Veganos 24 horas

Victoria Rodríguez Polo y su pareja, Abel Lazcano, ambos de 28 años y padres de Alberto, de dos años y medio, siguen una rigurosa dieta en la que está descartado cualquier alimento de origen animal. Hasta su mascota toma pienso vegano. Además, en su hogar no entra ningún producto que teste en animales, desde los de aseo personal hasta la ropa, tienen que ser respetuosos con el medio ambiente y los seres vivos. Pero esta familia no constituye una excepción, según un reciente estudio de la consultora Lantern, en España hay cerca de 3,6 millones de personas (un 7,8 % de la población) que basa su dieta exclusivamente, o la mayoría de ella, en productos de origen vegetal. Esto se desglosa en un 6,3 % de flexitarianos; un 1,3% de vegetarianos y un 0,2% de veganos.

Victoria cuenta cómo su familia se convirtió al veganismo. “Abel empezó primero, yo aún no había dejado la carne del todo y no tenía nada del tema ético en la cabeza, pero a raíz de mi embarazo, empezamos a pensar en el niño y comenzamos a investigar todos los antibióticos que le echan a la carne y a ver vídeos de cómo esta industria trata a los animales y leer sobre el tema. Al final, por ética y por salud, decidimos hacernos veganos, hasta entonces llevábamos una dieta digamos, entre comillas, normal”.

Y ¿cómo vive una familia vegana? les preguntamos: “Lo tenemos bastante normalizado, vivimos como cualquiera, lo único, que comemos todo vegetal. Desayunamos un vaso de avena cocida con fruta, a media mañana, por ejemplo, humus de garbanzos o alimentos con hoja verde, que para nosotros son fundamentales porque es donde están la mayoría de nutrientes, también legumbres o hamburguesas veganas. Llevamos una dieta muy variada y aunque la gente lo crea, no es una alimentación para nada aburrida”. 

Una dieta saludable

Victoria afirma que se puede llevar una dieta vegana totalmente saludable, “por ejemplo con el tema de las proteínas, en realidad todos los alimentos tienen proteínas, dicen que las proteínas vegetales son de menor calidad, pero el cuerpo las recibe igual de bien aunque las absorbe más lentamente porque es otro proceso. Nosotros las obtenemos de las legumbres, de los cereales, de la hoja verde y las frutas. Tampoco hay que obsesionarse con las proteínas, en realidad necesitamos muy pocas: 50-55 gramos al día por peso, y cada alimento que comes las tiene”.

También toman otros alimentos cotidianos como el pan, aunque matizan: “No compramos pan blanco refinado, lo tomamos de masa madre, de espelta, de centeno, que sea bastante puro, hecho a mano y molido en piedra, que sea natural. Huimos de lo refinado porque no aporta ningún nutriente. No tomamos azúcar, ningún frito o bollería. El gluten, la soja y el trigo lo solemos evitar, si lo comemos es en contadas ocasiones y siempre ecológico e integral”.

Y para seguir su dieta no les falta oferta. “Solemos comprar en tiendas ecológicas, en Madrid hay una variedad muy grande, pero a veces por prisa vamos a Carrefour, o a Mercadona... que ya tienen muchas secciones ecológicas y vegetales. Las grandes superficies cada vez tienen más oferta, con unas secciones bastante llamativas de productos ecológicos y cada vez incluyen más variedad : quinoa, chía... de todo”. Les preguntamos si uno de los inconvenientes es la carestía de los productos ecológicos. “Es verdad que son más costosos que los industriales, pero como prescindimos de alimentos tan caros como el pescado, la carne, los huevos o la leche, eso se equilibra y al final no gastamos más de lo normal. No hemos notado mucho el cambio en eso”, afirma Victoria.

En cuanto al tema de la limpieza, aseo personal y belleza, explica: “Eso sí que es un poco más caro, compramos productos que no testen en animales, sobre todo. Maquillaje uso poco, pero el rimmel y las cremas las compro en tiendas veganas y los champús en los grandes almacenes, aunque miro en una lista que tengo las marcas que no testan, por ejemplo Deliplus, de Mercadona, no lo hace. En la ropa evito la lana, la seda y los cueros”.

Restaurantes para todos

Y sus amigos ya están acostumbrados “no se extrañan cuando salimos con ellos a comer o cenar. Nos ponemos de acuerdo para ir a un sitio donde haya comida normal, pero también opciones vegetales, y si salimos en pareja vamos directamente a un restaurante vegano, que en Madrid hay muchos y podemos probar sitios nuevos”. En su grupo hay variedad de perfiles alimentarios, una amiga vegetariana de “hace años” y otra vegana “que empezó el proceso porque nos vio a nosotros y nos pregunta muchas dudas. Nuestros amigos que no son veganos pasan del tema, a lo mejor nos gastan alguna broma y nos reímos. Nosotros no queremos imponer nada ni que nos lo impongan, claro. No hay mal rollo”, explica.

