El tesoro de Gladys Palmera
28 / 07 / 2015 José Manuel Gómez
Una inmensa colección de joyas de la música latina: más de 50.000 discos están disponibles en el canal de streaming gladyspalmera.com
Alejandra FIerro
ALEJANDRA FIERRO
Pasión latina
Comenzó la aventura de radio Gladys Palmera en 1986; ya en el siglo XXI se convirtió en una emisora por Internet con un gran variedad de programas. Ahora la colección digitalizada se emite 24 horas al día. Joyas de todas las épocas han sido rescatadas para el goce de los melómanos. Desde los delicados y vetustos discos de 78 revoluciones por minuto hasta los desgarradores boleros de los 50. A destacar las latin divas, “uno de mis fuertes” según Alejandra Fierro.
YMA SUMAC
La leyenda del sol (1952)
Soprano con un inaudito registro vocal de más de cuatro octavas. Descendía del inca Atahualpa. La foto fue tomada por Tom Kelley un año antes de su sesión con Marilyn Monroe desnuda. El disco fue publicado por el sello Capitol en los años 50. La Sumac hizo cine y tiene una estrella en Hollywood.
ALBERTO BELTRÁN
Negrito Batey (1955)
Antes de que el rock & roll se impusiera en el mundo, los discos de música latina contaban con los mejores fotógrafos. Es el caso del mexicano Tufic Yazbek, que inmortalizó la imagen del cantante dominicano Alberto Beltrán, que grabó en Puerto Rico, Cuba, Colombia o Venezuela.
ARSENIO RODRÍGUEZ
El ciego maravilloso (1957)
Esta es una de las joyas más buscadas entre los coleccionistas. Arsenio revolucionó la música cubana en los 40 y se trasladó a EEUU buscando la cura de su ceguera. A pesar de su inmensa influencia, murió en el olvido. Marc Ribot fundó los Cubanos Postizos en su honor.
CAL TJADER
La elegancia (1956)
La portada es obra de la ilustradora de moda Bretty Brader y cuenta con dos ediciones de colores diferentes. Tjader fue un prolífico vibrafonista nacido en Estados Unidos que grabó jazz de todos los estilos, especialmente afrocubano. Sus encuentros con los hermanos Palmieri son legendarios.
CARLOS ARADO
Descargas cubanas (1961)
Bebo Valdés fue el iniciador de las descargas cubanas antes de que se consagrara Cachao en el sello Panart, en 1957. Se trataba de improvisar a la manera del jazz con sabor cubano, y se convirtió en un género bailable. Esta grabación coincide con la de Rolando Aguiló.
