tres años, Kellyy Dankohan participado en la investigación de 30 incendios, entre ellos el del edificio Windsor, en febrero de 2004. Julio Rodríguez, encargado de Danko, explica que los utilizan “cuando la policía científica intuye la intencionalidad pero carece de pruebas para demostrarla”. Así fue su estreno en 2003. Una nave de mil metros cuadrados incendiada en Badajoz en la que los animales marcaron doce puntos, que resultaron ser doce positivos en el laboratorio. Es decir, el fuego había sido provocado y detectaron el primer foco en sólo 42 segundos.

Sentido desarrollado.

Los perros policía, con un olfato 700 veces más potente que el humano, son capaces de detectar dosis mínimas de droga aunque se encuentre en un bloque de cemento armado y su olor haya sido disfrazado con el mejor de los perfumes, con gasolina o con café. Así lo asegura Mateo Fernández, del Servicio Cinológico de la Guardia Civil, quien afirma que “si una persona detecta un foco diminuto de luz roja en un campo de fútbol apagado, un perro sería capaz de detectar un olor en el mismo espacio”. Ello explica que estos animales confirmen sus sospechas en 95 de cada 100 casos investigados. Esa efectividad se tradujo el año pasado en España en casi 73 toneladas de droga aprehendida sólo por perros de la Guardia Civil, unos 200 kilogramos por día. Para los canes su efectividad se traduce en un rollo de felpa que premia sus descubrimientos.

José Luis Sedeño, guía canino de la Guardia Civil, explica que al principio el perro ni siquiera advierte la presencia de droga aunque la tenga delante. Con el tiempo, los adiestradores van enseñándole a relacionar el olor de la sustancia (droga, acelerantes de fuego o explosivos) con el descubrimiento de su juguete. Una media de cuatro meses separan la situación inicial de la final, en la que el animal puede detectarla a 20 metros del lugar en el que se encuentra.

El instructor de la Sección Canina de la Policía, Antonio Serrano, dice que un perro podría ser entrenado para detectar cualquier tipo de sustancia, ya que para él todo consistirá en un simple juego. Sin embargo, aclara que “es la demanda real de estos servicios la que determina su puesta en marcha”. Actualmente, la Guardia Civil está entrenando a perros para interceptar alimentos susceptibles de portar agentes patógenos que puedan provocar una infección ganadera, con la consecuente crisis sanitaria y económica. Este cuerpo de seguridad cuenta en Andalucía, desde febrero, con un grupo canino especializado en la detección de cebos envenenados utilizados contra los zorros, que amenazan la caza menor.

Por su parte, la Policía está estudiando la posibilidad de adiestrar perros para localizar cadáveres. Son muchos los países que aprovechan esas aptitudes olfativas para diversas finalidades. De hecho, el gusano que amenazaba con exterminar las palmeras en Israel lo tiene más difícil desde que la policía emplea perros para detectar el insecto en su fase inicial, cuando desprende un olor muy característico.

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