Y, ¿es difícil ser vegana las 24 horas del día?: ”Al principio sí, pero ahora ya no, mi marido antes era militar y cuando se iba de maniobras varios días era duro para él, se llevaba la mochila llena de frutas y verduras porque en el Ejército te ponen la comida que hay y te la tienes que comer y ya está. Pero él se llevaba la suya y le respetaban. Aunque ahí sí que se metían mucho con él y se reían y le gastaban bromas porque era especial. Ahora mi marido es ingeniero en una empresa y yo estoy en una tienda ecológica, es un supermercado nuevo que abrieron en la calle Santa Engracia, así que no hay problema.”

La guardería y el colegio

“Una de las dificultades que nos encontramos con este tipo de alimentación es encontrar colegios que lo respeten, nosotros para encontrarle una guardería a Alberto recorrimos bastantes hasta que encontramos una que respetaba totalmente nuestra opción y tenía otro alumno vegetariano. El colegio lo empieza el año que viene y ha sido más de lo mismo, una búsqueda un poco larga. Finalmente encontramos uno donde tenían opciones muy saludables, predominan los vegetales y sin catering, comida casera, que es algo muy importante para nosotros. El primer plato lo comerá allí, porque siempre sirven opción vegetal, pero para el segundo, que es donde suelen meter algún alimento de origen animal, llevará un tupper con comida hecha por mí. En este aspecto nos esmeramos bastante para que lo que tome el niño sea de calidad y le nutra”.

Actualmente Victoria estudia dietética y nutrición. “También estudio herbodietética –puntualiza–, aplico bastantes remedios naturales con nuestro hijo, ya que no nos gusta darle medicinas químicas a no ser que sea muy necesario, en caso de infección o algo grave. Con la nutrición y la medicina natural estamos consiguiendo que no sufra ningún catarro, mocos crónicos, otitis, tos... Y si tiene algún resfriado lo cortamos bastante rápido con alimentos ricos en vitamina C, tomillo, y evitando la soja o el gluten en ese periodo, ya que son alimentos que bajan las defensas”. Otro tema que llevan a gala es su cuidado y respeto por los animales. “Tuvimos una protectora de animales hace años, somos muy animalistas y cuidamos mucho los derechos de los animales”. Así que su perrita forma parte de la familia. “Ahora con la perra estamos intentando llevarla a piensos veganos, le hemos dado uno de una marca, pero no le sienta bien, vamos a probar con otros a ver qué tal”.

También se preocupan y cuidan con esmero del medio ambiente, y explica “lo que no sabe la mayoría es que todo el proceso que hay que hacer para llegar a conseguir un solo filete de ternera es tan costoso y tan dañino para el medio ambiente como por ejemplo los plásticos, con los que la gente está más concienciada. Solo con el veganismo creo que ponemos al menos nuestro grano de arena para cuidar el medio ambiente”.

Victoria es una mujer muy concienciada que quiere transmitir sus conocimientos sobre el tema y su filosofía de vida, para lo que ha creado su propio blog, mamaeco.net: “Empecé a escribirlo cuando había nacido el niño y en él cuelgo recetas, nuestro estilo de vida y muchas cosas también en Instagram. También hago un programa de radio los martes, Galaxia verde, en una emisora vegana (radiotentación.com) y lo que hacemos es transmitir toda esta información y derribar mitos, y publico una revista digital cada dos meses que se puede descargar gratis en el blog para derribar todos los mitos sobre el veganismo”. 

Veggie world: la feria del estilo de vida vegano. 

Barcelona acogió el pasado mes de abril por primera vez en España la VeggieWorld, la feria del estilo de vida vegano más grande y antigua de Europa. Este evento ha tenido una afluencia de más de 5.000 visitantes y ha contado con 65 expositores. Allí se ha podido observar la gran variedad que existe de productos veganos de alimentación, moda y cosmética. Aunque el sector principal de la feria ha sido la alimentación. Los visitantes pudieron degustar y adquirir productos alternativos a la carne, la leche y los huevos. Varios restaurantes ofrecieron comida 100% vegetal, desde kebabs veganos y hamburguesas hasta pasteles crudiveganos o comida catalana en su versión vegana.

Pero también productos de otras áreas estuvieron representados en la feria: zapatos y bolsos de materiales como el cuero de piña o el corcho, cosmética sólida “residuo cero” o piensos para animales. Los propios expositores se han sorprendido por el increíble interés que ha despertado entre el público. Esto significa que, como las estadísticas confirman, el estilo de vida vegano poco
 a poco está teniendo más demanda. Cada a vez más personas confían en los numerosos beneficios que el veganismo tiene para los animales, el medio ambiente y la propia salud.

Cinco razones para seguir un estilo de vida 

1. Los animales: evitar el dolor y el sufrimiento al que son sometidos los animales en granjas y mataderos. 

2. La justicia: alimentar a una creciente población mundial a través de una distribución más equitativa de los recursos. 

3. El medio ambiente: reducir el avance del cambio climático y así proteger el planeta mediante un cambio en la alimentación. 

4. La salud: mejorar la salud de las personas y reducir el número de afectados por enfermedades causadas por estilos de vida no saludables. 

5. Llevar una buena vida: el estilo de vida vegano es fácil y ventajoso.