`La conspiración´ que no cesa

27 / 04 / 2007 0:00 Luis Calvo
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El último cartucho de quienes niegan la autoría islamista del 11-M se llama dinitrotolueno, una sustancia que pretenden utilizar para “volar” el sumario. De momento, con escaso éxito.

23/02/07

Teoría de la conspiración contra versión oficial. El inicio del juicio del 11-M ha traído un nuevo enfrentamiento entre quienes defienden la autoría islamista de la matanza y aquellos que ven en el proceso un mar de dudas sin resolver. Los partidarios de la conspiración, que abren la puerta a una posible colaboración de ETA en la matanza, han encontrado en el informe pericial aportado al tribunal una nueva arma arrojadiza contra la versión oficial. (...)

Peritos judiciales y de parte

También los peritos del juicio están bajo el escrutinio de la prensa. Después de la documental, la pericial es la prueba reina dentro de un juicio y era cuestión de tiempo que la división en dos bandos irreconciliables llegara hasta los encargados de determinar la composición y procedencia de los explosivos. De los ocho químicos y farmacéuticos responsables del peritaje, la mitad son designados judicialmente y el resto trabajan de parte, a petición de la defensa o la acusación. (...)

Especialmente polémico es uno de los peritos de parte, Gabriel Morís Noguera. "Tiempo" ha podido comprobar que el perito es, a su vez, vicepresidente de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), que ha puesto en duda una y otra vez la investigación y las pruebas que la sustentan.

Morís perdió en la explisoón de la calle Téllez a uno de sus tres hijos, Juan Pablo, de 32 años. El año pasado asumió la vicepresidencia de la AVT. La licenciatura de Química le permite ejercer como perito, pero curiosamente no ha sido propuesto por la AVT sino por acusaciones particulares. Ello hace que sean en realidad dos los peritos que la AVT tiene en el equipo pericial.

Sin cuestionar la calidad de los análisis, en el informe provisional los peritos de parte sientan las bases para mantener la “duda razonable”. En sus alegaciones, tres de ellos consideran que el pequeño tamaño de las muestras, “insuficientes para hacer los análisis completos” y la desaparición del agua y acetona con que se lavó la metralla “harán difícil poder asociar los resultados a un tipo concreto de explosivo”. El cuarto perito es aún más duro y considera “deplorable” que no se conservaran las muestras de agua con las que se han podido eliminar “sustancias claves como la nitroglicerina”. Los expertos consultados por esta revista coinciden en la improcedente eliminación del agua, pero discrepan respecto a la imposibilidad de conocer la verdad. Fuentes de la Policía Científica no descartan que aparezcan incluso nuevos componentes en las pruebas que faltan por realizar.

La composición del explosivo parece fundamental para resolver su procedencia. La versión oficial defiende la trama asturiana y el robo de Goma 2 Eco en los polvorines de Mina Conchita como el origen del explosivo. La mochila de Vallecas, la Renault Kangoo, el piso de Leganés y las bolsas junto a las vías del AVE contenían Goma 2 Eco y fue el rastro del explosivo lo que llevó a la Policía hasta Lavapiés y el comando islamista. La detección de cualquier explosivo diferente pondría en duda toda la investigación y las pruebas que la sostienen. Sobre el proceso caería una sospecha de manipulación y la posible autoría de ETA volvería a tomar alas.

Sin embargo, los datos que proporciona el informe pericial deben ser tratados con cautela hasta tener la versión definitiva. El examen cuantitativo del explosivo y la comparación pendiente con las muestras de Titadyne serán definitivos para apoyar una u otra teoría. A pesar de ello, el preliminar proporciona nuevos datos que necesitan una explicación detallada.

El informe

Los análisis de los peritos revelan por primera vez la presencia en los focos de explosión de dinitrotolueno (DNT), una sustancia en teoría ajena a la Goma 2 Eco. Algunos de los periodistas más proclives a la conspiración saltaron inmediatamente pidiendo la anulación del juicio. Sin explosivo no podía haber proceso.

