Un paraíso para la boda del año

12 / 12 / 2017 Charo Carracedo
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Ana Boyer y Fernando Verdasco sellan su amor en la isla caribeña de Mustique, un lugar idílico, aunque a los invitados les cueste asistir unos 2.000 euros.

Una playa de la isla Mustique. Foto: F. Vallenari y Gtres

La isla caribeña de Mustique es un lugar idílico, un paraíso donde a cualquiera le gustaría perderse al menos una vez en la vida, al igual que a la troupe de selectos millonarios que la han elegido como refugio. Aquí han tenido casa, o la han alquilado, David Bowie, Paul Newman, Tommy Hilfiger, Amy Whinehouse... Mick Jagger incluso ofrece la posibilidad de alquilar la suya, construida en estilo japonés. Isabel Preysler ha veraneado en Mustique muchos años. El agosto pasado, sin ir más lejos, fue sorprendida paseando en un carrito de golf, que es el vehículo oficial de la isla, con Mario Vargas Llosa y sus hijas, Ana y Tamara, si bien Ana se alojaba con Fernando Verdasco en una villa diferente de la de su madre. La novia guarda de esta isla el maravilloso recuerdo de una niñez feliz junto a su padre, Miguel Boyer, con quien Preysler también pasaba allí sus vacaciones.

Mustique se sitúa en el archipiélago de las Granadinas, concretamente en un país independiente llamado San Vicente y las Granadinas, que comprende la isla de San Vicente y las dos terceras partes del archipiélago. Tiene 500 habitantes, se rige por la monarquía constitucional de Isabel II y su moneda, el dólar caribeño, es de curso legal en seis países de la zona, también de la Commonwealth. Un dólar americano equivale 2,7 dólares caribeños.  Hubo un tiempo en el que los visitantes e invitados que llegaban a Mustique debían recibir el visto bueno de los propietarios antes de aterrizar en sus aviones particulares. Pero la rigurosa etiqueta de entonces se ha relajado desde que la isla es propiedad de Mustique Company, una compañía formada por los propietarios de las villas, que son los que gestionan además los dos hoteles, el Cotto House, con solo cinco suites, y el Firefly, un hipódromo, un club de tenis y un beach club, el famoso Basil’s Bar, considerado uno de los mejores bares del mundo, donde sirven espectaculares cócteles y las mejores piñas coladas. Hoy ya no hay normas selectivas ni protocolo, los huéspedes solo tienen que relajarse y disfrutar.

Un destino remoto

A la isla no es nada fácil llegar, ese es otro de los encantos que la convierten en un destino mágico. Para asistir a la boda de Ana Boyer y Fernando Verdasco sus invitados deben volar a Miami y de ahí a Santa Lucía, otra isla caribeña cercana y más grande, donde parece que algunos miembros del clan Preysler tienen intereses y donde suele descansar el avión privado de Enrique Iglesias, el hijo más triunfador del clan.

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