El PSOE pierde la hegemonía de la izquierda

España camina indefectiblemente hacia un escenario muy parecido al que se produjo tras las elecciones del pasado 20 de diciembre. Según el informe del mes de mayo de la consultora política Redondo & Asociados, si hoy se celebrasen de nuevo los comicios seguiría sin estar claro quién podría formar Gobierno y las posibles mayorías serían similares a las de hace cinco meses.

La única novedad que apuntan los sondeos con vistas a las elecciones del 26 de junio es que, por primera vez en la historia, el Partido Socialista perdería la hegemonía de la izquierda frente a Unidos Podemos, la alianza surgida de la suma entre Podemos e Izquierda Unida.

Así, según el informe elaborado para TIEMPO, Unidos Podemos obtendría el apoyo de uno de cada cuatro votantes (24,3%), sacando 3,1 puntos al PSOE (21,2%), si bien los socialistas seguirían todavía por delante en escaños (82 frente a 79) como consecuencia de la falta de proporcionalidad de la ley electoral española a la hora de atribuir los asientos en el Congreso de los Diputados.

Respecto al 20 de diciembre, los porcentajes de voto son similares. En aquella ocasión la suma de Podemos e IU alcanzó el 24,4% y el PSOE obtuvo el 22%. Sin embargo, el pacto entre las formaciones de Pablo Iglesias y Alberto Garzón provocará un vuelco en la atribución de escaños: Unidos Podemos sacaría hoy 8 asientos más que el 20-D (69 de Podemos y 2 de IU), justo los mismos que se dejaría por el camino el PSOE.

Precisamente, ese trasvase de escaños deja la suma de las fuerzas de izquierda en el mismo punto en que estaba hace cinco meses: 161 diputados. Y, dado que para formar Gobierno se necesitan al menos más votos afirmativos que negativos en el Congreso de los Diputados, seguirá siendo necesaria la complicidad de los partidos nacionalistas para que haya un presidente de izquierdas. En ese caso, la duda está en saber quién llevaría la batuta de las negociaciones o, dicho de otro modo, a quién encargaría el Rey la formación de un Ejecutivo en caso de que Mariano Rajoy declinase o no pudiese hacerlo. Iglesias, conocedor de los sondeos, sostiene desde hace días que los votos valen más que los escaños, por lo que seguramente se postularía como presidente.

En la otra parte del tablero, los resultados son parecidos. La suma de Partido Popular y Ciudadanos daba 163 escaños el 20-D y ahora estaría en 164. La diferencia estriba en que ahora el PP tendría tres asientos más en el Congreso, elevando su porcentaje de voto en siete décimas, y Ciudadanos perdería dos diputados, a pesar de incrementar en 1,2 puntos su intención de voto. La pérdida de escaños de la formación naranja es consecuencia directa de la creación de Unidos Podemos, que le arrebataría el último asiento en juego en dos provincias. Y es que la suma de Podemos e IU relegaría ahora a Ciudadanos al cuarto puesto en algunas de las provincias donde el 20-D consiguió estar por delante de la formación morada.

La subida en porcentaje de voto y en escaños del Partido Popular respecto al 20-D podría tener que ver con la participación electoral, que ahora caería 3,1 puntos. No obstante, esos incrementos seguirían siendo insuficientes para mejorar las posibilidades de Rajoy como futuro presidente del Gobierno. Así pues, como ya pasó tras las elecciones de diciembre, las únicas vías para formar un Ejecutivo pasarían por el PSOE, que tendría que decidir entre facilitar un Gobierno del PP o buscar un pacto con Podemos que contara con la complicidad de algunos partidos nacionalistas.

El estudio de Redondo & Asociados se ha elaborado tomando como base los microdatos de la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) y sondeos propios realizados entre el 13 y el 17 de mayo. En total, se han hecho 1.000 entrevistas telefónicas asistidas por ordenador.

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Respecto a los informes publicados por TIEMPO en los meses de enero y abril, que fueron pioneros en tomar como base la suma de Podemos e Izquierda Unida, la diferencia más significativa es que conforme se acerca la fecha de las nuevas elecciones se aprecia un repunte de los extremos (PP y Podemos) frente a los partidos moderados (PSOE y Ciudadanos). Según la consultora Carmen Galbete, de Redondo & Asociados, “tanto PP como Podemos se han convertido en los partidos alfa de la derecha y de la izquierda”.

El peligro para el PSOE es más que evidente. Dejar de ser el partido de referencia de la izquierda podría provocar que, en la recta final de la campaña electoral, los indecisos de corte progresista acaben dando su voto a Unidos Podemos en aras del llamado “voto útil”.

“La coalición Unidos Podemos es un tándem ganador. Podemos aporta el voto joven y desencantado con los partidos de siempre e IU añade el voto tradicional de la izquierda y mayor de 55 años”, apunta el consultor Juan Francisco Caro, de Redondo & Asociados.

¿Y qué pasaría con el resto de fuerzas políticas? Los datos del informe de mayo indican pocos cambios, pero uno bastante significativo en Cataluña. El nuevo partido de Artur Mas, Democràcia i Llibertat, pasaría de obtener el 2,2% de los votos al 1,5%, y ello se traduciría en un escaño menos en el Congreso de los Diputados: se quedaría en 7. Los demás repetirían sus resultados: Esquerra Republicana obtendría 9; el Partido Nacionalista Vasco, 6; los aberzales de Bildu, 2; y Coalición Canaria, 1.