Todos los expertos consultados por Tiempo aseguran, en cambio, que es muy pronto para emitir cualquier juicio al respecto. “La presencia de DNT no es significativa, puede producirse por muchas razones. Lo importante no es que esté, sino la cantidad. Eso es lo que diferenciará un explosivo de otro”, explica José Sanchidrián, catedrático en la Escuela de Ingeniería de Minas de la Universidad Politécnica de Madrid.

El matiz es importante. La proporción de DNT que se detecte debería ser similar en los trenes que en las muestras intactas de explosivo que se conservan. Una presencia de hasta un 1% puede deberse a una contaminación accidental. Expertos policiales destacan además que las mismas máquinas trabajaron alternativamente fabricando explosivos con y sin DNT.

Aun descartando la contaminación, algunos expertos sostienen que el producto podría ser Goma 2 Eco procedente de Mina Conchita. Eugenio Muñiz Hebia, ex presidente de la Unión Europea de Explosivos y catedrático de Minas retirado, ofrece una explicación: “A pesar de no pertenecer a la composición, en la práctica aún se añade en ocasiones DNT en pequeñas cantidades. Con ello se reducen los riesgos al manipular la Goma 2. Las ‘recetas’ no son perfectas”.

También se ha barajado una contaminación a posteriori de todas las muestras ya que en un primer momento no se detectó DNT. Desde la Policía Científica desmienten indignados que sea posible: “Las muestras están vigiladas 24 horas al día y siempre existe una cámara grabándolas –explican–. La detección posterior es resultado de técnicas más minuciosas que detectan hasta partes por trillón de una sustancia”.

Lo cierto es que, sea cual sea la causa de la presencia, incluso la muestra patrón que envió el fabricante refleja trazas de DNT. El cartucho de referencia se utiliza para comprobar la composición del explosivo recién fabricado. La presencia de DNT avalaría la contaminación generalizada de las muestras.

En todo caso, a falta de los exámenes cuantitativos es imposible conocer la cantidad de DNT que se ha detectado tanto en los focos de explosión como en el explosivo intacto. Hasta que los peritos revelen las cifras obtenidas es precipitado hablar de uno u otro explosivo. Queda además pendiente, antes de emitir el informe definitivo, el análisis de muestras de Titadyne 30F, 50F y 50 para descartar su presencia en los trenes.

Titadyne, explosivo de ETA

Igual que los análisis pueden descartar el uso de la Goma 2 Eco, la presencia o ausencia de ciertos elementos descartaría a su vez el Titadyne y con él la versión de ETA.

A pesar de que existen varios tipos de Titadyne, los peritos sólo han solicitado muestras de tres tipos, 30F, 50F y 50. Fuentes de Interior confirman que son los que “ha utilizado ETA permanentemente”. Todos ellos tienen en su composición nitroglicerina.

Los expertos consultados aseguran que cualquier explosivo deja rastros de su composición. Una ausencia total de nitroglicerina en los focos de explosión eliminaría la posibilidad de que hubieran estallado los tipos de Titadyne utilizados por ETA.

Sólo tres variedades de Titadyne, las denominadas 30A, 25A y 30AG prescinden de la nitroglicerina. Fuentes de Interior aseguran que “no hay constancia de que ETA maneje estos tipos. Ninguno se corresponde con los robados en Francia.”

Peritos judiciales y de parte

También los peritos del juicio están bajo el escrutinio de la prensa. Después de la documental, la pericial es la prueba reina dentro de un juicio y era cuestión de tiempo que la división en dos bandos irreconciliables llegara hasta los encargados de determinar la composición y procedencia de los explosivos. De los ocho químicos y farmacéuticos responsables del peritaje, la mitad son designados judicialmente y el resto trabajan de parte, a petición de la defensa o la acusación. Desde ciertos sectores se ha dudado de la fiabilidad de los expertos judiciales y se les ha acusado de defender a ciegas la versión oficial. En cambio, a los peritos de parte se les presenta como “independientes”. Lo cierto es que tres de estos profesionales están vinculados a asociaciones que han mantenido teorías de la conspiración o las han defendido ellos mismos. El último de los peritos de parte, que representa a varios de los acusados, también tratará de poner en duda la culpabilidad del comando islamista.

