Montoro cifra su optimismo

10 / 04 / 2017 José María Vals
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Los Presupuestos Generales del Estado para 2017 ponen cifras al optimismo del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y lo hacen a través de un espectacular aumento de las previsiones de ingresos tributarios. 

El ministro Cristóbal Montoro entrega el proyecto de los Presupuestos del Estado de 2017 a la presidenta del Congreso, Ana Pastor. Foto: J. J. Guillén/Efe

Al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, le gusta poner nombres a los Presupuestos Generales del Estado de cada año. En los últimos tres, los de 2015 fueron bautizados como “los de la recuperación”, los de 2016 recibieron el calificativo de “los de la consolidación de la recuperación”, y a los de 2017 el ministro los llama “del empleo”. Y es que el cuadro macroeconómico que acompaña al proyecto presupuestario presentado en el Congreso prevé la creación este año 2017 de 506.000 puestos de trabajo netos.

Independientemente del mayor o menor realismo que contenga esta cifra, donde más se ve que Montoro ha tirado sin paliativos de optimismo es en las cuentas de ingresos. En el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), que es el que más dinero deja en las arcas estatales, los 78.027 millones de euros previstos para 2017 suponen, según las propias estimaciones de Hacienda, un 7,7% de aumento sobre la cifra real de recaudación de 2016. El IVA, que es la segunda partida por tamaño, cuenta con una previsión de recaudación de 67.463 millones de euros para 2017, que suponen un 7,3% de aumento sobre la cifra lograda en 2016.

¿Cómo se justifican estos aumentos recaudatorios sin que suban los tipos aplicables en ninguno de los dos impuestos si, además, se da el caso de que el ritmo de crecimiento de la economía española se sitúa, según las previsiones del Gobierno en el 2,5%, siete décimas por debajo del 3,2% registrado el año pasado? El Ministerio de Hacienda lo explica aludiendo al mayor empleo: “Pese a esta reducción en el crecimiento económico, las variables nominales aumentarán en mayor medida que en 2016, debido a la recuperación de precios y salarios. Por ello, se prevé que el crecimiento de las bases imponibles en 2017 supere al del año anterior más de un punto porcentual”. Es decir, que el Ejecutivo cree que al aumentar la masa salarial global de la economía habrá más ingresos por IRPF y que al subir los precios de los bienes y consumos también aumentará la recaudación del IVA.

“Este superior crecimiento de las bases imponibles –insiste Hacienda– es la causa fundamental que explica un aumento de la recaudación por ingresos tributarios superior al observado en 2016”. Los Presupuestos prevén un incremento total del 7,9% en la recaudación por todos los impuestos y el ministerio destaca que las medidas tomadas a finales del año pasado para subir los ingresos por el impuesto de sociedades (el que grava los beneficios empresariales) contribuye de manera importante a este aumento. Efectivamente, esta figura tributaria dejará en las arcas públicas 24.399 millones de euros, que suponen un 12,6% más de lo recaudado en 2016.

Un examen algo más profundo de las cifras presupuestarias deja entrever, sin embargo, algunas contradicciones. Los 506.000 empleos netos que el Gobierno espera que genere la economía española durante este año deberían suponer una importante bocanada de aire fresco en las cuentas de la Seguridad Social, cuya principal fuente de ingresos es precisamente la cotización de los trabajadores con empleo. Sin embargo, las cosas no quedan tan claras cuando se comparan los números del año pasado y los de este.

Salarios

El Gobierno cree que 2017 terminará con 19,01 millones de ocupados frente a los 18,5 millones con los que terminó el año pasado. Según los presupuestos de la Seguridad Social, en 2016 el sistema tendría que haber recaudado 117.243 millones de euros por cotizaciones sociales. Sin embargo, el año terminó con una cifra real de ingresos de 103.517 millones (un 5,7% menos de lo presupuestado), a pesar de que durante el año, según la Encuesta de Población Activa (EPA) la economía española generó 413.900 empleos netos y de que según las cifras de la propia Seguridad Social, a 31 de diciembre último había 540.655 cotizantes más que un año antes. Gran parte de la diferencia entre ambas cifras se explica porque la EPA mide cifras medias de ocupados y los cotizantes a final de año incluyen empleos de temporada.

¿Contradicción o más optimismo? “Pues según se mire”, señala a TIEMPO una fuente sindical que, sin haber analizado más en profundidad las cifras, se atreve a asegurar que este descenso en la recaudación de cuotas en 2016 se produjo en gran parte por la caída de los salarios en los nuevos empleos, que entran en el mercado laboral con sueldos muy bajos. “Para 2017, si las condiciones no cambian drásticamente, puede pasar algo parecido”, añaden.

Las cifras incluidas en los Presupuestos prevén para 2017 unos ingresos por cotizaciones sociales de 110.560 millones de euros, que suponen un 6,8% de aumento sobre la recaudación real registrada en 2016. ¿Cómo explica Hacienda estas previsiones? “Para el ejercicio 2017 –dicen fuentes del ministerio– los ingresos por cotizaciones sociales, partiendo de la liquidación provisional de ingresos de 2016, tienen en cuenta las previsiones de crecimiento económico (2,5% del PIB nominal), de empleo (2,5%), el crecimiento de las bases máximas de cotización en un 3%, el crecimiento de las bases mínimas referenciadas al Salario Mínimo Interprofesional en un 8% y el de las bases de cotización de trabajadores por cuenta propia en un 3%. También atiende a la evolución más favorable de la remuneración media de asalariados (1,3%)”. Es decir, que el Gobierno espera que los sueldos crezcan de media un 1,3%.

De hecho, el ministro de Economía, Luis de Guindos, ha hecho un llamamiento en los últimos días para que las empresas comiencen a transferir parte de la recuperación a los sueldos y Mariano Rajoy también ha dicho que llega la hora de ir subiendo salarios porque la crisis ya ha pasado. Todo depende, pues, de que se cumplan las previsiones optimistas de Hacienda y eso, a su vez, depende de que los nuevos y los antiguos empleos tengan salarios más altos.

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