Sandra Moneo

Después de siete legislaturas y algo más de 20 años en el Congreso de los Diputados, muchos de ellos como portavoz de Educación, por primera vez Sandra Moneo ve posibilidades reales de alcanzar un pacto sobre la enseñanza que aparte el tema de la lucha partidaria. Ni siquiera las dudas del periodista logran bajarla de un optimismo que, en el caso de la diputada, parece parte de una actitud ante la vida. Solo la mención de la corrupción, enemigo íntimo del PP en los últimos días, consigue torcerle el gesto durante la charla. 

Ha reconocido que la Lomce [Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa] tiene aspectos mejorables. ¿Cuáles? 

Yo creo que hay que trabajar la ordenación académica para hacerla más simple. Hay que decidir cuáles son las asignaturas más importantes y qué contenidos dentro de cada asignatura. Los profesores se quejan, y con razón a mi juicio, de que el currículo es demasiado extenso y de que las sucesivas reformas a lo largo de los años no han sabido dar respuesta a un currículo acorde con las necesidades académicas de los alumnos. En un mundo cada vez más tecnológico debemos tratar de que las personas sean más personas. Y para eso es necesario el pensamiento humanístico. Hay asignaturas como la Filosofía que requieren de una mayor presencia por una cuestión: se ha dejado en manos de las comunidades autónomas y cada región ha decidido darle un peso diferente. La Filosofía junto a las asignaturas tecnológicas nos parecen fundamentales. Queremos que las humanidades tengan un peso específico, pero al mismo tiempo se abra la puerta a nuevas enseñanzas como el pensamiento computacional. 

¿Fue un error aprobarla sin consenso?

La aprobación de la Lomce responde a un momento muy determinado, acompañada de una política de ajuste presupuestario considerable. En aquellas circunstancias, se tomaron una serie de medidas impopulares que yo entiendo que no fuesen aplaudidas por el conjunto de la comunidad educativa. Y eso condicionó toda la tramitación. 

Otras medidas, como las reválidas, no dependían de los recortes.

En que debe haber evaluaciones estamos todos de acuerdo. Ahora tenemos que negociar en qué etapas se hacen y qué efectos académicos se desprenden de ellas. Nosotros defendemos que las evaluaciones son importante desde el punto de vista del diagnóstico, para que las administraciones puedan adoptar medidas que mejoren el sistema. 

¿Ve posible un pacto educativo en esta legislatura?

Sí. Creo que es posible y deseable. No es fácil porque partimos de una dinámica, de una tradición, en la que la educación ha sido terreno de fricciones, pero a medida que avanza la subcomisión todos percibimos que hay un terreno de acuerdo importante. Y donde no lo hay, lo tendremos que buscar. Nosotros como partido estamos dispuestos. Y el Gobierno ya ha corregido algunos aspectos de la ley. Todos hemos aprendido y somos conscientes del terreno en el que nos movemos. 

¿Cuáles son los puntos de fricción? ¿Educación concertada, Religión...?

Se están construyendo algunos argumentos ficticios. La enseñanza concertada existe no solo porque le da cobertura el artículo 27 de la Constitución, también la ley orgánica del derecho a la educación, aprobada por un Gobierno socialista. El artículo cuatro dice que los padres tienen derecho a elegir el centro para sus hijos y la realidad es que la educación concertada sigue siendo demandada por una parte de la sociedad. Es cierto que Podemos es beligerante en este tema, pero nosotros vamos a defender el artículo 27 como el primer consenso educativo. Yo creo que cualquier pacto educativo debe asentarse sobre esos consensos consolidados. 

Podemos no estaba en esos consensos de los que habla.

Podemos tendrá que responder a sus votantes y yo me atrevería a decir que muchos de ellos no quieren que se suprima la enseñanza concertada. Podemos debe entender que vivimos en una sociedad en la que nos hemos dado unas reglas: las decisiones se toman por mayorías y son los ciudadanos quienes otorgan esa mayoría. El PP es el partido del Gobierno, pero con 137 diputados. Los ciudadanos nos han dicho que tenemos que hablar y nosotros hemos entendido el mensaje.

¿Y la asignatura de Religión? ¿Debe recogerse en el pacto?

