España necesita más inmigrantes

14 / 11 / 2008 0:00 Celia Lorente
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A pesar de las declaraciones del ministro Corbacho y del aumento del paro, se requieren más trabajadores extranjeros para cubrir los puestos que nadie quiere. Los expertos creen que hacen falta dos millones más hasta 2020.

Entrevista a Francisco Aranda, presidente de la Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal

Inmigrantes, sí o no. ¿Es necesario seguir contratando trabajadores en el extranjero cuando tenemos dos millones y medio de parados? Ni el propio Gobierno se pone de acuerdo. Las palabras del ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, han encendido la mecha que ha hecho estallar el debate en plena crisis económica y con los malos datos del paro de agosto todavía calientes. “El Ejecutivo desea que, ante la mala situación, la contratación en origen se aproxime a un punto cero en 2009”, ha dicho Corbacho. Las reacciones en cadena han ocasionado extraños compañeros de viaje. La vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, ha desautorizado las palabras del titular de Inmigración, junto al ministro de Industria, Miguel Sebastián, los sindicatos, las asociaciones agrarias y los empresarios, que se han mostrado a favor de seguir contratando fuera. El ministro de Trabajo tan sólo ha encontrado apoyo en el titular de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y en el portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, José Antonio Alonso.

El mercado se regula solo. Sin que se haya tomado ninguna medida en este sentido, la crisis ya afecta a las contrataciones en origen. En lo que va de año, se han realizado 106.652 frente a las 230.000 del pasado ejercicio. El fomento de los contratos en origen ha servido como instrumento para una inmigración legal y ordenada. Ahora, los sindicatos creen que este cambio fomentará la economía sumergida y el empleo clandestino por parte de las empresas. En estos momentos se estima que el 30% de los inmigrantes trabajan sin contrato, según datos del Consejo Económico y Social (CES), principalmente en el trabajo doméstico y los servicios.

Demanda de empleo

El tema no es inmigración laboral sí o no, sino cuánta necesitamos, no sólo para crecer, sino incluso para mantener nuestra economía, y qué valor añadido deben aportar los trabajadores extranjeros para que mejore la productividad. La fundación Empresa y Sociedad, que agrupa actualmente a 120 empresas y cajas de ahorros, entre las que se encuentran Acciona, Altadis, Alcampo, Caja Madrid o BBVA, afirma que España sigue necesitando nuevos inmigrantes, a pesar de la incertidumbre económica. En su reciente estudio Reflexión y propuestas sobre empresa e inmigración dice que la inmigración no sólo ha de crecer sino que es fundamental para mantener la economía en sectores como la agricultura, la hostelería, el comercio o el servicio doméstico, que “la población residente en España no va a poder cubrir”. Explica que, a pesar de la crisis económica severa que vive España, se necesitarán “una media de 157.000 nuevos activos laborales inmigrantes cada año hasta 2020”, hasta un total de dos millones más.

Según este informe, esto se deberá en buena parte a que en los próximos años va a disminuir el número de jóvenes nacionales en edad de acceder al mercado de trabajo, por la caída de la natalidad. Tras el baby boom de finales de los 60 y los 70, se producirá una transformación radical en la población española de 16 a 39 años, que pasará de 15,8 a 11 millones, y de la de 40 a 64 años, que pasará de 13,4 a más de 17 en 2020.

El aumento de ocupados nativos lleva años siendo insuficiente para atender la nueva demanda de empleo. El peso medio de los inmigrantes en los nuevos puestos de trabajo creados ha pasado del 12,3% de media en el periodo 1995-2000 al 53% de 2001 a 2007. El pasado año fue del 56,4%, pero en algunas comunidades autónomas receptoras de inmigración se ha situado en el 80-90%.

Francisco Longo, profesor de Recursos Humanos de la escuela de negocios Esade, cree que partimos de una premisa equivocada, “que parece dar a entender que el incremento cuantitativo del desempleo produce por sí mismo los ajustes necesarios en el mercado de trabajo. Y que por el hecho de tener más paro, vamos a tener trabajadores españoles dispuestos para el servicio doméstico, tareas agrícolas, hostelería, reponedores de supermercado o trabajadores en la industria con la cualificación necesaria. Se presupone que vamos a encontrar entre esos parados los anestesistas o los médicos especialistas que estamos buscando ahora en América Latina. Es inquietante que si las empresas están volviendo a una situación recesiva, encima se les limite y se les ponga trabas para poder reclutar capital humano”, explica.

A pesar del incremento del paro, hay ramas de la economía, como la agricultura, que siguen demandando contratación de extranjeros. La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha advertido que “muchas campañas pueden peligrar si se cierra la posibilidad de realizar contrataciones en origen”. Recuerda que la mano de obra necesaria para la plantación y la recogida de muchos cultivos se consigue gracias a la contratación de trabajadores en su país.

