Cae la deuda de las familias

Las familias españolas siguen reduciendo su endeudamiento al tiempo que refuerzan el efectivo y los fondos de inversión como forma de ahorro. Tanto el Banco de España como la patronal de fondos (Inverco) coinciden en el diagnóstico y la autoridad monetaria recalca, además, que “la tasa de ahorro bruto de las familias se redujo ligeramente en 2016 en 0,4 puntos, hasta quedar en el 8,2% de la Renta Bruta Disponible (RBD).

Esto se explica en parte por la tendencia de los hogares a destinar una parte mayor de su renta a deshacer el endeudamiento. De esta manera, y según señala el Banco de España en un informe publicado esta misma semana, “la deuda de las familias con entidades de crédito cerró el año 2016 en el 102% de su RBD, 4 puntos menos que en 2015 y 33 puntos por debajo del máximo de 2008”, cuando las familias españolas debían a los bancos y cajas el 135% de su Renta Bruta Disponible.

La reducción de endeudamiento de 2016 se explica porque los préstamos para adquisición de vivienda se situaron en el 78% de la Renta Bruta Disponible, casi cinco puntos por debajo que un año antes. Este es el resultado final de un proceso en el que las familias van cancelando hipotecas adquiridas en años anteriores mientras que los nuevos créditos hipotecarios no cubren la diferencia, con lo cual al final el endeudamiento para adquirir vivienda cae en términos netos.

Asimismo, el endurecimiento en las condiciones que ponen los bancos para dar préstamos, denunciado recientemente por el Banco Central Europeo (BCE), es una de las causas principales de que el endeudamiento de las familias para la adquisición de bienes de consumo se haya mantenido en 2016 en el 24% de la Renta Bruta Disponible, con una variación de tan solo o,1 puntos.

Por el lado del ahorro y la inversión de los hogares, los datos recabados por Inverco señalan que el 41,2% del ahorro familiar en España se materializa en el efectivo y los depósitos. En pureza, lo que dice la estadística es que el 3,1% del ahorro es efectivo puro y duro, es decir, billetes y monedas en poder de los hogares. La cifra es ligeramente inferior al 3,5% de 2015. Pero donde se produce un salto espectacular es en los saldos de cuentas corrientes, que suponen ya el 24,5% del ahorro de los hogares, a pesar de que no ofrecen rentabilidad alguna para el dinero. La cifra es superior en más de 4 puntos al 21,1% de 2015 y casi dobla el 14,6% que representaban estas cuentas en 2007, justo antes de la crisis.

Más fondos

Esto es así porque las familias que no quieren asumir riesgos con sus ahorros prefieren dejar el dinero sin rentabilidad en las cuentas corrientes cuando van venciendo los depósitos a plazo, que cada vez ofrecen menor rentabilidad. Prefieren no inmovilizar el dinero a cambio de unos intereses cada vez más bajos. Otro efecto de esa baja rentabilidad de los depósitos es el crecimiento de los fondos de inversión, que ya suponen el 12,6% del ahorro familiar frente al 6,7% de hace solo cuatro años

Los propios bancos han propiciado esta tendencia, ya que para ellos es mucho más rentable que los clientes dejen el dinero en cuentas corrientes sin remuneración y que inviertan en fondos de inversión, ya que en estos últimos cobran comisiones que aumentan sus ingresos, mientras que la rentabilidad la pagan los propios fondos.