La batalla judicial del Popular

19 / 07 / 2017 Miguel Cifuentes
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Los accionistas del banco liquidado que han perdido todo su dinero empiezan a acudir a los juzgados para recuperarlo.

El chileno Andronico Luksic en un acto del World Economic Forum. Foto: Benetti/GETTY

La liquidación de Banco Popular desatará la mayor guerra judicial declarada en España por un escándalo bancario. Unos 30.000 accionistas, bonistas y tenedores de deuda subordinada del Popular, cerca del 10% del accionariado, según cálculos de algunos bufetes implicados en el caso, se querellarán en España y en Europa. Demandarán a los antiguos presidentes del banco, Ángel Ron y Emilio Saracho, a la auditora Price Waterhouse, a la autoridad europea de resolución bancaria (RSU), al FROB, y subsidiariamente al Banco Santander.

Algunos accionistas irán también contra el Banco de España y a la CNMV (la autoridad de bolsa) por negligencia y dejación de funciones al avalar las cuentas del banco hasta 2016 y no hacer nada durante ocho meses, mientras se especulaba en bolsa contra el valor por parte de fondos bajistas. Llegó a estar en manos de bajistas más del 13% del capital del  Popular y la CNMV no hizo nada cuando los bajistas llegaron a hundir el valor un 20% en dos días, justo la semana anterior a la resolución del banco. Sin embargo, la CNMV luego suspendió un mes la cotización de Liberbank cuando, a los pocos días, los bajistas hundieron la acción del banco asturiano.

Accionistas millonarios como el chileno Andronico Luksic y el mexicano Antonio del Valle, y fondos internacionales como Pimco (la mayor gestora de deuda del mundo), Anchorage Capital, Ronit Capital y Algebris van a dar la batalla para recuperar su dinero. Incluso un fondo americano como Elliot, experto en financiar grandes litigios, va a entrar en esta guerra judicial. Familias accionistas tradicionales del banco como los Domecq, Mora-Figueroa, Revoredo (dueños de Prosegur), Martínez Echevarría (El Corte Inglés), Sendagorta (grupo industrial Sener), agrupados en la Sindicatura de Accionistas, que era el primer accionistas, con el 9,3% del capital del banco, van a ir a por todas.

El destrozo ha sido tal para estas familias, agrupadas en la Unión Europea de Inversiones, la sociedad mercantil tenedora de sus acciones del Popular, que han tenido que liquidar esta sociedad al carecer de patrimonio y objeto social. Pero estas familias aristocráticas no perdonan y han encargado a sus liquidadores que “realicen cuantas acciones jurídicas sean necesarias para recuperar la inversión”. Todos ellos creen que  se les ha “incautado o expropiado su inversión en un procedimiento oscuro y poco transparente”, con clara indefensión de los accionistas y bonistas del banco. Tal actuación del organismo europeo se produjo en la madrugada del 7 de junio pasado, tras un misterioso informe de la auditora Deloitte, con una valoración negativa, con una horquilla de valoración negativa del Popular entre 2.000 y 8.000 millones de euros, “un rango escandaloso, que debe justificarse”.

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