La Religión, igual que otros temas, debe entrar necesariamente en ese pacto. Para el PSOE no fue ningún problema cuando aprobó la LOE. Su enseñanza estaba presente en el currículo. No solo responde a los acuerdos con la Santa Sede, sino también a ese artículo 27 que comentábamos antes.

Pero puede ser o no evaluable.

Bueno, evaluable es. Otra cosa es que sea computable a efectos de nota media o cuente para pasar de curso. En ese terreno tendremos que ponernos de acuerdo. Lo que sí creemos es que la Religión tiene que tener una alternativa. Es decir, que quien quiera dar Religión pueda hacerlo, pero quien no, debe tener otra asignatura. Y que la Ética no esté contrapuesta a la Religión. Creemos que la Ética tiene que tener su presencia. Igual que creemos que deben impartirse una serie de conocimientos que formen a los alumnos sobre las reglas del juego jurídicas y legales que tenemos, españolas y europeas. Dónde se incluyan, si en esa asignatura o en otra, es algo que tenemos que ver.

¿Cree que será más difícil llegar a un pacto con el PSOE según quién gane las primarias?

Bueno, resulta evidente que Pedro Sánchez no ha querido entenderse con el PP. Yo no sé si cambiará de opinión más adelante. Quiero ser respetuosa con el principal partido de la oposición y la decisión que tienen pendiente. Solo espero que la que tomen sea lo mejor para el país y para el propio PSOE.

Se han reunido con los profesores. ¿Qué les transmiten sobre el nuevo presupuesto?

Los profesores siempre querrán que se invierta más. Si yo tuviera la posibilidad de elegir, educación sería el terreno en el que más se invertiría.

Pero no es así. Su presupuesto sube menos que la economía española.

Bueno, sube en sanidad y en educación. En un marco en el que todavía hay que mantener cierto impulso económico era necesario elegir en qué políticas sociales se invierte. Y lo hemos hecho en ambas. El gasto del Ministerio de Educación solo es el 5% del total. El resto es de las comunidades autónomas. Con esto no estoy eludiendo la responsabilidad del Estado, sino constatando que el pacto educativo tiene que contar con ellas. Vamos a trasladar, y lo hemos hecho ya en alguna comparecencia, la necesidad de que exista un fondo de cohesión territorial que aborde la financiación de la educación. Para ello no hay que hacer propuestas grandilocuentes sin un respaldo detrás.

Si encalla la negociación y se prorrogan, ¿qué consecuencias tendría?

Supondría detener programas importantes que hemos pactado con nuestros socios, como el de mejora del rendimiento, al que se dedican 30 millones de euros. No se abordarían los 1.400 millones de euros de ayuda al estudio, o la subida del 1% en los salarios de los profesores, ni los 25 millones de ayudas para libros de texto, ni la medida que limita el precio de los másteres... Quedarían en suspenso muchas medidas que tratan de mejorar el sistema.

¿Las noticias sobre corrupción han hecho más difícil la aprobación?

Yo espero y confío que no, pero reconozco que los escándalos de corrupción, todo lo que hemos vivido en los últimos 15 días, son impresentables e intolerables. Es necesario que la Justicia actúe con contundencia y con celeridad. Estos escándalos ponen en cuestión a todos los políticos. En el PP hay cerca de 24.000 cargos públicos. Yo que entré en política siendo concejal y conozco a muchos cargos municipales que no perciben ninguna remuneración... Es muy difícil explicarles lo que ha pasado a ellos o a los votantes y al conjunto de la sociedad española.

¿Han fallado los mecanismos de control?

Evidentemente. Desgraciadamente, la corrupción afecta a todos los partidos y todos tenemos la responsabilidad de establecer controles. Nosotros en el último congreso establecimos una serie de medidas para valorar la idoneidad de los cargos públicos y el ejercicio de su gestión. Y las instituciones también lo hacen. La ley de enjuiciamiento criminal, el Código Penal, la propia ley de financiación de partidos, que prohíbe las donaciones de aquellas empresas que solicitan subvenciones... Los controles se están poniendo.

¿Qué le parece la moción de censura que promueve Podemos?

Yo creo que en política hay que actuar con seriedad y responsabilidad. Yo creo que Podemos aún no ha encontrado su sitio en las instituciones y las reglas del juego. Si quiere ser una opción política, por respeto a quienes le han votado, debería moverse dentro del marco institucional y dejarse de juegos.