La vinculación de los peritos a sus clientes es tan legal como lógica, pero según los expertos influye en su credibilidad ante el juez. Hermenegildo Pérez Bolaños, abogado penalista, da más credibilidad a los peritos judiciales. A no ser que los peritos de parte desmonten sus tesis, “el tribunal se suele apoyar en los de nombramiento judicial”.

Francisco Málaga Diego, experto en Derecho Procesal del despacho Cuatrecasas y ex magistrado de la Audiencia Provincial de Barcelona, no pone en duda, sin embargo, la profesionalidad de los peritos de parte, “ya que luego el experto debe defender el informe ante los embates de otros abogados”. Además, no siempre los informes de parte defienden las tesis del cliente y el Código Penal sanciona con dureza la falsa pericia.

Especialmente polémico es uno de los peritos de parte, Gabriel Morís Noguera. Tiempo ha podido comprobar que el perito es, a su vez, vicepresidente de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), que ha puesto en duda una y otra vez la investigación y las pruebas que la sustentan.

Morís perdió en la explosión de la calle Téllez a uno de sus tres hijos, Juan Pablo, de 32 años. El año pasado asumió la vicepresidencia de la AVT. La licenciatura de Química le permite ejercer como perito, pero curiosamente no ha sido propuesto por la AVT sino por acusaciones particulares. Ello hace que sean en realidad dos los peritos que la AVT tiene en el equipo pericial.

Aunque los testigos de parte pueden no defender las tesis de sus clientes, el cargo de Morís al frente de la AVT ha sembrado dudas sobre la objetividad de su peritaje. En alguno de los artículos de prensa que ha publicado en medios de comunicación, Morís llegó a preguntarse las razones por las que se habían “puesto las mochilas y los coches para ocultar pruebas”. Y no ha sido la única vez. Esta revista intentó, sin éxito, conocer la versión de Morís.

Sin cuestionar la calidad de los análisis, en el informe provisional los peritos de parte sientan las bases para mantener la “duda razonable”. En sus alegaciones, tres de ellos consideran que el pequeño tamaño de las muestras, “insuficientes para hacer los análisis completos” y la desaparición del agua y acetona con que se lavó la metralla “harán difícil poder asociar los resultados a un tipo concreto de explosivo”. El cuarto perito es aún más duro y considera “deplorable” que no se conservaran las muestras de agua con las que se han podido eliminar “sustancias claves como la nitroglicerina”. Los expertos consultados por esta revista coinciden en la improcedente eliminación del agua, pero discrepan respecto a la imposibilidad de conocer la verdad. Fuentes de la Policía Científica no descartan que aparezcan incluso nuevos componentes en las pruebas que faltan por realizar.

Explosivos alternativos

Los análisis contrarios a la Goma 2 Eco y al Titadyne dejarían abiertas otras opciones. La más factible es la mezcla de distintos tipos de dinamita. Desde la Policía explican que los 200 kilos de explosivo robado de Mina Conchita suponen miles de cartuchos. Allí se trabajaba tanto con Goma 2 Eco como con Goma 2 EC, así que resulta factible que hubiera cartuchos de la segunda mezclados con la primera. Esta hipótesis explicaría la presencia de DNT en los focos de explosión, ya que esta sustancia sí forma parte de la Goma 2 EC.

En esta última hipótesis, eso sí, saldría tocada la investigación. En el sumario no se dejaba ninguna duda sobre la composición. Sólo se mencionaba la Goma 2 Eco. Un resbalón en este sentido serviría a los sectores que defienden la conspiración en torno al 11-M no sólo para poner en duda la capacidad y buena fe de los investigadores sino para extrapolar la duda y cuestionar todo el proceso.

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