La mayoría de los empresarios del campo se quejan de que, a pesar del paro, no encuentran personal en las oficinas de empleo para recolectar las cosechas. Freshuelva, que realiza en estos momentos la contratación de peones para plantar la fresa, así lo confirma. De 800 candidatos entrevistados apuntados al Servicio Andaluz de Empleo, ni un 2% ha mostrado disponibilidad para trabajar en la fresa. La organización agraria Asaja asegura que lleva denunciando desde hace tiempo esta situación. “Todos los años se tienen que traer trabajadores extranjeros contratados en origen para que se recoja la fresa de Huelva, existiendo una importante bolsa de parados en Andalucía y esto no tiene sentido. Lo que pasa es que, como siguen cobrando la Aepsa (antiguo PER), no les interesa”.

Los empresarios esperan que ahora con la crisis se dé una mayor disposición para estas tareas. Según Asaja, en Extremadura esta temporada se están incorporando más trabajadores nacionales a la recolección de la uva que en años anteriores. También están yendo más a la vendimia francesa. Los españoles son reacios a trabajar los campos aquí, pero les resulta menos penoso hacerlo fuera. El número de temporeros españoles en el país vecino se incrementará este año hasta los 112.000 trabajadores. Según Comisiones Obreras, esta vendimia será una de las más numerosas de los últimos años, sobre todo por el desplazamiento de trabajadores del sector de la construcción. En Francia, los convenios y contratos de trabajo son mejores que en España, se paga casi nueve euros la hora –aquí seis–, lo que significa unos 2.000 euros por tres semanas de trabajo. Los franceses prefieren emplear españoles porque tras la vendimia vuelven a su país y no se quedan como otros extranjeros.

Tras la alarma que han suscitado en el sector agrario las palabras de Corbacho, desde el Ministerio se ha suavizado el planteamiento inicial, asegurando que el recorte de contratación en origen no afectará a los temporeros. Pero la demanda de extranjeros no se limita a la agricultura. Otros sectores como la hostelería, la distribución o el comercio también se nutren de este colectivo. Ade más de que hay una demanda cada vez mayor para realizar contratos en origen de mayor cualificación, como profesionales y técnicos relacionados con la medicina, la consultoría, la informática o la ingeniería.

“La demanda que teníamos de 50.000 trabajadores en el sector se ha reducido con la caída del consumo, pero, aun así, seguimos teniendo problemas para encontrar personal, porque la conciliación familiar y laboral no es compatible con los horarios del sector, con sábados y domingos incluidos. Muchos trabajadores, sobre todo nacionales, no quieren asumirlos y, a pesar de que hay más paro, el problema persiste”, comenta Miguel Ángel Fraile, secretario general de la Confederación Española de Comercio.

Los empresarios del comercio se quejan también de que las oficinas de ocupación pública son bastante deficientes y no ayudan. “Sólo hay que pasearse por una calle comercial de cualquier ciudad española y ver en los escaparates carteles de “Se necesita dependienta o vendedor”, esto es señal de que los servicios de ocupación estatales no funcionan y tenemos que recurrir al método tradicional de colgar un cartel en el escaparate demandando trabajadores, un auténtico anacronismo”, afirma Fraile.

Más de la mitad del empleo creado en España en los cinco últimos años ha sido inmigrante. Los trabajadores extranjeros han generado un importante efecto positivo en nuestra economía. Según la Oficina Económica del Gobierno, el 50% del crecimiento del PIB en este periodo se puede asignar al proceso de inmigración. De los cuatro millones y medio de inmigrantes que hay en España, 280.298 están desempleados, 112.539 más que a principios de año, principalmente provenientes de la construcción. El paro de los extranjeros en este sector se ha incrementado un 101,4% en los últimos doce meses, 43.397 personas.

En conjunto, el paro ha aumentado en España en lo que va de año un 25%. En agosto se registraron en los Servicios Públicos de Empleo 103.085 personas, lo que hace un total de 2.530.001 desempleados. Y la tendencia es negativa, con cinco meses continuados de crecimiento. Celestino Corbacho es el primero en ver un futuro complicado, afirma que el desempleo seguirá subiendo y alcanzará el 12,4% en 2009, desde el 11% actual. Y además avisa de que el INEM entrará en déficit por el mayor gasto que se está efectuando para pagar las prestaciones por desempleo.

Malas perspectivas

Las previsiones de los expertos tampoco son optimistas. El informe Avance del mercado laboral, que elaboran conjuntamente Analistas Financieros Internacionales (AFI) y la Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal (Agett) sostiene que la dificultad cada vez mayor para encontrar trabajo hará que en seis meses aumente el número de parados de larga duración (los que llevan más de un año en desempleo). Lo que, según el socio director de Economía de AFI, José Antonio Herce, “es un drama que afecta a los trabajadores adultos menos cualificados y de más difícil empleabilidad”.

Para lo que queda de año, Afi-Agett prevé que la inversión residencial intensifique su “desplome”, que la industria siga sin tomar el relevo de la construcción como motor de la economía y que los servicios acaben acusando peores expectativas de consumo y el menor dinamismo de la actividad económica.

Fortalecer los servicios públicos de empleo, trabajar para que haya una mayor coordinación entre éstos y las comunidades autónomas, fortalecer la intervención de los operadores privados de contratación de las ETT que quieran convertirse en agencias de empleo y que colaboren con los servicios públicos, adaptar la formación a las necesidades reales de nuestro tejido productivo y, por último, fomentar el emprendimiento, son algunas de las soluciones que aportan estos expertos.

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